Un magullado y ensangrentado, Tadej Pogacar aun así logró una victoria en solitario el sábado.
El campeón defensor se recuperó de una fuerte caída para convertirse en el segundo ciclista en ganar las Strade Bianche tres veces.
El esloveno —quien también se convirtió en el primero en ganar la carrera de manera consecutiva— tuvo el tiempo suficiente para sentarse en la aproximación a la meta, levantar los brazos por encima de su cabeza y señalar con ambos índices al cielo mientras sonreía ampliamente.
“Lo disfruté hasta que cruce la meta, ahora se desvaneció la adrenalida y estoy empezando a sentir mucho dolor”, admitió Pogacar. “Entonces no es la mejor forma de ganar, pero una victoria es una victoria y esperemos que no sea algo peor de lo que se ve y todo estará bien”.
Pogacar, quien también ganó en 2022, finalizó un minuto y 24 segundos por delante del británico Tom Pidcock y 2:12 por delante del belga Tim Wellens.
La Strade Bianche de este año tuvo una de las rutas más difíciles hasta ahora, ya que por primera vez en 19 ediciones hubo más de 80 kilómetros (50 millas) de camino de grava blanca que dan nombre a la carrera.
Hubo en total 16 sectores de grava, totalizando 81,7 kilómetros, en la ruta de 213 kilómetros (132 millas) a través de la Toscana.
Aunque era el gran favorito antes de la carrera, las posibilidades de Pogacar no parecían tan buenas cuando cayó a menos de 50 kilómetros de la meta.
El tres veces campeón del Tour de Francia lideraba un pelotón de tres líderes al bajar una pendiente y se deslizó en una curva, enviándolo volando por la carretera y cayendo de cabeza en una zanja.
Pogacar volvió rápidamente a su bicicleta, pero cubierto de rasguños en su pierna y brazo izquierdo, con su traje de competición desgarrado, y aproximadamente 30 segundos detrás de Pidcock.
Logró pasar rápidamente a Connor Swift — quien también se encontraba en ese trío —y, cuando la diferencia se redujo a 15 segundos, Pidcock optó por esperar a Pogacar para continuar su duelo de cara a los últimos 45 kilómetros.
Pogacar atacó en el penúltimo sector, con 18 kilómetros restantes, y dejó a Pidcock en su estela.
