Tras el thriller postapocalíptico Bird Box de 2018, en el que Sandra Bullock pasa la mayoría de la película con sus ojos vendados, enfrentando un enemigo silencioso que empuja al suicidio luego del contacto visual, Netflix retoma la potencial franquicia con una narrativa similar, bajo el título de Bird Box: Barcelona.
La nueva propuesta se ubica en una óptica iberoamericana, e integra nuevas dinámicas sociales cuando un grupo que busca protegerse de esta fuerza maligna se encuentra con otros de diferentes motivaciones.
El actor español Mario Casas interpreta a un padre que tiene que afrontar su nueva realidad al proteger a su hija de estas extrañas fuerzas. Casas habló con Metro sobre el reto de actuar a ciegas.
5 preguntas a Mario Casas:
Tu personaje es bien complejo, con muchas contradicciones. ¿Cómo trabajaste esa dualidad?
—Para mí era como lo más interesante en el personaje, no sé porque cuando me ofrecen la película, esta expansión de Bird Box ya era como un regalo. Es una suerte para mí como actor, porque es un personaje con muchas sombras, que de repente está viajando con el duelo. Para mí era muy importante la emoción, un personaje que constantemente está roto y tiene este viaje con su hija y que tendrá que superar todo eso que lleva dentro para cambiar y superarse a sí mismo.
¿Cómo comparas con la original?
—Creo que hay algo en que son distintas. Me parece que aquí hay unas respuestas que también esperamos en esta segunda parte. Pero seguimos jugando con esa sensación que me parecía lo más interesante de la primera, que es el no poder ver, el estar en un mundo apocalíptico, sobrevivir en la calle sin poder ver. Yo creo que es de las cosas que más atrapa al espectador y más me gustaron, saber que iba a estar con los ojos tapados, con vendas o con gafas.
Trabajar con Álex y con David, que tienen una vasta experiencia en este tipo de películas y de temas apocalípticos. ¿Cómo fue trabajar esa colaboración con estos dos directores?
—Pues muy bien. Yo había trabajado ya anteriormente en The Occupant. Son dos directores que además son hermanos, se complementan muy bien. Uno es más técnico, el otro trabaja un poco más en la actuación, pero yo creo que tienen un talento enorme en hacer las películas muy grandes y a la vez que te lo creas, que yo creo que es lo complicado de este tipo de películas y lo han hecho muy bien. Me parece que son dos trabajadores natos que tienen mucho talento y ojalá quieran contar conmigo en un futuro.
La cinta se desarrolla en Barcelona, donde prácticamente te criaste. ¿Cómo reaccionaste al saber que iba a ser en tu ciudad?
—Estoy en Madrid ahora, pero es verdad que mi infancia la pasaba allí y lo más impresionante era ver todas estas calles que ya conozco, tan conocidas en Barcelona, destruidas por completo, porque el trabajo de arte, el trabajo de la producción de la película fue inmenso. No solo fue al final efectos visuales o croma, que estamos acostumbrados ya, sino realmente recrear las calles y esto le daba una verdad diferente a la película.
Estuviste recientemente en Puerto Rico trabajando la promoción del disco de Bad Bunny. ¿Cómo fue esa experiencia y a dónde te llevaron Benito y su equipo?
—Estuvimos en una parte de unas playas que disfruté muchísimo. O sea, él es un tipo maravilloso, que nos lo pasamos muy, muy bien y a la vez tener la oportunidad de conocer una artista de este calibre y además conocer al tipo humilde. Un tipo que se le ve trabajador, inteligente y que conmigo se portó muy bien. Entonces deseando ojalá volver a Puerto Rico pronto.