HOUSTON — La costa estadounidense del Golfo de México enfrentaba el jueves la perspectiva de graves inundaciones más al este, cerca de la línea entre Texas y Luisiana, y de una explosión en una planta química de Texas mientras las inundaciones provocadas por la tormenta Harvey empezaban a remitir en la zona de Houston tras cinco días de lluvias torrenciales.
Lo que quedaba de la tormenta golpeaba Beaumont y Port Arthur, en Texas, donde el nivel del agua seguía subiendo. En Houston, el departamento de bomberos anunció una búsqueda manzana a manzana en miles de viviendas inundadas para garantizar que “no se deja a nadie atrás”, indicó el jefe asistente de bomberos, Richard Mann.
La cifra de muertos confirmados subió el miércoles a 31, incluidos seis miembros de una familia _cuatro de ellos niños_ cuyos cuerpos fueron recuperados el miércoles de una camioneta que fue arrastrada por la corriente hacia un pantano.
“Desafortunadamente, parece que nuestros peores pensamientos se están cumpliendo”, dijo el jefe de policía del condado Harris, Ed Gonzalez, después de que localizaron la camioneta en una zona en la que el agua fangosa alcanzaba los 3 metros (10 pies) de profundidad.
También surgió otra crisis relacionada con Harvey en una planta química en Crosby, Texas, unos 40 kilómetros (25 millas) al nordeste de Houston. La instalación inundada se quedó sin electricidad y sus generadores de emergencia dejaron de funcionar, suspendiendo la refrigeración de unos productos químicos que se vuelven inestables al subir la temperatura, explicó una portavoz de la planta de Arkema Inc.
“El incendio ocurrirá. Será similar a un fuego de gasolina. Será de naturaleza explosiva e intensa”, indicó a The Associated Press Janet Smith, vocera de la compañía francesa propietaria de las instalaciones.
Los últimos empleados del recinto evacuaron el martes y se pidió a los residentes en 2,4 kilómetros (1,5 millas) a la redonda que se marcharan.
Arkema presentó en 2014 un plan de contingencia ante las autoridades federales en el que se planteaba el peor escenario posible, en el que un máximo de 1,1 millones de vecinos, a 23 millas de distancia, podrían verse afectados por un accidente, según información recabada por un grupo sin fines de lucro. Pero la empresa indicó el miércoles que era “muy improbable” que se dieran las circunstancias de esa hipótesis más pesimista.
Al este de Houston, el clima presentaba una nueva amenaza cerca de la línea de Luisiana.
Beaumont y Port Arthur trabajaban para evacuar a los vecinos después de que Harvey completara su arco por el Golfo de México y tocara tierra el miércoles por segunda ocasión en seis días. El meteoro golpeó el suroeste de Luisiana como tormenta tropical, con fuertes lluvias y vientos de 72 kilómetros por hora (45 mph).
Port Arthur estaba cada vez más aislado, conforme el agua bloqueaba la mayoría de las carreteras importantes de acceso a la ciudad.
Más de 500 personas _con docenas de perros, gatos, un lagarto y un mono_ se refugiaron en la bolera Max Bowl de la localidad, indicó el gerente del establecimiento, Jeff Tolliver.
“El mono fue un poco sorprendente, pero intentamos ayudar”, comentó.
Las inundaciones también volcaron dos tanques de almacenaje de petróleo en el sur de Texas, derramando casi 113.000 litros (30.000 galones) de crudo. Se espera que el recuento de daños en las infraestructuras petroleras aumente al retroceder las aguas.
Los meteorólogos rebajaron a Harvey de tormenta a depresión tropical el miércoles por la noche, pero el sistema aún puede descargar mucha lluvia y causar daños. Se esperaban entre 10 y 20 centímetros (de 4 a 8 pulgadas) de agua desde la zona de la frontera entre Luisiana y Texas hasta Tennesse y Kentucky para el viernes. Algunas zonas podrían recibir hasta hasta 30 centímetros (1 pie) de agua, aumentando el riesgo de nuevas inundaciones.
Para gran parte del área de Houston, los meteorólogos afirman que la lluvia prácticamente llegó a su fin.
“Tenemos buenas noticias”, dijo Jeff Lindner, meteorólogo para el Distrito del Control de Inundaciones del Condado Harris. “Los niveles de agua van en descenso”.
Los dos principales aeropuertos de la ciudad entraron en funcionamiento el miércoles. Las autoridades anunciaron el reinicio de servicios limitados de autobús y tranvía, así como de recogidas de basuras.
Sin embargo, muchos miles de casas del área de Houston están llenas de agua y podrían seguir así días o semanas.
En total, más de 1.000 viviendas en Texas quedaron destruidas y cerca de 50.000 sufrieron daños, y unas 32.000 personas estaban en refugios en todo el estado, según autoridades de emergencias. En Texas se desplegaron unos 10.000 guardias nacionales, elevando el total a 24.000, señaló el gobernador, Greg Abbott.