El caso de un guardia de seguridad que fue despedido de su trabajo por lanzarle besos a una ciudadana se hizo público en Ecuador y ha encendido las alarmas de quienes luchan contra la violencia de género. El hecho se registró en Guayaquil, en el sistema de transporte público Metrovía, donde en una de las paradas de buses, al sur de la urbe, una joven habría recibido “piropos” y besos por parte del uniformado.
La acción fue grabada por el novio de la chica en el celular, en el video, incluso, aparece el guardia de seguridad -quien ya fue separado de la empresa- aceptando que él sí lanzó besos y dijo frases a la señorita. Justificó su accionar alegando “que la señorita es muy guapa”.
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Este hecho motivó a que la administración de la Metrovía rechazara el accionar del ciudadano, terminando con el despido del mismo.
“Lamentamos y deploramos profundamente el comportamiento inapropiado y falta de respeto que sintió la usuaria que denunció un presunto caso de acoso en una de las paradas del sur de Guayaquil por parte de un guardia de seguridad. La Administración procedió a separar al guardia de sus funciones”, dispuso la Metrovía.
Acoso callejero
En relación este caso, Diario Metro investigó sobre el acoso callejero y cómo pueden hacer las víctimas para denunciarlo.
La abogada Gabriela Espinoza, quiteña, es una investigadora que se ha dedicado a escribir sobre el acoso callejero. En su libro ¿Galantería o acoso sexual callejero? ella delinea varias pautas para entender esta problemática que tiene un trasfondo de violencia sexual.
“Lo alarmante es que este fenómeno (los piropos) se hace común en la vida de las mujeres y esa experiencia cotidiana hace que estas acciones se naturalicen, se invisibilicen y pierdan de vista su origen misógino”, precisa Espinoza.
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En su investigación, demuestra que el 91% de mujeres han experimentado acoso disfrazado de “galantería”, el 37% de las mujeres experimenta acoso una vez al mes y el 27% experimenta de 10 a 50 veces al año.
Pitazos, silbidos y sonidos de beso, estas son formas del acoso callejero que es también violencia sexual contra las mujeres.
“En síntesis, el acoso sexual callejero puede ser, efectivamente, entendido como una manifestación cotidiana de poder a través del cual los hombres le recuerdan a las mujeres que viven en una sociedad en donde ser mujer permite a los hombres irrumpir en su autonomía en cualquier momento y de cualquier manera, sin ninguna consecuencia”, agrega Espinoza.
Irrumpir la atención de las mujeres también es acoso
La abogada Frecia Moncayo, especialista en violencia familiar, opina que el acoso callejero es una forma de irrumpir la atención de las mujeres.
“Por ejemplo, ellas van caminando, pensando o con prisa de llegar a algún lugar y de la forma más irrespetuosa escuchan el sonido de besos o frases sexuales, que provocan malhumor, malos recuerdos o, sencillamente, disgustos. Eso es acoso callejero que también violencia sexual y que no se debe callar”, explica Moncayo.
Califica de valiente y buen ejemplo el actuar de la joven guayaquileña que denunció al guardia de seguridad por dirigirle sonidos de besos. “Lo más triste es que para ese ciudadano su actuar era normal. Es que la violencia contra las mujeres han sido tan naturalizada que no me hubiera sorprendido si a la chica la empezaban a tildar de exagerada. En hora buena no fue así”, considera.
Además, califica de acertada la decisión de la administración de la Metrovía. “Se ha marcado gran precedente. Desde ahora no solo los guardias de seguridad, cualquier empleado, público o privado, va a pensar y repensar el acosar en la calle a una mujer”, dice.
¿Cómo denunciar el acoso callejero?
Según los indicadores del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), el 32% de las ecuatorianas atraviesan violencia sexual.
La legislatura ecuatoriana considera delito a la violencia sexual en sus varias forma, pero específicamente “el acoso callejero, según abogados, es considerado como un abuso sexual siempre y cuando el acosador no toque a la víctima”
En ese sentido, el Art. 170 del Código Integral Penal (COIP) señala sobre el Abuso sexual: “la persona que, en contra de la voluntad de otra, ejecute sobre ella o la obligue a ejecutar sobre sí misma u otra persona, un acto de naturaleza sexual, sin que exista penetración o acceso carnal, será sancionada con pena privativa de libertad de tres a cinco años”.
¿CÓMO DENUNCIAR?
- Denunciar a tu agresor o agresora es tu derecho y tu obligación. No dejes que esto le pase a alguien más.
- No permitas la impunidad
- Denuncia el caso ante las autoridades
- Cuenta lo que pasó, no omitas detalles, firma lo que cuentas y solicita una copia de tu denuncia sellada y con fecha. Puedes presentar pruebas como videos o mensajes.