Los padres no solo nos heredan la genética, a veces también nos heredan la pasión y el talento deportivo. Es por esto que se dan casos de atletas cuyos hijos o padres se desempeñan en las mismas disciplinas y logran pasar los éxitos como una tradición familiar. Tal ha sido el caso de Katharine Berkoff, que ha logrado un hito impresionante en los Juegos Olímpicos de París 2024.
La nadadora logró ganar la misma medalla en y en la misma disciplina que su padre, David Berkoff, obtuvo 32 años antes. Ambos deportistas lograron el bronce en natación, en los 100 metros espalda. Mientras que David la logró a los 26, su hija Katherine lo ha hecho con tres años menos.
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David y Katherine Berkoff, una tradición familiar olímpica
David Berkoff destacó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, donde logró el tercer puesto en los 100 metros espalda. Este logro consolidó su reputación en el mundo de la natación y dejó una huella duradera en la historia del deporte. Su técnica en las salidas, conocida como el ‘Berkoff Blastoff’, revolucionó la disciplina y le otorgó una ventaja competitiva que impresionó a espectadores y rivales por igual. Además de su medalla olímpica, Berkoff también ganó dos de oro y una de plata en los Campeonatos Mundiales de Natación.
Más de tres décadas después, su hija Katharine demuestra que el talento lo lleva en la sangre. La deportista de élite consiguió el tercer lugar con un tiempo de 57.89 segundos en la final, mientras que Regan Smith, su compañera de equipo, terminó en segunda posición con 57.66 segundos, y por último, la campeona Kaylee McKeown, se llevó el oro con un tiempo de 57.33 segundos.
Tras la victoria, Katharine expresó su respeto y admiración por su padre. “Es un honor increíble poder ganar la misma medalla que mi padre ganó hace tantos años”, comentó. “Su legado ha sido una fuente constante de inspiración para mí. Saber que puedo compartir este logro con él es algo muy especial”.