Yotuel y Beatriz Luengo continúan el llamado para la justicia de “Patria y vida”

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El eco de los aplausos terminó hace dos años pero la historia de “Patria y vida” continúa y dos de los artistas relacionados con este himno de protesta cubano, así como muchos ciudadanos, permanecen tras las rejas.

“Patria y vida” se llevó en 2021 el Latin Grammy a la canción del año y a la mejor canción urbana. En ella sus autores Descemer Bueno, El Funky, Gente de Zona, Yadam González, Beatriz Luengo, Yotuel y Maykel Osorbo se atrevieron por primera vez a expresar su desacuerdo con el gobierno cubano. Lanzada en febrero de ese año, tuvo su mayor popularidad durante las manifestaciones en Cuba de julio.

En la ceremonia de los Latin Grammy, en noviembre, fue tocada en vivo en un emotivo número acústico.

Interpretada por Yotuel, Gente de Zona, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky, cambió el lema revolucionario de “patria o muerte” creado por Fidel Castro por “no más mentiras, mi pueblo pide libertad, no más doctrinas / Ya no gritemos ‘Patria o muerte’ sino ‘Patria y vida’”. Su video ha sumado más de 13 millones de vistas en YouTube desde su lanzamiento.

Algunos ciudadanos que protestaban por el desabastecimiento de alimentos y medicamentos, los cortes de luz y la falta de libertad democrática tomaron como bandera la canción. Cuba atravesaba una aguda crisis económica -de la que no se ha recuperado- y los manifestantes exigían cambios políticos. Las protestas se extendieron también a otras urbes como Miami y la Ciudad de México y culminaron con una histórica movilización el 11 de julio de 2021 conocida como “11J”.

En medio de las protestas hubo también actos vandálicos, automóviles dañados, vidrieras destruidas y saqueos.

El saldo fue un civil muerto y centenares de personas detenidas, entre ellas menores de edad. El gobierno no informó de inmediato la cantidad exacta de arrestados, pero en enero de 2022 la Fiscalía General de la República indicó que había 790 personas instruidas con cargos delictivos y para junio de ese año se habían reportado sanciones dictadas por tribunales a 381 personas con penas de hasta 25 años de prisión para los acusados de los cargos más graves, como el de sedición.

El rapero Maykel Osorbo y El Funky son artistas del Movimiento San Isidro, que desde 2018 ha protestado contra el gobierno cubano, y de los participantes en la canción “Patria y vida” eran los únicos que se encontraban en territorio cubano. Osorbo fue arrestado en mayo de 2021 al intentar salir de la vivienda en la que llevaba más de un mes con vigilancia. El Funky también fue arrestado en esa fecha, pero fue liberado a las pocas horas.

Luis Manuel Otero Alcántara es otro de los integrantes del Movimiento San Isidro crítico del gobierno y quien se ha opuesto a una ley que censura a los artistas. Fue detenido el 11 de julio de 2021 en La Habana después de anunciar en un vídeo que se uniría a las protestas ese mismo día.

El viernes Amnistía Internacional pidió la liberación inmediata e incondicional de Alcántara y Osorbo -cuyo nombre verdadero es Maykel Castillo Pérez- a un año de que fueran sentenciados a cinco y nueve años de prisión, respectivamente.

“La detención arbitraria de Luis Manuel y Maykel es parte de un patrón de represión basado en encarcelar a toda costa a quienes no están de acuerdo con las autoridades. Estas detenciones pretenden tener un efecto disuasorio sobre el activismo y silenciar la libertad de expresión en Cuba”, dijo en un comunicado Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.

Ambos artistas fueron acusados de los delitos de desacato y desorden público. Además, Alcántara fue acusado de insultar los símbolos patrios y Osorbo de "difamar instituciones, organizaciones, héroes y mártires”.

Luengo consideró que era hora de contar toda la historia de “Patria y vida” en un documental titulado “Patria y vida: The Power of Music”.

“La realidad supera la ficción, es increíble que en el año 2023 estemos viviendo esto”, dijo la directora del documental en una entrevista reciente antes de la presentación del filme en el Festival de Cine de Tribeca en Nueva York. Osorbo “es el único músico en el mundo que está preso por una canción que ha ganado dos Grammys. Lo está pasando muy mal, él está enfermo. Luis Manuel tiene una condena de cinco años, es absolutamente surrealista”.

Para Luengo “Patria y vida” no es una canción agresiva o contra una persona específica, es "una canción de derechos humanos que invita a la vida, que invita a escuchar una realidad que no ha sido escuchada anteriormente y que pone de protagonista a un pueblo herido”, señaló.

Yotuel, integrante del grupo Orishas, ha vivido por años fuera de Cuba. Durante el revuelo de “Patria y vida” decidió permanecer fuera de su país.

“No me dejan entrar en Cuba y es muy peligroso”, dijo. “Claramente estamos en presencia de una dictadura, un país totalitario, donde cada vez más se restringe al pueblo cubano de poder hablar, opinar, exigir, demandar, luchar”.

Yotuel ha sido criticado en las redes sociales y calificado de “negrito limpiabotas” y “jinetero” por sus opositores.

“Si ser contestatario y disidente en Cuba es un peligro, mucho más es ser contestatario, disidente y negro”, dijo Yotuel, quien se atrevió a contar su historia en el documental, incluyendo la separación de varias generaciones de su familia forzadas a migrar para buscar mejores condiciones económicas, para “recordarle a las próximas generaciones lo duro que se trabajó para lograr esta libertad y para tener un país con esperanza”.

Además de los llamados para la liberación de Alcántara y Osorbo, Luengo y Yotuel, quienes son pareja, están especialmente atentos a los menores de 18 años sentenciados tras las protestas. La edad imputable en Cuba es de 16 años y en su mayoría los jóvenes de entre 16 y 18 años detenidos por las protestas fueron sentenciados a “trabajo correccional”, es decir, comunitario.

El gobierno cubano ha negado que hubiera represión a los manifestantes y el presidente Miguel Díaz-Canel afirmó que los procesos contra los menores de edad fueron “racionales” y conformes a la ley. Sin embargo, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU ha expresado su preocupación por la severidad de las sentencias. Las organizaciones Prisoners Defenders y Justicia 11J han señalado que se trata de cerca de una treintena de menores.

“Cuando se violan los derechos humanos, la política es una palabra muy pequeña, nosotros no somos políticos, nosotros no pretendemos hacer una guerra política porque nuestro lugar son los derechos humanos”, dijo Luengo. “Cuando hay una violación a los derechos humanos de un país no miramos el color político de la persona que está siendo abusada, simplemente decimos que eso no está bien”.

Luengo, quien también es actriz y escritora, dijo que la creación del documental surgió espontáneamente cuando comenzó a grabar todo lo que sucedía a su alrededor. Ahora su intención es llevarlo a más festivales y “llenar los cines de personas que puedan ver otra realidad de Cuba”, dijo.

“Veo unos cubanos dentro de Cuba que tienen patria, pero les robaron la vida, y unos cubanos que salieron, que tienen vida, pero se quedaron sin patria, que no pueden regresar y anhelan ese regreso”, dijo Luengo. “El dolor de los cubanos de fuera es una historia que también debía ser reflejada”.

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