Todas las personas en algún momento de sus vidas han sentido frustración. Especialmente cuando existen planes que no se logran ya sea por cualquier motivo.
Resulta una experiencia universal que no distingue edad ni estatus social.
“Cuando los planes fallan, los deseos no se cumplen y nuestros objetivos parecen cada vez más lejanos. Ahí es cuando la frustración comienza a manifestarse. Y parece que en nuestra sociedad, nuestra capacidad para tolerar esta frustración se está desgastando”.
Entonces, “nos estamos volviendo menos pacientes, menos dispuestos a soportar la desilusión y la demora”. Debido a ello, lo ideal es “educar en la tolerancia a este tipo de sentimientos”, según la psicóloga Cristina Martínez en entrevista con Infosalus.
¿Es malo sentir frustación?
“Sentir frustración no es malo si se lleva bien, el problema es cuando hay una baja tolerancia a la frustración. La frustración es una respuesta emocional normal ante una expectativa incumplida. Esperamos cosas de los demás y de nosotros mismos constantemente”, explicó.
Sin duda “esto es adaptativo y útil; la frustración nos indica que algo no está yendo como esperábamos. Sin embargo, cuando nuestras expectativas son demasiado rígidas o elevadas y nos resistimos a cualquier variación o cambio, surge la baja tolerancia a la frustración. Esta no es simplemente una sensación de insatisfacción, sino una perturbación emocional significativa”.
De acuerdo con la experta, “las experiencias frustrantes son infinitas en nuestra vida diaria. Todo puede generar frustración y, a menudo, la realidad dista mucho de nuestros sueños. De ahí que debamos aprender a tolerar la frustración”, precisó.
Aspecto inevitable
Es un aspecto inevitable de la vida que experimentamos una y otra vez. La frustración suele ser “un aspecto inevitable de la vida que experimentamos una y otra vez”. Para Martínez, “cuanto antes podamos reducir nuestras expectativas y entender que las cosas no siempre son como nos gustaría, mejor nos irá”.
Lo más idóneo es “hacer una pausa para escuchar nuestros pensamientos internos y comprender por qué nos causan malestar”, buscando evitar frustración.