BUENOS AIRES (AP) — Los pañuelos blancos que cubren las cabelleras de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y carteles con fotografías en blanco y negro de los miles de desaparecidos reaparecieron el jueves después de dos años de pandemia de COVID durante una multitudinaria movilización en Buenos Aires al cumplirse el 46° aniversario del último golpe militar en Argentina.
La jornada convocada por organismos de derechos humanos bajo las consignas #NuncaMás #Son30Mil #DóndeEstán también dejó expuesta la división que afecta al gobierno entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015).
El gobernante, quien reconoció públicamente que no mantiene diálogo con la dirigente de centro-izquierda debido al acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para renegociar una deuda de 45.000 millones de dólares, encabezó un acto más temprano en homenaje a ocho científicos que figuran entre las víctimas del régimen militar (1976-1983).
“El 24 de marzo es el día que más unidos estamos porque tenemos una sola consigna: verdad y justicia”, expresó Fernández.
Según organismos de derechos humanos, 30.000 disidentes fueron ejecutados durante la dictadura. Las cifras oficiales dan cuenta de 12.000
Por su parte, la vicepresidenta se reunió el martes con un grupo de las Madres de Plaza de Mayo que tienen una postura crítica con la política económica de Fernández. Este jueves no participó de actos y publicó en Twitter fotografías de la movilización de la agrupación política liderada por su hijo Máximo Kirchner hacia la histórica Plaza de Mayo por el aniversario del golpe.
Kirchner, diputado nacional, renunció semanas atrás a la jefatura del bloque oficialista en el Congreso por estar en desacuerdo con los términos de la negociación con el FMI.
Las marchas que se realizan en todo el país cada 24 de marzo en conmemoración del día en el que las Fuerzas Armadas derrocaron al gobierno de Isabel Perón en 1976 fueron suspendidas en 2020 y 2021 por la pandemia de COVID, sobre todo para proteger la salud de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, que ya están en avanzada edad.
Después de dos años, muchas de ellas reaparecieron en silla de ruedas y con bastones. Llevaban tapabocas con consignas como “Nunca más”.
“Hoy volvemos a esta plaza después de dos años en que no pudimos estar por los necesarios cuidados ante la pandemia del COVID 19. La situación sanitaria comienza a mejorar, pero deja una situación compleja para los pueblos de todo el mundo y para el nuestro en particular”, expresaron en un comunicado junto a otros organismos de derechos humanos.
Reclamaron a la justicia no seguir demorando las causas por crímenes de lesa humanidad que todavía no tienen condena y fijaron su postura sobre el acuerdo con el FMI: “Sea como sea, la deuda contraída no se puede ni se debe pagar a costa de más sacrificio y hambre de nuestro pueblo”.