Desde el CPI
Loíza es el pueblo de Los Cocoteros en el béisbol doble A, y este martes en la mañana, la veterana líder comunitaria Modesta Irizarry se coloca en posición de lanzadora segundos después de agarrar una piedra con la que quiere llamar la atención del Gobierno. La mujer de 52 años se para en un “montículo” imaginado en el área de los quioscos de Piñones y tira la piedra con toda su fuerza sobre un grupo de bolsas negras de basura.
La recta que lanza Irizarry no poncha a nadie, pero sí levanta una cantidad inmensa de moscas, asusta a los gatos que escarban la basura y consolida la peste que ya afectaba el área al lado del quiosco Jireh Sea Food. Es un picheo de conciencia con toda la intención de levantar la indignación ciudadana.
El área se ha convertido en un pequeño vertedero clandestino. Esta mañana, dos hombres en una guagua negra pasan a lanzar basura y se llevan un catre que encontraron tirado en medio de la pestilencia.
El área, que al igual que el resto de los terrenos de quioscos en Piñones es administrada por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), no cuenta con contenedores de basura. Por eso, los desperdicios están regados, y en ocasiones, se mantienen tirados en el suelo por semanas. La acumulación de esta basura está a pasos de una de las entradas al paseo tablado que da acceso al Bosque Estatal de Piñones. Las sabandijas y el hedor son la bienvenida para quienes, en bicicleta o caminando, optan por recrearse en un tablado que además, está en mal estado.
Este es el bosque de mangles más grande en Puerto Rico y alberga aproximadamente 96 especies de aves y decenas de especies de peces que conviven en la laguna Torrecilla y la laguna de Piñones. Incluye la Laguna de Piñones, Playa Aviones, Playa Chatarra, Tres Palmas y Vacía Talega. Es parte del importante sistema urbano conocido como el Estuario de la Bahía de San Juan, y su co-manejo recae en el DRNA y en la Corporación Piñones se Integra.
Un recorrido en vehículo junto a Modesta demuestra que a lo largo de la carretera PR-187 en el área de Piñones, la presencia de bolsas negras de basura se repite. Algunas llevan días o semanas, dice la líder comunitaria. Incluso, varias de estas han logrado desplazarse hacia el área del tablado y el bosque, amenazando así la biodiversidad del área y los cuerpos de agua contiguos.
“Cuando llueve y el viento sopla, esa basura se derrama y los mismos perros realengos van a escarbar en esa basura y la van a regar. Esa basura va a llegar al mangle y lo impacta. Especialmente los plásticos, se enredan en las raíces, en unas raíces especializadas que tienen el mangle blanco y el mangle negro que le llaman neumatóforos, que es por donde ese mangle respira. Si tú tienes esa basura llegando, eso puede afectar la respiración del mangle y en volumen suficiente puede hasta afectar la circulación superficial de las aguas”, explica el oceanógrafo Jorge Bauzá.
¿Pero, quién es responsable de recoger la basura?
“A veces estamos en el ‘toma y dame’ de que es una carretera estatal o si es municipal, pero se sigue acumulando más basura”, dice Irizarry sobre la disputa entre el Municipio de Loíza y el Gobierno central en torno a quién le corresponde recoger la basura en el tramo de la PR-187 que da acceso a los quioscos.
“En algunas áreas había bolsas de basura negras. Eso quiere decir que limpiaron y están ahí esperando a que no sé quién viniera a recogerlas. Por ahí están tiradas”, lamentó la residente de Loíza.
El día anterior, Irizarry denunció en la red social de Facebook el problema de la basura, entre otros problemas en Loíza. Casi 24 horas después, brigadas del DRNA y del Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) trabajaban en la poda y limpieza del área que da acceso a la playa de Piñones. Desde su vehículo, Irizarry se dirigió a los empleados del Gobierno central para comentarles sobre el problema de la basura que también hay al otro lado de la carretera y en los quioscos.
“Eso es Municipio”, gritó uno de los hombres.
La alcaldesa de Loíza dice que la responsabilidad de llevarse la basura en esa área recae en el DRNA.
