La WWE está viviendo una época bien interesante. Esto es de la mano al campeón más dominante que hemos tenido en décadas. Si prendes tu televisor, abres tus redes sociales o entras a YouTube y pones WWE en el buscador, veras lo que para muchos (incluyéndome) es el epíteto de ser un luchador. Roman Reigns representa lo que es un luchador con su presencia, físico y su “It Factor”. Desde que suena su canción de entrada sientes que el aura y la atmósfera en el estadio ha cambiado. Pero no siempre fue así…
Desde que Roman Reigns hizo su debut en las filas de la WWE en el 2012 junto a sus hermanos de “The Shield” (Dean Ambrose & Seth Rollins), se perfilaba a ser la máxima súper estrella del grupo. Esto aunque Rollins fuese un mejor atleta y Ambrose (ahora Jon Moxley) tuviera más historial en las compañías independientes por todo los Estados Unidos, incluyendo Puerto Rico. No es un secreto que Vince McMahon siempre ha buscado hombres corpulentos para representar su compañía.
Lo hemos visto con Hulk Hogan, The Rock, John Cena y ahora con Roman Reigns. En el año 2014, Seth Rollins decide traicionar a Roman Reigns y Dean Ambrose. Ese hito puso fin a The Shield. En lo que muchos coinciden es que vieron este momento clave como el correcto para llevar poco a poco al camino dorado a Roman Reigns. Sólo había un problema. Los fanáticos no querían a Roman Reigns en ese entonces.
Durante el 2013, 2014 y 2015, la figura más querida dentro de la WWE se llamó Daniel Bryan. El Dragón Americano es de los mejores luchadores técnicos en la historia dentro del ensogado. No obstante, mide 5 pies con 10 pulgadas y pesa 210 libras. Para Vince McMahon, en aquel entonces Jefe Creativo de la WWE, no era atractivo para su empresa “mainstream”. Entre esos mismos años se empezó a formar el proyecto Roman Reigns.
Sin embargo, en cierto punto se tomó a la fuerza y el universo de la WWE comenzó a mostrar signos de resistencia. Muchos fanáticos lo veían como esa nueva versión de John Cena. Los fanáticos buscaban algo nuevo, fresco y dinámico como lo era Daniel Bryan o hasta el mismo Dolph Ziggler. El momento que nos abrió los ojos fue cuando Vince Mcmahon decidió darle la victoria a Roman Reigns en el evento Royal Rumble en el año 2015 para ser la lucha estelar de Wrestlemania 31.
Esa fue la primera noche en donde, sin serlo en los papeles, Roman Reigns se convirtió en el villano más grande de toda la WWE. Era como ese gobierno que nadie pidió tener, pero ahí están al mando. De ahí en adelante el proyecto Roman Reigns se volvió una montaña rusa de altas y bajas (con más bajas que altas), ganándose el odio y el desprecio de muchos fanáticos en todo mundo. Todo parecía indicar que tendríamos otra era al estilo John Cena con un luchador “buenazo” diciéndole a la audiencia que comieran sus vegetales al estilo Hulk Hogan. ¿Cómo llegamos a convertirnos del técnico más detestado al rudo más amado? ¿Cómo todo giró para convertirse en el Jefe Tribal?
Cuando alguien es odiado, debería abrazar ese odio y volverse completamente rudo. Es naturaleza básica en la industria. Burbujita y Bolillo eran los más amados por los padres, pero detestados por toda una generación de milennials que tenían que irse a dormir cuando dos sucias marionetas lo decían. La misma madre con Roman Reigns. El buenazo de la película decidió unirse al manejador más odiado de la lucha libre, Paul Heyman y se volvió lo que todo el mundo quería que fuera, un verdadero luchador rudo.
Para diciembre del 2020, Roman Reigns se había vuelto imparable. Este era un monstruo que no le importaba nada más que ganar. La perspectiva del fanático comenzó a cambiar y comenzaron a apoyarlo, pues lo vieron finalmente como una cara en la empresa que los representaba. ¿Que ha significado para la WWE está movida?
Roman Reigns se ha convertido en el Floyd Mayweather del Boxeo, unos lo aman y otros lo odian, pero todos pagan por verlo salir por esa entrada. Esto se traduce a que la empresa WWE tenga vendidos a capacidad la amplia mayoría de los eventos en este 2022. Esto incluyendo los casi 63,000 espectadores que llegaron a verlo en Cardiff, Gales. Desde su reinado, los ratings de Friday Night Smackdown han sido los mejores a nivel mundial en comparativa con cualquier otra empresa o show luchístico. Mientras que Monday Night RAW (WWE) promedia 1.7-1-8 millones de televidentes y Dynamite de AEW continúa en la eterna lucha constante en llegar al millón manteniéndose en los 900,000; Smackdown promedia 2,100 millones de televidentes mínimo cada viernes teniendo al Jefe de la Tribu como cara de dicho show. Muchos fanáticos hablan pestes y criticas hacia Reigns, pero los números no mienten y mucho menos les importa sus sentimientos.
