La cocina los une, pero el amor hace el resto

La historia de los chefs Carol Reyes y Juan Pablo Gogin Sato

En el mundo de la gastronomía, donde la pasión, la creatividad y el esfuerzo se mezclan en cada plato, a veces surge algo más que obras culinarias. Para los chefs Carol Reyes y Juan Pablo Gogin Sato, la cocina no solo ha sido su vocación, sino también el escenario donde nació su historia de amor.

Todo comenzó en la cocina del restaurante 1919, en San Juan, bajo la dirección del chef Juan José Cuevas. Reyes, chef ejecutiva del restaurante Bóveda, en Hato Rey, y Gogin Sato, un inmigrante peruano y fundador de Sato Fusión Nikkei, coincidieron en aquella cocina sin imaginar que el destino los uniría para siempre.

Flechazo entre ingredientes y técnicas culinarias

Aquella semana de trabajo en 1919 fue intensa, recordaron entre miradas de complicidad. Reyes y Gogin Sato compartían largas jornadas en la cocina, ajustando técnicas, perfeccionando platos y asegurándose de que cada detalle estuviera en su punto. Pero entre los cortes precisos y las temperaturas exactas, también hubo miradas, risas espontáneas y una conexión que crecía cada vez más.

“Desde el primer día, me impresionó su disciplina y entrega”, relató Reyes a Sabrosia.PR “Llegó listo para trabajar, con su chaqueta impecable y todas sus herramientas. Yo pensé: ‘Este chef no vino de vacaciones, vino a cocinar en serio’. Y eso me conquistó”.

Por su parte, Gogin Sato aún recuerda el primer apretón de manos con Reyes. “Cuando la vi, me quedé impresionado. Era hermosa, pero además, su energía, su liderazgo en la cocina, todo en ella me cautivó”.

Lo que comenzó como un respeto profesional pronto se transformó en una complicidad difícil de ignorar. La cocina los unió, pero el amor hizo el resto.

Una receta de amor y crecimiento

Después de meses de amistad y colaboración, decidieron darse la oportunidad de explorar lo que ambos sentían. Su amor creció como una receta bien equilibrada, con paciencia, respeto y un toque de “sazón” inesperado. No fue fácil, pues la relación a distancia fue uno de los primeros desafíos que enfrentaron. Sin embargo, ambos estaban dispuestos a hacer que funcionara.

“La cocina nos enseñó que, para que un plato sea memorable, cada ingrediente debe complementarse con el otro. Lo mismo pasa con el amor”, compartió Gogin Sato. “Nos apoyamos, nos entendemos y respetamos nuestras diferencias”, continuó.

Hoy día, Reyes y Gogin Sato no solo comparten su amor por la gastronomía, sino también la dicha de ser padres. Su hijo Lucas, de 2 años, es la más dulce prueba de que su historia de amor es tan sólida como la pasión que comparten por la cocina.

Equilibrio entre la vida personal y profesional

Ambos chefs han aprendido a equilibrar su relación con las exigencias de su trabajo. Mientras Reyes lidera la cocina de Bóveda con su estilo de gastronomía española moderna, Gogin Sato se dedica a la fusión Nikkei. El chef tiene su negocio Sato Fusión Nikkei, un concepto que fusiona las tradiciones culinarias peruanas y japonesas.

Aunque cada uno tiene su propio espacio en el mundo gastronómico, se apoyan mutuamente, compartiendo ideas y consejos para seguir innovando en la cocina.

“Es imposible separar completamente el trabajo de la vida personal porque nuestra pasión es la gastronomía”, confesó Reyes. “Pero siempre nos damos espacio para ser pareja, para ser padres y para celebrar nuestra historia”, agregó.

Un sueño compartido

Si bien cada uno ha construido su propio camino en la industria, ambos sueñan con abrir un restaurante juntos algún día, donde puedan fusionar su talento y su amor en cada platillo. “Sabemos que cuando llegue el momento adecuado, será algo muy especial”, afirmó Gogin Sato con una sonrisa.

Hasta entonces, continúan disfrutando de cada plato que preparan, cada cena que comparten y cada momento junto a su hijo. Si algo han aprendido en la cocina y en la vida, es que los mejores ingredientes para una historia de amor son el respeto, la paciencia y la comunicación.

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