Salud

Menopausia sin tapujos

A toda mujer que se acerca o pasa los 50 años le toca enfrentarla y adaptarse

Deddie Romero y Uka Green
Deddie Romero y Uka Green

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La edad es solo un número, dicen. Pero llegan unos años en la vida de todas las mujeres en que el sudor las despierta y el insomnio se hace más frecuente. Los días de calor son exageradamente calurosos y las ganas de hacer cosas nuevas se combinan con un bloqueo mental que, a veces, paraliza.

Son los años que anticipan la inescapable menopausia, tiempo del cese definitivo del ciclo menstrual y la etapa reproductiva. La edad es solo un número, dicen. Pero llegan unos años en la vida de todas las mujeres en que el sudor las despierta y el insomnio se hace más frecuente. Los días de calor son exageradamente calurosos y las ganas de hacer cosas nuevas se combinan con un bloqueo mental que, a veces, paraliza.

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Son los años que anticipan la inescapable menopausia, tiempo del cese definitivo del ciclo menstrual y la etapa reproductiva. A toda mujer que se acerca o pasa los 50 años le toca enfrentarla y adaptarse. Es rabiosamente incómoda para muchas, y ha sido objeto de burla y desprecio a lo largo de generaciones.

Como los tiempos cambian, afortunadamente, la menopausia es un tema cada vez más frecuente en la mesa pública. No hay que esconderla. Hay que hablarla para entenderla más, para comprender mejor a los variados cuerpos de las mujeres, para ver las nuevas posibilidades después de que llega y se va. “La meno es amiga mía”, escribió en una de sus columnas la relacionista y escritora Uka Green. Sin vergüenza y mucha sabiduría, Uka, la cantante y presentadora Deddie Romero, la profesora y columnista Juddy Ann Seda Carrero, y la ginecóloga-obstetra Carmen Zorrilla compartieron sus experiencias con Metro Salud.

“Estamos en un momento histórico en que te diría que la menopausia está otra vez en la palestra de la discusión pública”, afirmó Zorrilla ,y es uno de los asuntos que atiende la nueva iniciativa de la Casa Blanca para la investigación en salud femenina, reconociendo la disparidad histórica tanto en su estudio como en su financiamiento.

La amiga “meno” de Uka tocó a su puerta a los 47 años. Recuerda vivamente el primer sofoco, porque estaba en una tienda y corrió a abrir la puerta de una nevera. Fue el primero de muchos síntomas. Perdió su melena. Ganó peso. Tuvo periodos menstruales intermitentes y cambios de humor que poco tenían que ver con su personalidad, así que decidió reconciliarse con el proceso. “No quise ponerme a pelear. Quise aprender y buscar la manera de poder pasarla lo mejor posible, porque es un proceso natural del cuerpo, que no podemos esquivar. No hay quién nos salve”, expresó Uka, quien ha compartido su proceso en columnas y en sus producciones teatrales con mucha sensatez y humor.

En general, la aparición de síntomas asociados a la perimenopausia puede presentarse entre los 40 y 50 años, y durar cinco años antes del cese definitivo de la menstruación, ilustró Zorrilla. A Deddie la sorprendieron a los 39 años, un año después de nacer su hija.

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“Como no lo esperaba, no sabía, así que comencé a manejarlo poco a poco”, dijo. En consulta con su especialista, Deddie optó por un tratamiento hormonal que la ayudó a transitar saludablemente la perimenopausia y menopausia. Según contó, su experiencia derrotó las teorías sobre la pérdida del deseo sexual o resequedad vaginal.

“A mí me fue súper bien. Para mí, se convirtió en un parque de diversiones”, afirmó. El uso de tratamientos hormonales de estrógeno y progesterona como el que utilizó Deddie ha vuelto a recomendarse en ciertos casos, luego de que a principios del siglo la comunidad científica presentara reservas sobre su efectividad, explicó Zorrilla. Después de la menopausia los factores de riesgo asociados con condiciones cardiovasculares, osteoporosis y algunos tipos de cáncer aumentan, y en algunas mujeres estos tratamientos pudieran prevenir o reducir sus efectos, comentó Zorrilla. La investigadora advirtió que el uso de estas hormonas no es recomendado para todas las mujeres y su uso debe ser resultado de una evaluación exhaustiva del historial de salud de la paciente.

