Denzel Washington ha generado titulares con sus declaraciones recientes sobre su complicada relación con los Premios Oscar. Durante la promoción de “Gladiador II”, en la que interpreta al intrigante Macrino, Washington habló con franqueza sobre una etapa amarga en su carrera que lo llevó a cuestionar su papel como miembro de la Academia.
Todo comenzó en el año 2000, cuando fue nominado a Mejor Actor por su interpretación en “Huracán Carter”. Aunque ya había ganado un Oscar como Mejor Actor de Reparto en 1989 por “Tiempos de gloria”, esta nueva nominación era especial. Sin embargo, la estatuilla terminó en manos de Kevin Spacey por su actuación en “Belleza Americana”.
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Denzel Washington habla sobre el Oscar que perdió contra Kevin Spacey y sus comentarios generan polémica
Sobre la ceremonia de ese año, Denzel comentó a Esquire “recuerdo cuando dijeron su nombre. Me di vuelta para mirarlo, y sentí que todos los demás me estaban mirando a mí. Tal vez no fue así, pero así lo percibí en ese momento. Esa noche, al llegar a casa, me serví una copa. Fue difícil”.
La derrota no solo dejó un sabor amargo, sino que también impactó profundamente su visión de los premios. En los años siguientes, Washington se desentendió por completo del proceso de votación como miembro de la Academia, delegando esa responsabilidad en su esposa, Pauletta.
“Le dije: ‘Ya no me importa. ¿Les importo yo a ellos? Vota tú. Yo no voy a ver las películas’”, confesó. “Me amargué. Me compadecí de mí mismo”. A pesar de este tropiezo emocional, Washington logró redimirse en 2002, cuando ganó el Oscar a Mejor Actor por su icónica interpretación en “Día de entrenamiento”.
Denzel Washington vuelve pisando fuerte con “Gladiador II”
Ahora, con su actuación en “Gladiador II”, Denzel Washington vuelve a ser un contendiente en la temporada de premios, esta vez en la categoría de Mejor Actor de Reparto. Aunque mantiene una relación compleja con los Oscar, su legado como uno de los actores más influyentes de su generación permanece intacto.
“A lo largo de mi carrera, he aprendido que los premios son efímeros. Lo que queda es el trabajo y el impacto que dejas en el público”, reflexionó. Un recordatorio de que, para Washington, el verdadero triunfo siempre estará más allá de los galardones.