Ciencia

Órganos humanos cultivados en laboratorios marcarán el futuro de la medicina

Los denominados “organoides” y la sangre cultivada en laboratorio son una realidad cada vez más cercana

BIRMINGHAM, REINO UNIDO - 14 DE JUNIO: Cirujanos del Hospital Queen Elizabeth de Birmingham realizan una operación el 14 de junio de 2006, Birmingham, Inglaterra. Altos directivos del NHS han declarado que la organización debe ser más abierta en el futuro. (Foto de Christopher Furlong/Getty Images)
Medicina del futuro. Los especialistas advierten que el cultivo de órganos puede revolucionar graves problemas como la donación de órganos. (Christopher Furlong/Getty Images)

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Un antes y un después en la atención médica está a la vuelta de la esquina. Recientemente se realizó, por primera vez en la historia, una transfusión de glóbulos rojos cultivados en laboratorio, técnica que, de desarrollarse, podría ser una solución viable a la donación de sangre.

Las células sanguíneas fabricadas se cultivaron a partir de células madre de donantes. Si este ensayo clínico, denominado RESTORE, demuestra su seguridad y eficacia, las células sanguíneas fabricadas podrían revolucionar con el tiempo los tratamientos para personas con trastornos sanguíneos como la anemia falciforme y los tipos de sangre poco comunes, ya que puede ser difícil encontrar suficiente sangre donada compatible para algunas personas con estos trastornos.

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“El ensayo RESTORE es una iniciativa de investigación conjunta de NHS Blood and Transplant (NHSBT) y la Universidad de Bristol, en colaboración con la Universidad de Cambridge, Guy’s and St Thomas’ NHS Foundation Trust, National Institute for Health and Care Research (NIHR) Cambridge Clinical Research Facility, y Cambridge University Hospitals NHS Foundation Trust”, explica en un comunicado el Servicio Nacional de Salud británico (NHS).

“Aunque es la primera vez que se cultiva sangre en un laboratorio, no se trata de la primera innovación de este tipo”, explica Adam Taylor, catedrático y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica de la Universidad de Lancaster, Lancashire, Inglaterra.

“Los científicos llevan años utilizando modelos de laboratorio para investigar desde el funcionamiento de órganos y tejidos hasta la comprensión de procesos patológicos y el ensayo de nuevos tratamientos”, añadió el especialista.

En este sentido, los avances que han existido recientemente se han denominado “organoides”, que cada vez son más comunes en las investigaciones.

“Los organoides se asemejan mucho a la estructura y función de los órganos humanos de tamaño natural. Esto permite a los investigadores estudiar cómo muchas enfermedades o virus diferentes pueden afectar a la salud humana. También permiten comprender mejor las células madre (a partir de las cuales crecen), que pueden convertirse en casi cualquier célula del cuerpo”, añade Taylor.

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Los cerebros organoides han ayudado a los científicos a comprender el efecto devastador del virus del Zika en el desarrollo del cerebro. También están desempeñando un papel clave más amplio en la comprensión de diferentes afecciones neurológicas, como la esclerosis lateral amiotrófica.

Una de las principales ventajas es que permiten a los investigadores observar, en tiempo real, cualquier cambio que se produzca en el cerebro a medida que sucede, algo que no es posible con los humanos.

“También se han cultivado con éxito corazones organoides en el laboratorio. Tras una semana de desarrollo, son funcionalmente equivalentes al corazón de un embrión de 25 días, capaz de latir entre 60 y 100 veces por minuto. Los últimos avances también han permitido cultivar células cardiacas a partir de células madre, lo que allana el camino para poder cultivar órganos cardiacos más grandes y eficaces”, comenta Taylor.

El Centro Nacional de Trasplantes de México (CENATRA) indicó que, hasta enero de 2022, más de 22 mil 800 pacientes estaban en espera de un órgano o tejido, de los cuales 16 mil 301 están inscritos en el Seguro Social, la mayor demanda es por riñón y córnea. De acuerdo con cifras del IMSS, durante 2021 realizó mil 791 trasplantes de órganos y tejidos

Es por eso que los avances en órganos cultivados en laboratorio pueden suponer una alternativa para quienes esperan un trasplante, y pueden producirse a partir de las propias células del paciente.

“Las innovaciones futuras apuntan a otros órganos cultivados en laboratorio, como riñones e hígados, ya que representan una gran parte de los órganos que necesitan las personas que esperan un trasplante”, concluyó el especialista en un artículo publicado en el sitio The Conversation.

3 PREGUNTAS CON

Adam Taylor, catedrático y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica de la Universidad de Lancaster, Lancashire, Inglaterra.

Adam Taylor, catedrático y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica de la Universidad de Lancaster, Lancashire, Inglaterra.
En entrevista con: Adam Taylor, catedrático y director del Centro de Aprendizaje de Anatomía Clínica de la Universidad de Lancaster, Lancashire, Inglaterra. (MARK GILLOW/Lancaster University)

Háblenos un poco más de las posibles ventajas e inconvenientes que los órganos cultivados en laboratorio pueden ofrecer a la medicina actual y en un futuro próximo.

Los órganos cultivados en laboratorio ofrecen posibilidades a los miles de personas que están en lista de espera para un trasplante; la demanda de órganos para trasplante supera la oferta. Incluso las personas que tienen la suerte de recibir uno deben tomar medidas para evitar que el órgano sea rechazado por el organismo, que lo considera un cuerpo extraño.

Además, estos órganos trasplantados pueden no durar el resto de la vida. Estos órganos cultivados en laboratorio tienen el potencial de crecer a partir de las células de la propia persona y supondrán un gran avance al no ser rechazados cuando se coloquen en su cuerpo.

Para los que no nos dedicamos al mundo de la medicina, este tipo de avances pueden sonar a ciencia ficción. ¿Cómo de cerca estamos de verlos de forma más habitual?

Es difícil decir con exactitud cuándo se generalizarán estos avances. Hay algunos organoides que están más avanzados que otros en el laboratorio y lo normal es que unos progresen más rápido que otros. Llegar a un punto en el que sean viables para el trasplante como órganos adultos entraña una complejidad considerable, pero en los próximos 15-20 años, o incluso antes, es totalmente posible.

Los sistemas de organoides brindan una gran oportunidad para avanzar en la comprensión de la medicina personalizada, es decir, disponer de los medicamentos más eficaces para el tratamiento de cualquier enfermedad y reducir la posibilidad de efectos secundarios, lo que probablemente ocurrirá antes de que existan órganos adultos. También habrá una mayor comprensión del proceso de la enfermedad y de cómo se desarrolla desde mucho antes de lo que podemos ver in vivo en la actualidad.

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