Escribir una historia sobre cómo Aixa Vázquez celebrará estos días de Navidad es compartir una historia feliz.Lo es porque su felicidad se sostiene en un profundo sentido de agradecimiento, trabajo arduo y un genuino deseo de servir. Esa felicidad se revela a través de las fotos familiares que serán parte de sus recuerdos de este año 2022 y que engalanan la portada de Metro Salud.
También se desprende de su reflexión acerca de las experiencias vividas este año, como su boda con Mario Torres, las que ha acumulado desde que llegaron a su vida los gemelos Leonardo Andrés y Lorenzo Javier, y las que atestigua cada día en la calle como reportera de Wapa Televisión.
“Hasta hace unos años no era la época más bonita para mí”, comentó del saque Aixa al hacer memoria sobre sus vivencias de la temporada navideña luego del fallecimiento de su abuela y antes del nacimiento de sus hijos.
Doña Juana Quintana era la espina dorsal de su numerosa familia, que en las navidades se hacía aún más grande porque se unían otras del residencial Luis Llorens Torres donde Aixa se crió. El apartamento de la abuela era el espacio de encuentro y de comer siempre delicioso. Después de su partida en 1987, hubo otras pérdidas muy significativas en la vida de Aixa, como la de su papá y uno de sus hermanos. “La familia se fue desperdigando y también achicando. Ya no veía la Navidad con ilusión, sino con melancolía y tristeza”, recordó quien el pasado verano sufrió la muerte de Freddie, su hermano mayor.
Los gemelos, su mejor fiesta
Fue también una temporada navideña la que le devolvió la ilusión, pues, en una cena de Acción de Gracias y junto a un árbol de Navidad, Aixa y Mario anunciaron su embarazo. Con el nacimiento de los gemelos llegaron grandes regalos espirituales que hoy continúa acumulando. Ahora disfruta que los dos chicos, a sus siete años, ayuden a adornar el árbol, colocar el pesebre exterior y ambientar el hogar para los días festivos. Y, aunque Lorenzo y Leonardo todavía no aprenden bien los nombres de los Reyes Magos, sí recogen la grama para dejársela a los camellos.
La pareja goza, además, de la perspicacia de sus chicos, que observan y preguntan acerca de los regalos y de cómo es posible que Santa Clos los lleve a su casa, cuando solo se consiguen en Internet.
“Mis hijos están conscientes de que algunos regalos llegan por avión… he tenido que decirles que Santa Clos también es tecnológico y tiene acceso a las plataformas por las que ellos piden”, contó.
Un reto para Aixa ha sido reconciliarse con esta figura navideña, que considera muy comercial.
Disfruta la ilusión que causa a los niños la llegada de Santa Clos, pero prefiere recordarles lo que para ella es el verdadero sentido de la Navidad.
“Siempre he tratado de darle más énfasis en lo que es verdaderamente importante para mí, que es el nacimiento del niñito Jesús y lo que significó su llegada para nosotros”, dijo, quien, junto a su familia, se congrega en comunidad en la iglesia episcopal.Los nenes intervienen en la conversación para contar lo que pidieron para esta Navidad. Leonardo dijo que espera legos y plastilinas, y Lorenzo los muñecos de Alphabet Lore Number. Por supuesto, que el Play Station 5 entró en esta lista. Titubearon un poco cuando se les preguntó si comparten sus juguetes entre ellos. Lo que no dudaron fue en expresar que sí los comparten con su abuela Carmín, madre de Aixa, y con su hermana mayor, Paola, de 21 años e hija de Mario. Su mamá dice que ambos niños están en la etapa de crear, dibujar y convertir en juguete hasta una caja de cartón.
“Yo he escuchado a algunos padres decir que quieren darles a los hijos lo que no tuvieron. Creo que no tener lo que uno quisiera no implica que sea poco”, opinó.
Parte de sus enseñanzas constantes a sus hijos es hacerles conscientes de que deben ser solidarios con otros niños que sí tienen carencias de derechos esenciales, como alimento, vivienda y una familia.
Saben que los juguetes que no usan se regalan a otros niños, como los que acoge la Fundación Hogar Niñito Jesús, organización de la que Aixa es madrina.Convocada a servirPara la periodista, la felicidad se va tejiendo en las buenas relaciones, practicando la empatía, el respeto y añadiendo valor al prójimo. Agradece lo cotidiano, su trabajo, la salud de los suyos, la unidad familiar y el amor que rodea a sus hijos.
“Son nenes agradecidos y cariñosos… Quiero enseñarles que aprendes a ser feliz cuando también compartes tu felicidad con los otros, que cooperen y que sean humanos sobre todas las cosas. Creo que ahí estriba la felicidad”, sostuvo.
La lucha y el servicio se añaden a esos valores que comparte Aixa con su familia.Por un lado, repite que se siente privilegiada por las bendiciones que tiene y por el cariño del público que, durante la planificación de su boda, se extendió a su esposo Mario. Por otro, afirma que, más allá de la labor profesional de informar y educar al país, se siente convocada a servir, respaldando a las organizaciones sin fines de lucro que llevan el peso de la labor social en Puerto Rico.
“Me gustaría hacer más, servir más… De qué me sirve estar bien, si el que está al lado está en necesidad y tristeza”, expresó.
Lista para el 2023Con una carrera de más de dos décadas en radio y televisión, Aixa está lista para las oportunidades que puedan llegar.
Este año se estrenó en el teatro a través de la obra Titantos, de Uka Green, y ya se siente parte del elenco. Además de fortalecer su compromiso social y disfrutar su participación como parte del equipo de Noticentro al Amanecer, espera poder aportar con más reportajes investigativos y a los proyectos nuevos que puedan presentarse.
“Las oportunidades han llegado, no se han buscado. Tal vez, hace unos años, estuviese temerosa. Ahora estoy abierta a experimentar y aprender”, sostuvo.