Cuando hablamos de clásicos del cine, una de las primeras películas que llega a la mente es Titanic. Cuando se estrenó en 1997, el filme protagonizado por Kate Winslet y Leonardo DiCaprio en la flor de la juventud bajo la dirección de James Cameron tuvo un éxito inaudito.
La producción rápidamente alcanzó varias hazañas tales como ser la cinta que más tiempo permaneció en el primer lugar en taquilla (15 semanas) y también convertirse en la más taquillera de todos los tiempos hasta que Avatar la superó más de 10 años después.
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Las claves que hicieron a Titanic un clásico inolvidable del séptimo arte fueron varias. Una de ellas es la apasionante historia de amor entre Jack y Rose, un romance que muchos consideran de los más cautivadores y atrapantes proyectados en la historia de la gran pantalla.
Sin embargo, la principal sería el hecho de que el largometraje representó una experiencia cinematográfica única. Y es que enmarcaba la conmovedora trama de sus protagonistas en una catástrofe ampliamente conocida que desde siempre ha causado curiosidad.
Todo esto presentado con la mayor minuciosidad y precisión posible en todos los detalles históricos, desde el vestuario, pasando por la escenografía hasta los acontecimientos suscitados cuando el barco choca contra el iceberg que provoca su hundimiento una madrugada de 1912.
Aparte, los efectos visuales, la fotografía, la banda sonora, entre otros aspectos de la película recibieron la ovación del público y de la crítica. No por nada el filme arrasó en los Premios Oscar de 1998 llevándose 11 estatuillas doradas de las 14 a las que estaba nominado.
Otra de las proezas de Titanic es ser de esas películas que ha hipnotizado a espectadores de varias generaciones y las audiencias la han visto una y otra vez. De hecho, cuando se estrenó, causó una “fiebre mundial” que llevó a personas a verla en el cine hasta en 10 ocasiones.
El detalle oculto en el final del Titanic que pocos notaron
No obstante, aun para quienes la han visto en incontables ocasiones, es posible que se les hayan pasado algunos detalles escondidos a lo largo de esta obra maestra que no solo la hacen más especial, sino también un poco más desgarradora.
Uno de los guiños más significativos se encuentra en las escenas finales de Titanic. Luego de que la anciana Rose termina de narrar sus recuerdos del naufragio y arroja el codiciado collar “Corazón del océano” al mar, la protagonista se acuesta a dormir en su cama.
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Luego, cámara se pasea por las fotos en su mesa de noche con todas las cosas que hizo en vida. Unos segundos después, la película nos lleva de nuevo al fondo del mar en donde yacen los restos del barco. De repente, las ruinas regresan a su estado original.
Más adelante, la heroína de nuevo en su versión joven entra al hall de la embarcación. Allí se encuentra con varios pasajeros que la esperan y la saludan sonrientes. En la parte de arriba de la escalera, frente al reloj, su amado Jack la espera y le extiende la mano.
El detalle oculto está en el reloj. Y es que, el momento exacto en el que Rose y Jack se reencuentran ocurre a las 2:20 a. m. Dicha hora no fue elegida al azar, sino que se trata de la hora en la que el famoso trasatlántico RMS Titanic se terminó de hundir en las aguas del océano Atlántico.
Cabe destacar que estas escenas finales han desatado toda clase de teorías. Una de las interpretaciones más extendidas es que la protagonista muere mientras duerme tal como el amor de su vida le dijo que lo haría: en su vejez y en su cama.
Por esto, se muestra en las fotos un resumen de lo que hizo tras la muerte de Jack y después se encuentran en la otra vida teniendo como testigos a todos los pasajeros fallecidos del barco -reunidos sin importar su clase- en un lugar en donde el tiempo no ha pasado.
Sin duda, es un final mágico y sumamente conmovedor para una cinta que seguirá grabada en las mentes y corazones de todos.