El “Jefe Tribal” en su reinado ha vencido a los peleadores más grandes de la actualidad y del pasado tales como Brock Lesnar, John Cena, Edge, Finn Balor, Goldberg, Daniel Bryan, Kevin Owens, Drew McIntyre y si sigo me canso. Este hito no es el único impactante, ya que actualmente va en camino de romper los récords de días como campeón del boricua Pedro Morales (1027 días) y de la leyenda Brunno Sammartino (1237 días). Yo, he sido un fanático de Roman Reigns desde su comienzo. No obstante, he sabido detectar cuando las cosas no están bien (como sucedió cuando fue un proyecto fallido) y en la actualidad hay algo un poco inquietante que crea molestia en mí. Al Roman Reigns ser la estrella principal, ha logrado obtener un contrato de mucho dinero, teniendo más días libres y así evitando dar presencia en la mayoría de los eventos en vivo e incluso algunos “Premier Live Events” de la empresa. Ese es el caso de este sábado en Extreme Rules, evento en directo desde Filadelfia que no contará con la presencia de la cara de la empresa.
Dicha situación está “okay” ya que todos merecen tener tiempo para compartir con su familia y amigos. Sin embargo, Roman Reigns está manteniendo no sólo uno, si no que tiene los dos títulos máximos de la empresa en su posesión simultáneamente. Dicha situación deja a la compañía sin un campeón hábil como ocurría en la era anterior de Brock Lesnar. La WWW se ve obligada a tener múltiples luchadores como Seth Rollins, Drew McIntyre, Karrion Kross, Kevin Owens, entre otros sin una oportunidad de luchar por dichos títulos.
Esto hace que los shows se vean un poco “vacíos”, ya que todos quieren ser campeones, pero el campeón no está ya que es una figura “part-time”. Dicha situación comenzó con “La Bestia” Brock Lesnar, quien tuvo de rehén campeonatos en su corrida como campeón “part-time” y de igual forma fue criticado por muchos. Habiendo dicho la única queja e inquietud que me trae el Jefe Tribal, tengo que admitir que la WWE no tenía una figura tan imponente, joven y mercadiable desde John Cena en el 2005, 2006 y 2007. Roman Reigns no sólo es la cara de la WWE. Este es la cara de la lucha libre a nivel global y del entretenimiento deportivo. ¿No me creen?
Vean sus luchas desde el 2020 hasta hoy. La fanaticada se vive cada segundo desde su magistral entrada hasta que sale como campeón. Vean y comparen a Kenny Omega, Jon Moxley, Kota Ibushi o Will Ospreay con Roman Reigns y díganme quien parece un luchador nato. Pueden hacer esa tarea en su casa con cualquier familiar no fanático. Los cuatro talentos mencionados son excelentes, pero pasarán eternamente a un segundo plano teniendo la figura de casi un semi dios como lo es El Jefe de la Mesa.
Para culminar, Roman Reigns no solamente es un gran “performer” dentro del ensogado, sino que ha participado películas y anuncios de la mano de su primo Dwayne “The Rock” Johnson. Se ha rumorado intensamente que The Rock podría ser su rival para el próximo Wrestlemania en Los Ángeles, lo que sería uno de los encuentros más taquilleros en la historia de la WWE. De hecho, las dos noches de WrestleMania 39 están casi vendidas a capacidad y es en el 2023.
Los números no mienten. Roman Reigns es la súper estrella más grande de su generación. Lucha Libre Online, Metro Puerto Rico y El Calce te reconocemos. “All hail the chief!”
No olvides sintonizar el evento “Extreme Rules” de la WWE, este sábado 8 de octubre en el Wells Fargo Center de Filadelfia, Pensilvania. El evento tiene disponibles para la venta poco menos de 1,000 boletos de los 19,500 que caben en dicha arena. Puedes adquirir los boletos en Ticketmaster o verlo a través de Peacock en vivo desde tu hogar. En adición, la WWE transmite Raw todos los lunes a las 8:00pm (ET) por USA Network, NXT todos los martes a las 8:00pm (ET) por USA Network y SmackDown todos los viernes a las 8:00pm (ET) por Fox. Pendientes a Lucha Libre Online, Metro Puerto Rico y El Calce para más información.
Este artículo publica gracias a un acuerdo de colaboración entre el Lucha Libre Online y el periódico Metro Puerto Rico.