“Estoy menopáusica, ¿y qué?”, declaró la profesora Seda Carrero, quien a sus 53 años se enfoca en el autocuidado y el uso de suplementos naturales para sobrellevar de la mejor manera esta etapa, marcada por el aumento de peso, el insomnio y la niebla mental. Harta de las connotaciones negativas que se asocian a tantos temas relacionados con las mujeres, la educadora ha dedicado columnas de opinión para abordarlos. Además, ha encontrado comprensión y apoyo al dialogar con su esposo y su hijo de 17 años, y al practicar la solidaridad con amigas que atraviesan por experiencias similares.

“Siempre estaba muy consciente de esta etapa porque la experiencia de mi mamá, sobre todo su estado de ánimo, fue fuerte para mí. No quería tener cambios como los de ella”, comentó Seda Carrero. Sin embargo, Zorrilla explicó que incluso dentro de una relación consanguínea – madre, hijas, hermanas – el paso por la menopausia puede ser diferente.

Tan real como los síntomas es la sensación de libertad y las ganas de impulsar nuevos proyectos que experimentaron las entrevistadas. Existe una explicación científica para ello. “Hay cambios fisiológicos en el cerebro que tienen que ver con el control. Esas zonas ahora tienen menos control y una de las consecuencias es sentirte más libre”, dijo la experta. En otras palabras, se pierden los filtros y expresan con mayor autenticidad sus sentimientos y pensamientos.

“Te das cuenta de que estás lista, te sientes completa, realizada y tienes tantas cosas por hacer. Estás preparada para hacerlo, te dejas de pendejadas y te propones vivir. La vida se te presenta divertida, emocionante, con aventuras”, dijo, sin filtros, Uka.

Eso es justo lo que hacen estas cuatro mujeres. Uka acaba de publicar su tercer libro, A mover el culete. Seda Carrero está a punto de completar su grado doctoral a pesar de los retos que le ha presentado la menopausia. Deddie, recién casada, disfruta de una exitosa carrera en radio, televisión y redes sociales. Mientras, Zorrilla, reconocida por sus contribuciones a la salud de las pacientes con VIH y sus bebés, sigue aportando a las investigaciones y sirviendo de mentora a sus estudiantes en el RCM. En palabras de Uka, parece que la “meno no es tan mala como la pintan, es más, de mala no tiene nada”.Es rabiosamente incómoda para muchas, y ha sido objeto de burla y desprecio a lo largo de generaciones.

Como los tiempos cambian, afortunadamente, la menopausia es un tema cada vez más frecuente en la mesa pública. No hay que esconderla. Hay que hablarla para entenderla más, para comprender mejor a los variados cuerpos de las mujeres, para ver las nuevas posibilidades después de que llega y se va. “La meno es amiga mía”, escribió en una de sus columnas la relacionista y escritora Uka Green. Sin vergüenza y mucha sabiduría, Uka, la cantante y presentadora Deddie Romero, la profesora y columnista Juddy Ann Seda Carrero, y la ginecóloga-obstetra Carmen Zorrilla compartieron sus experiencias con Metro Salud.

“Estamos en un momento histórico en que te diría que la menopausia está otra vez en la palestra de la discusión pública”, afirmó Zorrilla ,y es uno de los asuntos que atiende la nueva iniciativa de la Casa Blanca para la investigación en salud femenina, reconociendo la disparidad histórica tanto en su estudio como en su financiamiento.

La amiga “meno” de Uka tocó a su puerta a los 47 años. Recuerda vivamente el primer sofoco, porque estaba en una tienda y corrió a abrir la puerta de una nevera. Fue el primero de muchos síntomas. Perdió su melena. Ganó peso. Tuvo periodos menstruales intermitentes y cambios de humor que poco tenían que ver con su personalidad, así que decidió reconciliarse con el proceso. “No quise ponerme a pelear. Quise aprender y buscar la manera de poder pasarla lo mejor posible, porque es un proceso natural del cuerpo, que no podemos esquivar. No hay quién nos salve”, expresó Uka, quien ha compartido su proceso en columnas y en sus producciones teatrales con mucha sensatez y humor.

