En este mes de marzo y mes nacional de la Historia de la Mujer, recordamos a Lolita Lebrón, una puertorriqueña que, parada en la galería de visitantes de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, con un vestido, tacones y labial rojo intenso, sujetó una arma de fuego, pero no para hacerle daño a nadie, sino para despertar la conciencia de los que allí estaban.
Acompañada por Irving Flores Rodríguez (27), Rafael Cancel Miranda (25) y Andrés Figueroa Cordero (29)- comenzaron a disparar al techo en el hemiciclo en donde 243 legisladores debatían una ley sobre inmigración.
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El atentado liderado por Lolita no surgió por capricho. Fue motivado tras haberse establecido el Estado Libre Asociado (ELA) de Puerto Rico, una forma de gobierno local “autónomo”, sometida por el entonces gobernador Luis Muñoz Marín, que sacaría a la isla de la lista de colonias de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y que estaba bajo control del Congreso estadounidense.
Ella, quien era delegada nacional del Partido Nacionalista Puertorriqueño que presidía el líder independentista y revolucionario Pedro Albizu Campos, pretendía, precisamente, protestar contra lo que hoy conoceríamos como un estatus colonial.
En un video publicado en redes sociales, Cancel Miranda, uno de los puertorriqueños que entró al Capitolio y quien también cumplió tiempo en la cárcel como preso político, contó los acontecimientos de ese día y como su único propósito era “para la libertad de mi país”.
En una rueda de prensa, la mujer nacionalista indicó una de sus frases más famosas: “Yo no vine a matar a nadie, yo vine a morir por Puerto Rico”.
Para confirmarlo, llevaba consigo un rosario, un crucifijo y la bandera de Puerto Rico.
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Lebrón cumplió la mitad de una sentencia de 50 años de cárcel antes de recibir el indulto del expresidente Jimmy Carter.
Aunque fue rechazado por el gobierno de turno de Puerto Rico y catalogado por los congresistas como “fanatismo”, este acto, del cual hoy se cumplen más de siete décadas, conmemora el liderato de una mujer que ha seguido siendo una figura icónica en el movimiento continuo por la independencia de Puerto Rico por parte de patriotas.
Dolores Lebrón Sotomayor, falleció en 2010 a sus 90 años.
