El mal del Parkinson es una enfermedad que si no se atiende de manera adecuada puede indirectamente afectar a otros miembros del núcleo familiar y personal del paciente.
Para cuidar de un paciente con Parkinson es importante tener paciencia, comprensión y un enfoque proactivo y creativo. Ante todos los retos que esto representa, es importante también buscar recursos que respalden el trabajo que le tocará a ese cuidador primario.
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Por “cuidador primario” nos referimos a aquella persona o grupo de personas que estarán ayudando al paciente en esta difícil y desafiante jornada. Y a esos cuidadores también hay que cuidarlos.
Algunos consejitos para el hogar
La casa es el cuartel general de nuestro paciente, el castillo que debe proteger a nuestro ser querido. Pero en ocasiones, si no adaptamos el espacio, el mismo puede asemejar más un campo minado.
Recuerda que el mal de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta principalmente las células cerebrales que producen dopamina, una sustancia química que ayuda a controlar el movimiento. El daño a las células cerebrales es progresivo durante el desarrollo de la enfermedad. Mediante un trastorno en el cerebro, la enfermedad de Parkinson provoca movimientos involuntarios o incontrolables, como temblores, rigidez y dificultad con el equilibrio y la coordinación, todos síntomas que paulatinamente se agudizan.
Ante esto es importante tener en cuenta las limitaciones de movilidad que enfrentará el paciente. Aquí algunos consejitos para que el cuidador tenga en cuenta al lidiar con el paciente en el hogar. Mantra: es mejor prevenir que tener que remediar.
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- Elimina obstáculos.
- Mesitas, sillas, alfombras, objetos decorativos o pasillos estrechos pueden ser obstáculos para nuestros pacientes en su intento de moverse de un lado de la casa al otro.
- Mejora la iluminación
Esto es vital, especialmente en la noche. Y si sucede un apagón, pues ya sabes que hay que estar doblemente ‘ready’. Ten a la mano linternas y recuerda que si enciendes velas, hay que estar pendiente de los movimientos de nuestro ser querido.
- Instala asideros y pasamanos
El sitio principal debe ser en el baño, tanto en las afueras de la ducha o bañera, como adentro y en la zona del inodoro. Además, se recomienda instalar asideros o pasamanos en las entradas o lugares donde haya escalones y en las puertas hacia los espacios que más frecuenta el paciente.
- Procura que los suelos no deslicen
Esto puede lograrse con alfobras o lonas de material rígido. También es importante que el paciente utilice medias habilitadas con gomas en las suelas para evitar resbalar.
- Fija bien las alfombras
¡Qué malo es tropezarte con la alfombra! Y si eso nos pasa por olvidadizos, un paciente de Parkinson no lo pasaría tampoco tan bien.
Consejos para lidiar con el paciente
- Ayuda al paciente a controlar su medicación
- Una buena forma es con alarmas en tu celular para recordar las dosis. El celular puede ayudarte también a crear listas y calendarios, para organizar las actividades diarias.
- Fomenta el ejercicio
- Vale caminar, nadar o hasta hacer taichí. La cuestión es moverse. ¡Haz como Chuwi y dales la vueltita!
- Provee una dieta rica en fibra
Así prevenimos el estreñimiento y la cosa, literalmente, fluye mejor. Oh, y más que todo, dale de beber mucha agua.
Cuídate, cuidador
- Buscar ayuda professional y apoyo emocional
Una buena forma es conectar con la comunidad de Parkinson a tu alrededor y aceptar ayuda de familiares y amigos
- Controla el estrés
Además, mantén tu identidad como persona, intenta, en lo que se pueda, hacer actividades que siempre hacías. Haz ejercicio de respiraciones y procura no abandonar tu salud cardiovascular.