La cultura taína fue, nos dice Hernández Aquino, “nuestro primer bilingüismo”. Las voces taínas “le impartieron esa característica borinqueña al español de Puerto Rico”, herencia que se ha mantenido con cierto vigor en distintas parcelas de nuestro repertorio léxico.
La obra de Hernández Aquino, Diccionario de voces indígenas de Puerto Rico, es la joya que nos acerca a este acervo de voces indígenas, algunas de ellas con una frecuencia de uso altísima como cemí, jaiba, achiote, aguacate, ají, cabuya, cacique, canoa, caoba, comején, maíz y yautía. Son muchos los indigenismos en uso que pertenecen a la fauna y la flora como corozo, guayaba, mangle, carey y manatí... Y a este grupo le siguen de cerca los objetos domésticos como hamaca, barbacoa, batea, y los relativos a las comidas y bebidas como arepa, casabe, guanime, hayaca, mabí. En el folklore resuenan areito, maraca y el güiro mientras que en la agricultura sobreviven yucayeque, batey, conuco y otras.
El componente indígena en nuestra toponimia es súper importante y basta con ver el mapa de Puerto Rico para percatarse de ello en los nombres de pueblos, ríos, charcas... Arecibo, Bayamón, Coamo etc. También se han creado vocablos nuevos partiendo de indigenismos como guayabera y macanazo... Nuestro refranero popular incluso ha participado de la aportación indígena como “Irse hasta los lerenes; El año de las guácaras; Quedarse como yuca, y Tener más leche que un caimito morado”. ¡¡¡Feliz Jueves mi querido METRO LECTOR!!!