NUEVA YORK (AP) — La derrota más dolorosa de Carlos Alcaraz en un Grand Slam fue inesperada en todos los sentidos.
Era imposible pronosticar que el joven astro español tendría una noche tan nefasta como la del jueves al perder sin atenuantes 6-1, 7-5, 6-4 ante el neerlandés Botic van de Zandschulp en la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos.
Fueron 2 horas y 19 minutos de un Alcaraz irreconocible en el estadio Arthur Ashe, lejos del pletórico tenista que ha acumulado cuatro coronas de Grand Slam con 21 años cumplidos.
Después de cometer una doble falta para quedar dos sets abajo, un déficit que nunca ha sido capaz de revertir, el tercer cabeza de serie cargó su raquetero y se encaminó al vestuario. Desconcertado por la situación, miró hacia su entrenador Juan Carlos Ferrero, haciéndole saber que no sabía qué hacer.
“Mentalmente no estoy bien, no estoy fuerte”, dijo un contrariado Alcaraz al examinar una noche para el olvido ante la prensa. “Ante los problemas no sé controlarme, cómo gestionarlo, y eso para mí es un problema”.
Nadie se esperaba un mazazo de semejante magnitud al considerar su excelente nivel en los meses previos frente a un rival de menor jerarquía — el número 74 del ranking.
Alcaraz estuvo a años luz de su mejor versión, cometiendo errores de todo tipo, para ver rota una racha de 15 victorias en torneos de Grand Slam.
El verano de Alcaraz había sido fulgurante: consagraciones en el Abierto de Francia y luego Wimbledon en julio, más una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París. Tras haberse coronado en Nueva York en 2022, era el gran favorito para añadir otro trofeo a su colección.
Pero nunca pudo carburar ante van de Zandschulp, de 28 años.
“No veía bien la pelota. Muy pocas veces he sentido la bola en el punto dulce. No le llegaba bien. Es una sensación bastante rara”, indicó Alcaraz.
“En vez de dar pasos hacia adelante, he dado pasos hacia atrás en el tema de la cabeza”, reflexionó. “No entiendo por qué. Tengo que ver qué me pasa. Venía de un verano espectacular, de Roland Garros, de Wimbledon, saliendo de ahí diciendo que mentalmente había dado un paso adelante. Vengo a esta gira y es como que he dado un paso hacia atrás”.
Alcaraz no descartó que un calendario de torneos que no da tregua le pasó factura.
Después de perder ante Novak Djokovic en la final olímpica hace tres semanas, Alcaraz cayó a las primeras de cambio contra Gael Monfils en Cincinnati, destrozando una raqueta de por medio.
“De repente he venido sin tener la energía suficiente que yo creía iba a tener”, señaló. “Pero no quiero usar eso como una excusa”.
Tenía una marca de 16-2 en el US Open, y nunca había perdido antes de los cuartos de final en sus tres presentaciones anteriores. Esta fue la derrota más prematura de Alcaraz en un grand desde que sucumbió en la segunda ronda de Wimbledon en 2021 siendo un adolescente.
Van de Zandschulp, por su parte, tenía los cuartos de final del US Open en 2021 como su mejor resultado en las grandes citas.
Se antojaba muy difícil que iba a protagonizar una sorpresa tan mayúscula, más al considerar que tenía una foja de 11-18 al iniciar esta semana y sin haber encadenado victorias en la gira durante todo 2024 hasta ahora.
“No tengo palabras, ha sido una gran noche para mí”, dijo.
Y lo fue, al dar rienda suelta a su agresividad, llevándose el punto en 28 de sus 35 aproximaciones a la red.
“He defendido bien... Tenía nervios, pero si quieres ganar a uno de estos jugadores, tienes que mantener la calma”, dijo van de Zandschulp, quien enfrentará al británico Jack Draper (25to cabeza de serie) en la tercera ronda. “Caso contrario, ellos sabrán sacar provecho”.