En general, la aparición de síntomas asociados a la perimenopausia puede presentarse entre los 40 y 50 años, y durar cinco años antes del cese definitivo de la menstruación, ilustró Zorrilla. A Deddie la sorprendieron a los 39 años, un año después de nacer su hija. “Como no lo esperaba, no sabía, así que comencé a manejarlo poco a poco”, dijo. En consulta con su especialista, Deddie optó por un tratamiento hormonal que la ayudó a transitar saludablemente la perimenopausia y menopausia. Según contó, su experiencia derrotó las teorías sobre la pérdida del deseo sexual o resequedad vaginal.

“A mí me fue súper bien. Para mí, se convirtió en un parque de diversiones”, afirmó. El uso de tratamientos hormonales de estrógeno y progesterona como el que utilizó Deddie ha vuelto a recomendarse en ciertos casos, luego de que a principios del siglo la comunidad científica presentara reservas sobre su efectividad, explicó Zorrilla. Después de la menopausia los factores de riesgo asociados con condiciones cardiovasculares, osteoporosis y algunos tipos de cáncer aumentan, y en algunas mujeres estos tratamientos pudieran prevenir o reducir sus efectos, comentó Zorrilla. La investigadora advirtió que el uso de estas hormonas no es recomendado para todas las mujeres y su uso debe ser resultado de una evaluación exhaustiva del historial de salud de la paciente.

“Estoy menopáusica, ¿y qué?”, declaró la profesora Seda Carrero, quien a sus 53 años se enfoca en el autocuidado y el uso de suplementos naturales para sobrellevar de la mejor manera esta etapa, marcada por el aumento de peso, el insomnio y la niebla mental. Harta de las connotaciones negativas que se asocian a tantos temas relacionados con las mujeres, la educadora ha dedicado columnas de opinión para abordarlos. Además, ha encontrado comprensión y apoyo al dialogar con su esposo y su hijo de 17 años, y al practicar la solidaridad con amigas que atraviesan por experiencias similares.

“Siempre estaba muy consciente de esta etapa porque la experiencia de mi mamá, sobre todo su estado de ánimo, fue fuerte para mí. No quería tener cambios como los de ella”, comentó Seda Carrero. Sin embargo, Zorrilla explicó que incluso dentro de una relación consanguínea – madre, hijas, hermanas – el paso por la menopausia puede ser diferente.

Tan real como los síntomas es la sensación de libertad y las ganas de impulsar nuevos proyectos que experimentaron las entrevistadas. Existe una explicación científica para ello. “Hay cambios fisiológicos en el cerebro que tienen que ver con el control. Esas zonas ahora tienen menos control y una de las consecuencias es sentirte más libre”, dijo la experta. En otras palabras, se pierden los filtros y expresan con mayor autenticidad sus sentimientos y pensamientos.

“Te das cuenta de que estás lista, te sientes completa, realizada y tienes tantas cosas por hacer. Estás preparada para hacerlo, te dejas de pendejadas y te propones vivir. La vida se te presenta divertida, emocionante, con aventuras”, dijo, sin filtros, Uka.

Eso es justo lo que hacen estas cuatro mujeres. Uka acaba de publicar su tercer libro, A mover el culete. Seda Carrero está a punto de completar su grado doctoral a pesar de los retos que le ha presentado la menopausia. Deddie, recién casada, disfruta de una exitosa carrera en radio, televisión y redes sociales. Mientras, Zorrilla, reconocida por sus contribuciones a la salud de las pacientes con VIH y sus bebés, sigue aportando a las investigaciones y sirviendo de mentora a sus estudiantes en el RCM. En palabras de Uka, parece que la “meno no es tan mala como la pintan, es más, de mala no tiene nada”.

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