En la actualidad, el uso de productos reciclables se ha vuelto una prioridad tanto para consumidores como para empresas debido a los crecientes desafíos ambientales. Adoptar productos reciclables no solo contribuye a la conservación del medio ambiente, sino que también ofrece múltiples beneficios económicos y sociales.
Más allá del reciclaje, el concepto de “economía circular” también se ha instalado con fuerza: crear objetos con materiales que puedan tener una segunda vida. Es por esto que en distintos procesos industriales donde se había estado utilizando plástico, por sus bajo costo, se está volviendo al metal: mayor resistencia, más ciclos de reutilización, y podría reemplazar a sectores de la minería.
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Ventajas clave de los envases metálicos
En la Universidad del Estado de Michigan, donde de hecho dictan estudios en “ciencias del empaque”, han recopilado mucha información al respecto. Si bien puede subir los costos el reemplazar el plástico por el metal (antiguamente el metal era la norma), esto trae consigo otras ventajas.
En uno de sus recientes estudios, señalan que el packaging metálico en la industria alimenticia, ya sea en forma de latas o envases, proporciona una barrera efectiva contra la luz, el oxígeno y la humedad, factores que pueden degradar la calidad de los alimentos. Esta capacidad de preservación ayuda a mantener la frescura de los alimentos, prolongando la vida útil y garantizando que los consumidores finales disfruten de productos de alta calidad.
Además, los envases metálicos ofrecen una barrera sólida contra agentes contaminantes externos, protegiendo así los productos de posibles daños durante el transporte, almacenamiento y manipulación. Esta capacidad de mantener la integridad del producto es esencial para cumplir con los estándares de seguridad alimentaria y garantizar la satisfacción del consumidor.
Usos en otros mercados
La reutilización, reciclaje y economía circular ha llevado que otras industrias se sumen a esta tendencia: como el mundo de la construcción. De hecho, Ceresita, una de las marcas reconocidas de pinturas y recubrimientos en Chile, realizó un cambio en todas sus tinetas de pintura, que fueron reemplazadas por metálicas, dejando atrás el uso de envases plásticos.
“Nuestra transición de tinetas plásticas a metálicas es un paso significativo en nuestra misión de operar de manera más sostenible y responsable. El metal es un material que puede reciclarse infinitamente sin perder sus propiedades, facilitando un ciclo de vida sostenible para los envases de pintura”, explicó Verónica del Pino, Gerente de Marca Pinturas Ceresita.
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En la misma línea, cada vez es más común encontrar clavos en formatos de cajas de cartón en distintos tamaños, por sobre las presentaciones en bolsas plásticas que cada vez se ven menos, RGM quienes producen clavos para la producción, tienen formatos en caja de cartón bastante pequeñas que apuntan a lo mismo. Pero volviendo a los “metales” es precisamente en el uso de productos líquidos, donde el cartón deja de ser opción, donde se está volviendo al “estilo antiguo”.
Sostenibilidad y reciclabilidad
La sostenibilidad es una preocupación creciente en la industria alimentaria y, cada vez más, una exigencia en la normativa de distintos países.
En este sentido, el packaging metálico presenta ventajas significativas. Las latas de metal son reciclables y en muchas ocasiones incluyen metales reciclados. Esto no solo contribuye a la sostenibilidad ambiental, sino que también refuerza la imagen de marca al responder a la creciente conciencia del consumidor sobre la responsabilidad ambiental.
Las tecnologías que reciclan los metales
Revisando los actores mundiales del reciclaje de metal, encontramos a Ulma Forge, una empresa española especializada en esto. Señalan que el reciclado de metales es un sector que se encuentra en constante mejora y evolución, surgiendo año a año nuevas tendencias.
Con el nacimiento de nuevas tecnologías y del análisis de datos, también en él se ha ido implementando la digitalización. Esta ha permitido optimizar los procesos de clasificación, separación y recuperación de materiales, gracias a que, mediante el uso de sensores y sistemas de visión artificial, se pueden identificar de forma rápida y precisa los diferentes metales presentes en los residuos, facilitando su posterior tratamiento y reciclaje.
Así, año a año han venido implementándose procesos basados en las nuevas tecnologías, que no hacen más que mejorar el método de reciclaje al completo. Por ejemplo, uno de los métodos que mejores resultados está dando es el uso de tecnologías de separación avanzadas: separación por densidad, separación por corriente de Foucault y separación magnética.
Reciclaje de metal: más eficiente que la propia minería
De igual forma, la propia extracción de los metales se ha vuelto óptima y eficiente. Por ejemplo, cada vez es más común conseguirlos a partir de desechos y de residuos de diferentes objetos, haciendo menos necesario recurrir a minas y explotaciones naturales.
Por otro lado, la digitalización también ha permitido mejorar la trazabilidad de los materiales. Mediante el uso de tecnologías como la blockchain, se puede registrar de forma segura cada paso del proceso, desde la recolección de los residuos hasta la recuperación final de los metales, garantizando así su origen y calidad.
En su web, Ulma explica que además, se ha venido facilitando la gestión de la información. A través del uso de software y plataformas especializadas, se pueden recopilar y analizar datos en tiempo real, lo que permite una toma de decisiones más informada y la identificación de áreas de mejora. Por ejemplo, se pueden identificar patrones de comportamiento de los materiales en determinados procesos de reaprovechamiento, lo que permite ajustar los parámetros y optimizar la eficiencia del proceso.
¿Una nueva revolución industrial de la mano del reciclaje y un cambio en la manera en que vemos los embalajes? Al parecer por fin, y de la mano de la tecnología, vamos por el camino correcto.