El presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy, que enfrenta un fuerte incremento de la violencia en y alrededor de los territorios bajo control de rebeldes apoyados por Rusia, así como serias advertencias de que Moscú planea una invasión, exhortó el sábado al presidente ruso Vladimir Putin a que se reúnan y busquen una solución a la crisis.
“Desconozco qué desea el presidente de la Federación Rusa, así que estoy proponiendo un encuentro”, dijo Zelenskyy en la Conferencia de Seguridad en Múnich, donde también se reunió con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris. Zelenskyy dijo que Rusia podría escoger el lugar de las conversaciones.
“Ucrania continuará siguiendo sólo el camino diplomático en pos de una solución pacífica”, añadió.
De momento, el Kremlin no ha respondido a la propuesta del mandatario ucraniano.
Zelenskyy emitió sus declaraciones horas después de que los dirigentes separatistas en el este de Ucrania ordenaran el sábado una movilización militar completa, mientras los gobernantes occidentales hacían advertencias cada vez más severas de que parecía inminente una invasión rusa contra su vecino.
En indicios recientes de temores sobre la posibilidad de que una guerra estalle en cuestión de días, Alemania y Austria pidieron a sus ciudadanos salir de Ucrania. La aerolínea alemana Lufthansa canceló vuelos a la capital, Kiev, y a Odesa, un puerto en el mar Negro que podría ser un objetivo clave en caso de una invasión.
La oficina de enlace de la OTAN en Kiev dijo que estaba reubicando personal hacia Bruselas y la ciudad ucraniana occidental de Leópolis.
Por su parte, altos funcionarios militares ucranianos fueron atacados el sábado con proyectiles cuando hacían un recorrido en el frente, dentro del conflicto separatista que ha durado casi ocho años en el este de Ucrania.
Los funcionarios huyeron a un refugio antibombas antes de salir a toda prisa de la zona, según un periodista de The Associated Press que participaba en el recorrido.
La violencia en el este de Ucrania se ha intensificado en los últimos días mientras Ucrania y las dos regiones en poder de los rebeldes se han culpado unos a otros del agravamiento de la situación. Rusia señaló el sábado que al menos dos granadas disparadas desde una zona en poder del gobierno en el este de Ucrania cayeron al otro lado de la frontera, pero el canciller ucraniano Dmytro Kuleba dijo que esa era “una aseveración falsa”.
La violencia esporádica ha durado años en la línea que separa a las fuerzas ucranianas y los rebeldes apoyados por Rusia, pero debido al fuego de artillería reciente existe el peligro de que se desate una guerra a gran escala.
Previamente el sábado, Denis Pushilin, el líder del gobierno separatista prorruso en la región de Donetsk, mencionó una “amenaza inmediata de agresión” de las fuerzas ucranianas en su comunicado. Funcionarios ucranianos negaron tajantemente que haya planes de apoderarse por la fuerza de áreas controladas por los rebeldes.
“Hago un llamado a todos los hombres de la república que puedan empuñar un arma a defender a sus familias, a sus hijos, esposas y madres”, dijo Pushilin. “Juntos, conseguiremos la anhelada victoria que todos nosotros necesitamos”.
la movilización total de las tropas e instó a los reservistas a presentarse en las oficinas de alistamiento militar.
Poco después, Leonid Pasechnik, líder separatista de la región de Luhansk, hizo un anuncio similar.
El enfrentamiento entre los secesionistas y las fuerzas estatales comenzó hace casi ocho años, pero la violencia a lo largo de la línea de control que separa a los dos bandos se ha recrudecido en los últimos días. El viernes se registró un atentado con un coche bomba en la ciudad de Donetsk y un ataque a un convoy de ayuda humanitaria, entre otros incidentes, que avivaron la sensación de alarma.
Con un estimado de 150.000 soldados rusos apostados en torno a las fronteras ucranianas, el conflicto separatista latente podría propiciar la chispa que motive un ataque más extenso.