La actriz Johanna Rosaly dio su versión de lo ocurrido con dos jóvenes estudiantes de la Universidad del Sagrado Corazón (USC) que la citaron para realizarle una entrevista como parte de un proyecto de una clase de periodismo.
Según explicó la actriz, esta corrigió a los estudiantes y pidió que detuvieran la entrevista para que no les quitaran puntos por haber mencionado incorrectamente su nombre y por haberla tratado de “tú” en lugar de usted.
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Del mismo modo, en un hilo publicado en la red social Twitter, Rosaly indicó que llegó a tiempo a su cita con los estudiantes, sin embargo, estos no se presentaron a la hora acordada y que además no le habían indicado que la entrevista sería grabada en video.
“Cuándo la entrevistadora me presentó a cámara pronunció mal mi nombre y pedí que detuvieran la grabación para corregirlo, pensando que le habrían de quitar puntos en la nota por el trabajo de clase si no pronunciaba correctamente el nombre de su entrevistada”, escribió.
“Yo sé cuál es mi nombre y cómo se pronuncia, y en la vida cotidiana no me importa que se pronuncie mal porque entiendo que no es un nombre sencillo. Sólo pensé en la nota que iba recibir la joven estudiante. Por eso pedí que detuvieran la cámara. Pero no la detuvieron. Igualmente, en la 2da. entrevista para el proyecto de clase cuando el joven Julián comenzó tuteándome pedí que detuvieran la cámara para explicarle que a cualquier entrevistado que fuera tan marcada mente mayor que él como lo era yo, debía tratarlo de usted”, añadió la actriz.
El video de la entrevista fue publicado en el programa de “La Comay” en TeleOnce, luego de que los propios estudiantes suministraran la entrevista sin editar, acto que también fue criticado por la actriz.
“Tristemente, uno o varios de los involucrados en el proyecto de clase percibió humillación donde solo hubo consejos, y tomando un material grabado sin mi consentimiento (yo había pedido detenerlo para protegerlos a ELLOS), lo filtró al programa más nefasto de nuestra TV. El resto ya se conoce: diez minutos de viciosa maledicencia de parte del titiritero y su alcahuete, y un febril debate sobre urbanidad y buenas formas de periodismo vs. el derecho juvenil al tuteo universal y la defensa “porque son jóvenes” del errar sin ser corregidos”, expresó.