“Toda la [carretera] 187, que está desde la entrada del puente Boca de Cangrejos, hasta el puente nuestro de La Restauración, le corresponde a ellos [el DRNA]. Sin embargo, nosotros le damos mantenimiento al puente que une a Piñones con Loíza [La Restauración], y también, cuando tenemos la oportunidad y vehículo recogemos en la cambija”, dijo por teléfono la primera ejecutiva de Loíza, Julia Nazario.
La cambija a la que se refiere es una caja de agua elevada en el área donde está el vertedero clandestino, a pasos de Jireh Sea Food.
“Los quioscos son de Recursos Naturales. ¿Cómo tú vas a tener una cambija que le da servicio a los quioscos, que toda el área es de Recursos Naturales, que la carretera es de DTOP, y para liberarte de tu responsabilidad, vas a decir que es mío [del Municipio]?”, agregó la funcionaria.
El oficial de prensa del DRNA, Joel Seijo, explicó que en el año 2008 entró en vigor un acuerdo de colaboración en el que, si bien la administración de los quioscos recae en esa agencia de Gobierno, el recogido de basura sería realizado por la administración del municipio de Loíza.
“Ese acuerdo no existe. Nosotros no le recogemos basura a los negocios. Los negocios tienen que pagar para que recojan su basura a una compañía privada. Si aparece [el acuerdo], yo asumiré mi responsabilidad”, dijo Nazario.
Al solicitar el acuerdo al DRNA, la agencia envió un documento llamado “Autorización para el uso de las 21 unidades gastronómicas (quioscos) en el área del Bosque Estatal de Piñones”, firmado con otra entidad privada, no con el municipio. Contrario a lo que planteó la agencia, el acuerdo no estipula que el recogido de basura en el área le corresponde al Municipio. La agencia indicó tras enviar el documento que lo “estarán revisando junto a la Asociación de Comerciantes”.
“En la reunión con el Gobernador [el mes pasado] pedimos que se le pasen los quioscos al Municipio, porque la mayoría de los quioscos están abandonados”, añadió la Alcaldesa.
A minutos de la cambija, otro vertedero improvisado está igualmente cerca del bosque y recibe a los vehículos que entran a otros quioscos de comida.
Es viernes al mediodía y el flujo de bañistas y comensales en Piñones es mayor.
Han transcurrido tres días desde el recorrido y las denuncias que hizo Irizarry.
Entre los quioscos de esa área está el negocio Posita Beach. Su propietario, Pedro Javier Matos, explica que decidió poner su propio contenedor de basura cansado de la disputa entre el DRNA y el municipio de Loíza. Quiere que su área sea atractiva e higiénica, y entiende que los comerciantes también tienen una responsabilidad con la preservación de Piñones.
“No está claro [a quién le corresponde recoger la basura]. Yo pensaba que cuando pusimos un contenedor todo el mundo [entre los comerciantes] se iba a copiar, pero no ha sido así”, dice Matos.
El comerciante considera positiva la solicitud de Nazario para que el área de los quioscos pase a manos del Municipio.
“Yo prefiero como comerciante que sea uno de los dos [Municipio o DRNA]. Si es el Municipio, pues mucho mejor. Como lo que es recortar la grama: dicen que esta área le corresponde a Recursos Naturales y esa lomita allá arriba le pertenece al municipio”, expresó Matos sobre la deseabilidad de que una sola entidad administre el área para así evitar disputas jurisdiccionales relacionadas al mantenimiento del área.
Mientras la controversia de jurisdicción continúa entre el Municipio de Loíza y el Gobierno central, el Bosque Estatal de Piñones todavía es una barrera de protección natural única para el área.
“Ese mangle [del bosque] está conectado a las playas arenosas. Ese mangle está conectado a la costa rocosa. Esa basura puede igualmente llegar al océano y se vuelve un problema de contaminación marina, especialmente los plásticos. Sabemos que hay especies que confunden plásticos con alimentos, especialmente las tortugas marinas. Los fragmentos de plástico, los peces y otras criaturas marinas, también los confunden con alimento”, expresó Bauzá en referencia a los ecosistemas que conectan con el bosque y la importancia de su protección.
Rafael R. Díaz Torres es integrante de Report for America.