Rafael Nadal optó por encontrarle el lado positivo al desgarre muscular en la cadera que le impedirá disputar el Abierto de Australia y prolongará su ausencia de las canchas de tenis a más de un año.
Al menos, según informó el domingo en las redes sociales, la lesión no fue en la misma parte de la cadera que se lastimó en Melbourne el pasado enero y que precisó que fuera operado en junio pasado.
Al menos, según explicó el campeón de 22 torneos de Grand Slam, aún puede enfocarse en su gran objetivo de 2024, que sigue siendo el ponerse a punto para poder ser un aspirante legítimo al título del Abierto de Francia en arcilla, su superficie predilecta.
“Esta no es una mala noticia”, insistió Nadal al indicar que no estaba en condiciones de rendir al máximo en el Melbourne Park, donde se ha consagrado campeón en dos ocasiones y en donde el primer Slam del año arranca el próximo domingo. “Todos seguimos siendo positivos con la evolución de la temporada”.
Esto debe servir de consuelo para sus seguidores. Pero persisten varias necias interrogantes sobre lo que todo esto puede acarrear para su futuro en el deporte. Y varias de esas preguntas son las mismas que la gente se hizo en 2023.
¿Cuándo volverá? ¿Si el astro español de 37 años realmente está para volver? ¿Cuál será la versión tenística de Nadal que se verá en las canchas en caso que vuelva? ¿Volverá a ser un candidato al título en las grandes citas? ¿Podrá estar sano a plenitud? ¿Tendrá la oportunidad de retirarse del tenis con sus propios términos? ¿Podrán sus admiradores decirle adiós con alguna especia de torneo o partido de despedida?
En un momento muy conmovedor, Nadal lloró junto a su rival y amigo Roger Federer cuando formaron un dupla de dobles en la Copa Laver de 2022, la última competición de Federer. Tal y como fue en casi todo 2023, Novak Djokovic — el otro integrante de los Tres Grandes — seguirá siendo el último dando pelea.
“Te echaremos de menos en Melbourne, Rafa. Te mandamos todo nuestro amor y los mejores deseos para una pronta recuperación”, indicó el Abierto de Australia en sus redes sociales. “Te veremos pronto en las pistas”.
Esa última frase podría ser muy optimista. Los únicos que lo saben con certeza son Nadal y los integrantes de su equipo.
Se trata de un grupo muy acostumbrado a lidiar con lesiones y retornos. Este Abierto de Australia será el cuarto grande seguido que el español se pierde desde que se lesionó en la segunda ronda en Melbourne en enero de 2023 — llevaba 12 meses sin jugar hasta que saltó a la pista en Brisbane la semana pasada — y elevó a 15 los torneos de Grand Slam en el que causa baja ya sea por una lesión o una enfermedad.
Su última consagración, en el Abierto de Francia de 2022, fue con una dolencia en el pie izquierdo, debiendo infiltrarse varias veces. La previa, en el Abierto de Australia de 2022, fue tras una ausencia por una lesión en ese pie. Y así.
Existe una superficie, el polvo de ladrillo, y un sitio, Roland Garros, que revista más importancia que el resto para Nadal y su legado. Y resulta que el lugar donde ha conquistado 14 de sus coronas de Grand Slam será la sede del torneo de tenis de los Juegos Olímpicos de París 2024.
El Abierto de Francia arranca en mayo. La cita olímpica de verano empieza en julio.
“Como siempre dije, mi objetivo es estar en mi mejor nivel en de tres meses”, escribió Nadal el domingo.
Es el jugador de leyenda al que le resultado durísimo entrar a jugar a menos que esté convencido de que puede ganar y pelear por el título. No es así en este momento, incluso si sus golpes no perdieron su habitual potencia durante los primeros dos partidos — y primeras dos victorias — en su retorno en Brisbane la semana pasada. La cadera le afectó demasiado a lo largo de las 3 horas y medio de juego al perder ante Jordan Thompson en los cuartos de final.
Si eso ya fue muy pesado, Nadal entendió que no estaba para entregar su “nivel máximo” a lo largo de un duelo al mejor de cinco sets en un grande.
El mundo del tenis se hace la pregunta. ¿Eso volverá a ser posible?