La rigidez es parte de la tríada de signos que, junto al temblor y la lentitud en los movimientos, se relacionan con la enfermedad de Parkinson, el segundo trastorno neurodegenerativo después del Alzheimer.
Es esa combinación de rigidez, temblores involuntarios y lentitud la que ofrece una indicación bastante certera del diagnóstico de Parkinson, de acuerdo con Christian Schenk, catedrático auxiliar de la Escuela de Medicina de la Universidad de Puerto Rico. Además de afectar la funcionalidad del paciente para realizar sus actividades cotidianas, esta condición también tendrá un efecto en su estado de ánimo.
Esta tríada se relaciona con la degeneración de unos núcleos en el cerebro que producen la dopamina. El neurólogo explicó que la dopamina juega un rol en muchas funciones del cerebro, entre ellas la regulación del movimiento, del ánimo, de procesos mentales o cognitivos. “Esos núcleos profundos son parte de una red del movimiento donde, para cada acción y postura, el cerebro tiene unos circuitos que regulan bien la velocidad, coordinación, postura, la precisión. Si en unos de los componentes de esa red la dopamina empieza a fallar, aparecen estos síntomas parkinsonianos”, dijo.
La enfermedad de Parkinson suele afectar a personas mayores de 60 años, pero entre un 5% y 10% puede desarrollarlo a partir de los 40, según la Fundación de Parkinson. Factores ambientales y genéticos están relacionados al diagnóstico. Según Schenk, los síntomas pueden pasar por desapercibidos por muchos años. En Puerto Rico, cerca de 20 mil personas tienen un diagnóstico de Parkinson, una tendencia que podría ir en aumento a medida que la población envejezca, anticipó el investigador.
El neurólogo señaló que la aparición de los síntomas comienza en un lado del cuerpo. Aunque usualmente los movimientos involuntarios son los más asociados a esta enfermedad, la pérdida de flexibilidad muscular o rigidez puede llegar a incapacitar más rápidamente al paciente. En el caso de la rigidez, puede provocar desgaste en las coyunturas, especialmente en hombros. También empiezan a notarse problemas posturales.
“Podemos decir que es más incapacitante que el temblor, porque hay más dependencia de otros para realizar sus actividades”, indicó. En etapas tempranas, a algunos pacientes se les puede colocar un pequeño dispositivo que envía impulsos eléctricos a áreas del cerebro que controlan los movimientos.
“No sabemos por qué alguna gente refleja más síntomas de rigidez y otros más temblores”, dijo Shenk. Actualmente, el tratamiento efectivo para los pacientes de Parkinson es el reemplazo de la dopamina con un medicamento conocido como levadopa. También, se recomiendan terapias que aumenten el tono muscular o la capacidad cardiovascular, pues ayudan a que el cuerpo dependa menos de la dopamina exógena. La calidad del sueño es bien importante para restablecer la sensibilidad de muchos receptores en el cerebro, añadió Schenk.
