La costumbre de la siesta está muy arraigada, es muy antigua. Según el portal Natursan, “el origen de la palabra se halla en la llamada por los romanos “hora sexta” (exactamente entre las 14 y las 16 horas), y era una costumbre de descansar tras la comida para luego conseguir así afrontar el resto de lo que queda de la jornada con mejor vitalidad y humor.
Adicionalmente, la siesta es considerada como uno de esos pequeños placeres de la vida, especialmente recomendable en todos los sentidos por sus claros beneficios para la salud de las personas que la “practican”, pero aún sobre ella surgen algunas dudas en relación a su tiempo de duración.
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¿Cuánto debe durar la siesta?
Aunque lo más adecuado es siempre dejar unos 10 o 15 minutos después de haber comido para acostarse, los expertos recomiendan que la siesta no dure más allá de la media hora.
Ello se debe a que, si se sobrepasan los 30 minutos, la persona entra en la fase REM, una etapa de sueño mucho más profunda en la que despertarse no resulta fácil, y que luego provoca que se sienta mucho más agotada y cansada.
Beneficios más importantes de la siesta
- Alivia tensiones, además de relajar.
- Ayuda a descansar y a despejar la mente.
- Aumenta la capacidad creativa, la intuición, la imaginación, y la propia capacidad de resolver problemas.
- Previene el envejecimiento y alarga la vida, dado que, según algunos estudios, su efecto reparador es capaz de combatir los radicales libres.
- Es bueno para mantener una belleza sana y natural, puesto que nos ayuda a reflejar luminosidad y frescor.
- También es positiva para mantener una buena salud psíquica, especialmente porque nos ayuda a mantenernos positivos y a tener buen humor.
- Reduce el riesgo de infarto.
- Aumenta el rendimiento, eliminando la fatiga tanto física como mental.
- Combate la ansiedad y el estrés.