Mientras continúan los apagones masivos en Puerto Rico debido a la vulnerabilidad de la red eléctrica, aproximadamente 40 familias en la isla municipio de Culebra sintieron alivio y emoción al recibir la noticia de que les estarían instalando paneles solares y baterías en sus hogares proporcionándoles independencia energética.
El Environmental Defense Fund (EDF), la Fundación Colibrí y la compañía Genesis Solar se unieron para hacer este proyecto piloto comunitario de energía solar y almacenamiento posible.
“Ha sido demasiado bueno, excelente, porque ahora creo que va a poder bajar (lo que pagaba de luz). Me siento bien contenta con esta ayuda que el gobierno nos ha dado”, dijo Mirtas Rivera, una de las beneficiarias del proyecto que, antes de tener los paneles solares, pagaba entre $200 a $250 de luz en su hogar donde vive con su esposo Roberto Rexach.
En el caso de Rosarito Morales, residente en Culebra hace 31 años y líder comunitaria, aseguró que pagaba casi $175 por la luz y espera que con la instalación de los paneles solares ese costo disminuya considerablemente.
“Yo espero que me baje el costo de la luz para no tener que depender tanto de LUMA porque ya sabemos lo que pasa con LUMA. Quiero tener un poco de más independencia y ser parte del futuro con la energía solar que es sustentable...Espero que la gente se motive”, indicó Rosarito.
“El sol me va a ayudar, aunque aquí no haya luz”, añadió.
Con la donación inicial de la Fundación Colibrí, EDF comenzó a trabajar en Puerto Rico en el 2018, a un año de los huracanes Irma y María.
EDF es una organización sin fines de lucro que busca identificar soluciones para que Puerto Rico y el Caribe sean más resistentes al cambio climático e impulsar un cambio sistémico en la red eléctrica de la Isla.
Desde el 2017, con el paso de los huracanes, la red eléctrica en Puerto Rico ha ido debilitándose, provocando una crisis energética y convirtiendo los apagones en una rutina para muchos.
Aunque tres meses después del paso de los huracanes en Culebra comenzaron a usar un generador para la comunidad que funcionaba de 6:00 p.m. a 6:00 a.m., tardaron más de un año en reestablecer la electricidad.
Actualmente solo el 3% de la electricidad en Puerto Rico proviene de energía renovable, sin embargo, el decreto de la isla es obtener el 40% de su electricidad de fuentes renovables para el 2025 y el 100% para el 2050.
Según Agustín Carbó, gerente senior de transición energética del proyecto, la energía renovable implica una mitigación al cambio climático, reducción de emisiones, la posibilidad de que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) y LUMA adquieran menos combustibles fósiles para la generación de electricidad del país, y la tranquilidad de familias que van a estar preparadas para cuando pase un huracán.
“Me siento más preparada (con los paneles solares) porque yo sé que no me voy a quedar sin luz, que por lo menos cuando un huracán nos esté azotando voy a tener algo con que alumbrarme y no voy a tener que estar corriendo, buscando baterías, ‘flashlights’…Por lo menos tengo algo que me va a resolver con mi maquina”, dijo Mirtas, de 64 años, quien tiene apnea del sueño y asma, condiciones que requieren de unos equipos que necesitan electricidad para funcionar.
“Con la planta que teníamos a veces se nos hacía difícil por la gasolina. A veces teníamos que comprar dos o tres tanques de gasolina para mantenerla funcionando. Era un poquito difícil pero siempre, gracias a Dios, pudimos resolver”, dijo Roberto Rexach.
Un proyecto modelo para otros países caribeños
Daniel Whittle, director senior del Caribe de EDF, mencionó que buscan que el proyecto sirva como modelo para otros municipios de la Isla y otros países del Caribe.
Whittle aseguró que a pesar de que el trabajo comenzó ahora, seis años después de los huracanes, este proyecto es a largo plazo ya que será un trabajo de calidad que eventualmente pueda servir de ejemplo. Aclaró que muchas veces los trabajos de recuperación buscan arreglar las cosas y dejarlas como estaban antes, mientras que este proyecto de energía renovable no se hace así por lo que ha tomado más tiempo de lo normal.
“Hay muchos otros países que por lo menos en el tema energético lo tienen muy avanzado e inclusive lo incorporan a otros temas ambientales que es algo que yo siempre quise traer, que fuera holístico…esto conlleva un proceso de educación sobre el recurso solar, cuáles son sus beneficios, cómo te adaptas del sistema que tenías antes al sistema que tienes ahora. Hay algunos avances, ellos (otros países) llevan muchos años trabajando estos temas, especialmente en Latinoamérica que tienen entidades reguladoras de más de 50 años”, aseguró Carbó.
Agregó que en estudios que se han hecho en otros lugares sobre proyectos como este, muchos han fracasado porque llegan al lugar como un “paracaídas”, se van y dejan a la comunidad sola en el proceso de acostumbrarse a esta tecnología. Dijo que para que el proyecto sea exitoso debe haber una cercanía de la organizaciones involucradas con los residentes de la comunidad.
Participación de los residentes en el proyecto
El cambio climático, según la científica ambiental Abimarie Otaño, está afectando las costas de Puerto Rico con el aumento del nivel del mar, pero también hace que se requiera mayor consumo de energía por el aumento en las temperaturas.
Otaño añadió que las familias beneficiadas por el proyecto estuvieron bien involucradas desde el comienzo del proceso acudiendo a reuniones informativas y educativas sobre la energía solar y sus beneficios.
Estas familias “principalmente tenían el miedo de que el sistema fallara y que no tuvieran a nadie que los ayudara a trabajar con eso que es una tecnología nueva, pero poco a poco en las mismas reuniones hemos estado aprendiendo y conociendo cómo funcionan los sistemas. También el EDF, además de hacer las donaciones de las placas solares y las baterías, van a incluir dos años de mantenimiento que eso les da un alivio a las personas a saber que en caso de que pase algo van a tener personas que los pueden ayudar”, sostuvo Otaño.
A pesar de que, en dos años, los residentes tendrán que mantener los paneles solares, en el caso de Zuleyma Santiago y Steven Bohm, quienes llevan 19 años viviendo en Culebra, aseguraron que se sienten “dispuestos a hacer lo que tengamos que hacer por la ventaja de tener la casa solar” y están lo suficientemente preparados para hacerlo.
María “Baby” Jaunarena de la Fundación Colibrí aseguró que sacaron el tiempo de establecer las relaciones con los residentes, de conocer el lugar, las estructuras, las necesidades de ellos y los otros proyectos existentes.
Reconoció que hay otros proyectos en Culebra, pero ninguno para la parte residencial porque tenían varios retos: no todas las áreas estaban conectadas a la red eléctrica, no todas las estructuras sostenían el sistema de energía renovable que tenían visualizado, y que no se pudiera hacer una microred porque la comunidad no tenía la experiencia de compartir un recurso y manejarlo adecuadamente.
Jaunarena mencionó que ha sido un proceso de aprendizaje tanto para los residentes como para los expertos en el tema.
“Hemos estado dispuestos a ceder las ideas que ya traíamos, a escuchar, a aprender, y a ser flexibles con la línea del tiempo, con la implementación porque surgieron muchos más imprevistos, no solo el huracán, que afectaron la línea del tiempo y el acceso a establecer las relaciones con la comunidad”, expresó Jaunarena.