Un visitante al Museo de Louvre le lanzó un pastel a la Mona Lisa en exhibición, generando el rechazo del resto de los asistentes, pero no daños a la obra, pues está protegida por un vidrio.
La persona usaba una peluca y fingió necesitar una silla de ruedas, para de esa manera estar incluso más cerca de la obra, pero una vez ahí le tiró un pastel para luego enviar mensajes en favor de la protección del planeta.
Los cuerpos de seguridad del museo limpiaron el vidrio que cubre la pintura de Leonardo da Vinci y las visitas siguieron su curso.