Salud

Cómo una infección viral común puede aumentar el riesgo de autismo en los niños

El vínculo entre el CMV congénito y el autismo se estima afecta a uno de cada 36 niños

Los niños que nacen con una infección viral común tienen casi 2.5 veces más probabilidades de ser diagnosticados con trastorno del espectro autista, según un nuevo estudio.

El citomegalovirus forma parte de la familia de virus del herpes. Se transmite a través de fluidos corporales como la sangre, la saliva y la orina, y suele ser inofensivo en personas sanas. Alrededor de un tercio de las madres infectadas transmiten el CMV a su feto en el útero.

Estudio

Aproximadamente uno de cada 200 bebés estadounidenses nace con CMV cada año. Casi el 20 % de esos bebés sufrirá defectos congénitos u otros problemas de salud a largo plazo, como pérdida de la audición o la visión, retrasos en el desarrollo o epilepsia.

Para este estudio, investigadores de la Universidad de Michigan y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades analizaron datos de casi 3 millones de niños inscritos en Medicaid o en el Programa de Seguro Médico para Niños.

Un poco más de 1.000 niños tenían CMV congénito, mientras que casi 75.000 tenían TEA. El autismo es un trastorno del desarrollo que afecta la forma en que las personas aprenden, se comportan, se comunican e interactúan con los demás.

Las niñas nacidas con CMV tenían 4,65 veces más riesgo de autismo, mientras que los niños tenían aproximadamente el doble de riesgo en comparación con sus pares sin la afección.

Hallazgos

Los hallazgos del estudio fueron publicados en la edición de junio de la revista Pediatrics de la Academia Estadounidense de Pediatría.

“Estos datos deberían impulsarnos como médicos a monitorear de manera proactiva los signos tempranos de autismo en niños con citomegalovirus congénito”, dijo la autora principal del estudio, la Dra. Megan Pesch, pediatra del desarrollo conductual en el Hospital de Niños CS Mott de University of Michigan Health.

“Esto puede ser especialmente crítico para los niños sordos o con dificultades auditivas, ya que diagnosticar el autismo en esta población puede ser particularmente difícil”, agregó Pesch, cuya hija tiene CMV congénito y autismo.

El vínculo entre el CMV congénito y el autismo, que se estima que afecta a uno de cada 36 niños estadounidenses, se ha sugerido desde la década de 1980. La idea es que el CMV puede activar un estado inflamatorio que puede afectar el desarrollo del cerebro fetal, aumentando así el riesgo de TEA.

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