Usualmente la mayoría de las personas tienen la queja de ganar fácilmente de peso, o tener una gran dificultad a la hora de rebajar, por más intentos o distintos métodos que utilicen. Por otra parte, hay un segmento de la población, que afirma que come demasiado, pero no engordan, incluso, pueden tener un peso por debajo de lo normal.
Hay quienes llaman a este grupo “afortunados”, pero, ¿por qué ocurre esto?. Comer mucho y no engordar o no excederse de peso, puede parecer inusual, pero tiene varias explicaciones médicas y metabólicas.
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Algunos factores como el metabolismo acelerado, condiciones médicas subyacentes, y hábitos alimenticios juegan un papel importante.
Causas de siempre tener hambre y comer mucho, pero no engordar
1. Metabolismo rápido: una de las razones más comunes por las que una persona delgada puede sentir hambre constantemente y no ganar peso es un metabolismo basal elevado. Según la Dra. Caroline Apovian, especialista en obesidad y profesora en la Escuela de Medicina de Harvard, un metabolismo acelerado quema más calorías en reposo, lo que puede dificultar el aumento de peso. En una entrevista con Harvard Health Publishing, la Dra. Apovian explica: “Las personas con un metabolismo basal rápido queman calorías a una velocidad mayor, incluso cuando están inactivas, lo que explica por qué a menudo tienen dificultades para ganar peso a pesar de consumir más alimentos”.
2. Hiperactividad tiroidea (hipertiroidismo): el hipertiroidismo, una condición donde la tiroides produce más hormonas de lo normal, puede causar hambre constante, pérdida de peso y una aceleración del metabolismo. Según el Dr. David Cooper, endocrinólogo de la Universidad Johns Hopkins, otros síntomas incluyen sudoración excesiva, palpitaciones y fatiga. En su artículo para Endocrine Society, menciona: “El hipertiroidismo aumenta el gasto calórico del cuerpo, lo que puede llevar a la pérdida de peso involuntaria a pesar de un mayor consumo de alimentos”.
3. Síndrome de mala absorción: otra posible causa es la incapacidad del cuerpo para absorber adecuadamente los nutrientes, lo que puede estar relacionado con afecciones como la enfermedad celíaca o problemas intestinales. La Dra. Alessio Fasano, experta en gastroenterología y nutrición de la Universidad de Maryland, señala en NCBI: “La mala absorción puede resultar en una pérdida de peso persistente, hambre constante y síntomas gastrointestinales como diarrea o hinchazón”.
4. Actividad física excesiva: las personas que practican ejercicio regularmente o tienen trabajos físicamente demandantes necesitan consumir más calorías para mantener su peso. Si no se alcanza un balance energético positivo, incluso comer más puede no ser suficiente para ganar peso.
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5. Factores genéticos: la predisposición genética también juega un papel importante. Según un estudio publicado en Nature Genetics, algunos individuos tienen variantes genéticas que favorecen un metabolismo acelerado y dificultan el almacenamiento de grasa.
¿Cuándo consultar a un médico?
Si una persona experimenta hambre constante, pérdida de peso no intencionada, o dificultad para aumentar de peso a pesar de comer en exceso, es fundamental buscar atención médica.
Un profesional puede realizar pruebas para descartar condiciones como hipertiroidismo, diabetes o trastornos gastrointestinales.
Sentir hambre constantemente y no ganar peso puede ser resultado de varios factores, desde un metabolismo acelerado hasta condiciones médicas subyacentes. Entender la causa subyacente es clave para determinar el enfoque adecuado.
Una evaluación médica puede ayudar a identificar problemas de salud ocultos y establecer un plan para mantener un peso saludable.