Jennifer López y Ben Affleck parecían tener una linda historia de amor de segundas oportunidades pero ahora se enfrentan a uno de los divorcios más mediáticos en los últimos años en Hollywood.
Apenas hace dos años la diva del Bronx y el actor dieron el sí en el altar pero en los últimos meses empezó a sonar el rumor de separación hasta que terminó por ser un hecho luego de que se revelara, hace algunos días, que la cantante y Affleck iniciaron el proceso de divorcio el pasado 20 de agosto.
¿Por qué casi se encuentran Jennifer López y Ben Affleck?
La intérprete de 55 años y su expareja por poco coinciden recientemente, pues los dos estuvieron trabajando en uno de los edificios de oficinas que comparten. De acuerdo con PageSix, López y Affleck estuvieron en el local de Los Ángeles con treinta minutos de diferencia por lo que, por suerte para ellos, no se vieron. Sin embargo, sus rostros si se mostraron bastante serios, lo que refleja sin duda el difícil momento personal que atraviesan.
Luego de que se hiciera pública la petición de divorcio de Jennifer, el pasado agosto, los dos se han enfocado en encaminar esta nueva etapa de su vida. Los medios no han tardado en vincular al actor de Batman con Kathleen Kennedy, hija de Robert F. Kennedy Jr, que apoya a Donald Trump en la actual campaña presidencial. Es hermana además de Conor Kennedy, quien es conocido por su breve relación con Taylor Swift. Pero estos rumores fueron desmentidos por fuentes cercanas al actor y algunos medios afirman que Ben parece querer centrarse en su familia, en los tres hijos que tiene con la actriz Jennifer Garner, Violet, de 18 años, Finn, de 15, y Samuel, de 12, y el trabajo.
JLo también se ha refugiado en su familia pues compartió el verano con sus hijos Max y Emme, de 16 años, nacidos de su relación con Marc Anthony. La artista, que canceló su gira de conciertos cuando comenzaron los rumores de ruptura, se ha centrado en ella misma y su autocuidado y también se la ha visto acudiendo a un spa en y comenzando la búsqueda de un nuevo hogar. La artista recorrió una propiedad valorada en 27 millones de dólares (más de 24 millones de euros) en Bevely Hills, California, a solo unas manzanas de Rodeo Drive.