Este 23 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Perro Adoptado, fecha que celebra la posibilidad de que los caninos puedan contar con una segunda oportunidad de vida y además, de concientizar sobre la importancia de la adopción responsable, ya que a pesar de las numerosas campañas que realizan refugios y organizaciones proteccionistas, solo cerca del 42% de las mascotas abandonadas logran encontrar un hogar adecuado con los cuidados correspondientes en todo el planeta.
El objetivo principal de esta fecha es visibilizar la necesidad de adoptar en lugar de comprar, destacando el impacto positivo que tiene la convivencia con animales de compañía. Además de brindarles cuidados durante toda su vida, es fundamental recordar la importancia de la castración y esterilización para controlar la población de mascotas.
Asimismo, este día debería servir como un llamado a los gobiernos e instituciones para que endurezcan las leyes relacionadas con la venta indiscriminada de animales y sancionen la irresponsabilidad de algunos dueños.
La importancia de una adopción responsable
- Compromiso a largo plazo: Un perro puede vivir entre 12 y 17 años, por lo que es esencial pensar en el futuro y en cómo se le proporcionará una vida feliz y saludable.
- Cuidados de salud: Los perros adoptados requieren tiempo y paciencia para ajustarse a su nuevo hogar, por ello, para asegurar el bienestar del animal y facilitar su adaptación, es crucial brindarles los cuidados veterinarios necesarios desde el primer día.
- Vacunación: Es otro aspecto crítico para proteger a los perros de enfermedades graves como la rabia, el moquillo y el parvovirus. El veterinario evaluará el estado de salud del animal y determinará el momento adecuado para comenzar el plan de vacunación, asegurando que el perro esté protegido desde el inicio de su nueva vida.
- Dedicación y tiempo: Los perros requieren tiempo para paseos, juegos, higiene y cuidados generales. Es fundamental que el dueño esté dispuesto a invertir horas en su bienestar.
- Acuerdo familiar: Todos los miembros del hogar deben estar de acuerdo con la adopción y colaborar en la creación de un ambiente seguro, libre de peligros para la mascota.
