El exponente urbano Ramón Luis Ayala Rodríguez, mejor conocido como Daddy Yankee, oficialmente está divorciado de su esposa Mireddys González Castellanos, tras la vista de divorcio que se llevó a cabo en la mañana del martes.
La vista de divorcio del matrimonio estaba pautado para hoy, martes 18 de febrero a las 9 de la mañana. La orden fue emitida el pasado 31 de enero por la jueza Eva Soto Castelló del Tribunal de Primera Instancia (TPI) de Carolina.
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Según reportó el comunicador Fernan Vélez, mejor conocido como “Nalgorazzi”, en el programa Lo Sé Todo (Wapa TV), la vista por video conferencia duró alrededor de 20 minutos.
La posible separación entre la pareja se comenzó a rumoras desde el año 2023, cuando el artista urbano, llevó a cabo sus últimas presentaciones en el Coliseo de Puerto Rico, José Miguel Agrelot.
No fue hasta diciembre del 2024, que a través de una comunicación en sus redes sociales, Daddy Yankee, confirmó que se encontraba en un proceso de divorcio, que fue solicitado por su ahora exesposa.
“Con el corazón lleno de respeto y honestidad, quiero compartir una noticia importante sobre mi vida personal. Después de más de dos décadas de matrimonio y luego de muchos meses de intentar salvar mi matrimonio, el cual compartimos mi esposa y yo, hoy mis abogados responden la petición de divorcio recibida por parte de Mireddys”, expresó mediante un comunicado.
Posteriormente, el boricua reconfirmó que fue la mujer de 47 años quien solicitó la disolución matrimonial.
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“Respeto la decisión de Mireddys y agradezco el tiempo que compartimos, lleno de bendiciones y valores, de amor y con una hermosa familia que seguirá siendo nuestra prioridad”, afirmó.
Luego de hacer público su divorcio, la pareja comenzó un pleito por el control de las corporaciones que tienen entre ambos. Durante el proceso, se dio una batalla entre los representantes legales de ambos y en una moción informativa final, los abogados del exponente urbano acusaron al manejador Rafael “Raphy” Pina Nieves de ser parte de los alegados movimientos para mantener al artista al margen de las decisiones de las empresas.