UVALDE, Texas, EE.UU. (AP) — El atacante que masacró a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria de Texas estuvo en su interior más de una hora antes de ser abatido en un tiroteo con la policía, informaron el jueves las autoridades en medio de creciente indignación y escrutinio a su respuesta a la balacera.
Una conferencia de prensa convocada por funcionarios de seguridad pública de Texas para aclarar la cronología del ataque proporcionó fragmentos de información previamente desconocida. Sin embargo, para cuando terminó había más preguntas desconcertantes en torno al tiroteo, incluyendo el tiempo que le tomó a la policía llegar al lugar y confrontar al agresor, y la aparente falla de no cerrar con llave una puerta por la que el atacante entró a la escuela.
Después de dos días de brindar información a menudo contradictoria, los investigadores señalaron que un policía del distrito escolar no estaba en el lugar cuando Salvador Ramos, de 18 años, llegó a la escuela alrededor de las 11:30 de la mañana del martes. Además, contradiciendo reportes previos, el agente no confrontó al agresor afuera del edificio.
En lugar de ello, Ramos entró “sin obstrucciones” por una puerta que aparentemente no estaba cerrada cerrada con llave, dijo Victor Escalon, director regional del Departamento de Seguridad Pública de Texas. Agentes de la policía local ingresaron al edificio cuatro minutos después, pero fueron repelidos tras intercambiar disparos con el agresor, señaló.
La crisis no llegó a su fin hasta que varios agentes de la Patrulla Fronteriza ingresaron casi una hora después. Ramos, quien se había parapetado en un área del aula de cuarto grado que atacó, murió durante el tiroteo, informó Escalon.
Muchos otros detalles del caso y la respuesta policial siguen sin estar claros. El motivo de la masacre —la más letal en el país desde la ocurrida en Newtown, Connecticut, hace una década— sigue bajo investigación, y las autoridades dicen que Ramos no tenía antecedentes penales ni historial de problemas de salud mental.
Durante la balacera, testigos frustrados increpaban a los agentes de policía a que entraran a la escuela.
“¡Entren! ¡Entren!”, les gritaban varias mujeres a los agentes poco después de que comenzó el ataque, dijo Juan Carranza, de 24 años, quien vio la escena desde una casa al otro lado de la calle.
Carranza dijo que los agentes debieron haber entrado antes: “Ellos eran más. Él sólo era uno”.
El director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, Steve McCraw, defendió a su agencia el miércoles al señalar: “Lo importante es que la policía estaba ahí. Se involucraron de inmediato. Contuvieron (a Ramos) en el aula”.
El jefe de la Patrulla Fronteriza, Raul Ortiz, no proporcionó una línea de tiempo, pero señaló en repetidas ocasiones que los agentes tácticos de su departamento que llegaron a la escuela no titubearon. Dijo que actuaron rápidamente para ingresar al edificio, alineándose detrás de un agente que sostenía un escudo.
“Queríamos asegurarnos de actuar rápidamente, con presteza, y es exactamente lo que hicieron esos agentes”, dijo Ortiz a la cadena Fox News.
Sin embargo, un funcionario policial dijo que, una vez dentro del edificio, los agentes de la Patrulla Fronteriza tuvieron problemas para abrir la puerta del aula y se vieron obligados a llamar a un miembro del personal para que la abriera con llave. El funcionario habló a condición de guardar el anonimato debido a que no estaba autorizado a declarar públicamente sobre la investigación.
El portavoz del Departamento de Seguridad Pública, el teniente Christopher Olivarez, dijo a CNN que los investigadores están tratando de determinar si el aula en verdad estaba cerrada con llave o se encontraba obstruida de alguna manera.