La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el 27 de octubre de 1988 el Día Mundial del Sida y escogió el 1 de diciembre como la fecha conmemorativa de cada año.
El síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) es una enfermedad relacionada y causada por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). La infección se adquiere debido a la exposición a las relaciones sexuales sin protección, además como agujas contaminadas.
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“El sida fue descubierto en 1981 y el VIH, su causa, en 1983. A partir de ese momento, la lucha contra esta afección ha abarcado dos espacios principales: la investigación médica y la discriminación y los prejuicios sociales”, menciona la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
El virus empezó a cobrar importancia, tanto en la investigaciones médicas como en las esferas sociales, desde la pandemia de SIDA en Estados Unidos en el año 1981.
De acuerdo a el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA), “desde el inicio de la epidemia, en torno a 85,6 millones de personas han contraído la infección del VIH y alrededor de 40,4 millones han fallecido a causa de enfermedades relacionadas con el sida”.
La enfermedad causó prejuicios por su infección a través de las relaciones sexuales y el consumo de drogas inyectables, debido al uso incorrecto de las jeringas.
En una lucha contra la desinformación y los prejuicios, actualmente “se va aumentando el acceso al tratamiento y se va terminando con las muertes relacionadas con esta enfermedad”, declara la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Gracias a cada 1 de diciembre, se previene con el conocimiento de los síntomas, los servicios de salud y los actuales medicamentos y antirretrovirales.