Las autoridades en Chicago radicaron siete cargos de homicidio en primer grado entre otros delitos contra el joven de 21 años sospechoso del tiroteo ocurrido el 4 de julio.
Si se le encuentra culpable de estos cargos, podría pasar el resto de su vida en prisión. El fiscal estatal Eric Rinehart solicitará al tribunal que no se le permita salir bajo fianza al sospechoso.
El hombre que abrió fuego contra un desfile del Día de la Independencia cerca de Chicago, matando a por lo menos siete personas, había comprado legalmente dos rifles de alto poder y otras tres armas, a pesar de que las autoridades tuvieron que acudir a su residencia en dos ocasiones en 2019 por amenazas suicidas y de ataques violentos, informó el martes la policía.
Un portavoz de la Fuerza Especial contra Delitos Mayores del condado de Lake dijo en conferencia de prensa que el presunto atacante, quien fue arrestado el lunes por la noche, usó un rifle de alto poder “similar a un AR-15″ para disparar más de 70 balas desde lo alto de un edificio comercial contra una multitud reunida para ver el desfile en Highland Park, una lujosa comunidad de unas 30.000 personas a orillas del lago Michigan.
La policía dijo que se solicitó su presencia en la casa del sospechoso en septiembre de 2019 después de que un familiar llamó para decir que estaba amenazando con “matar a todos” los presentes. El portavoz de la Fuerza Especial, Christopher Covelli, dijo que la policía confiscó 16 cuchillos, una daga y una espada, pero aseguró que no había indicios de que en ese momento tuviera armas de fuego.
El sospechoso compró legalmente el rifle que usó en el ataque durante el último año en Illinois, señaló Covelli. En total, la policía afirmó que adquirió cinco armas de fuego, las cuales fueron recuperadas de la residencia de su padre.
La policía también respondió en abril de 2019 a un supuesto intento suicida por parte del detenido, dijo Covelli.
De momento se desconoce si los contactos previos del sospechoso, Robert E. Crimo III, con la policía le habrían impedido obtener un permiso para tener armas de Illinois. La policía estatal, responsable de emitir las licencias, no respondió de momento a un mensaje de The Associated Press sobre su elegibilidad.
Un día después del tiroteo, las autoridades reportaron la muerte de una séptima víctima. Más de 30 personas resultaron heridas durante el ataque, el cual, según Covelli, fue planeado por el sospechoso durante varias semanas.
Los investigadores que interrogaron al sospechoso y revisaron sus publicaciones en redes sociales no han determinado la razón del ataque ni encontraron ningún indicio de que estuviera motivado por odio racial, religioso o de otro tipo, agregó Covelli.
Agentes del FBI hurgaban el martes dentro de basureros y bajo sábanas de pícnic con el fin de hallar más evidencia en el sitio del ataque. Al principio, la gente confundió los disparos con fuegos artificiales antes de que cientos de asistentes huyeran aterrorizados.
Un día después, dentro del amplio perímetro establecido por la policía, quedaban artefactos ordinarios como coches para bebé y sillas de jardín, abandonados por los vecinos que huían aterrados. Algunas personas se acercaban al perímetro para recoger algunas de sus pertenencias.
Uno de los asistentes, David Shapiro, de 47 años, dijo que la ráfaga de disparos convirtió rápidamente el desfile en un “caos”.
“La gente no sabía de inmediato de dónde venían los disparos, si el pistolero estaba delante o detrás de ti, persiguiéndote”, dijo el martes mientras recuperaba un coche de bebé y sillas de jardín.
El tiroteo del lunes se sumó a una serie de incidentes que han trastocado los rituales de la vida estadounidense. En los últimos meses, escuelas, iglesias, tiendas de comestibles y, ahora, desfiles de la comunidad se han convertido en escenarios de masacres. En esta ocasión, el derramamiento de sangre se produjo cuando la nación trataba de encontrar motivos para celebrar su fundación y los lazos que aún la mantienen unida.
Desde principios de año, en Estados Unidos se han producido 15 tiroteos en los que han muerto cuatro o más personas, incluido el de Highland Park, según la base de datos de masacres de The Associated Press/USA TODAY/Northeastern University.
“Definitivamente se resiente más no sólo cuando es en tu ciudad, sino también cuando ocurre frente a ti”, dijo Ron Tuazon, un residente que volvió a la ruta del desfile para recuperar sus sillas, sábanas y la bicicleta de un niño que la familia dejó abandonadas cuando comenzaron los disparos.
“Se ha vuelto algo frecuente”, añadió Tuazon. “Ya no parpadeamos. Será más de lo mismo hasta que cambien las leyes”.
Un agente de policía detuvo a Crimo al norte del lugar del tiroteo varias horas después de que la policía difundiera su fotografía y advirtiera que posiblemente estaba armado y era peligroso, indicó el jefe de policía de Highland Park, Lou Jogmen.
Las autoridades dijeron que Crimo tiene 21 o 22 años. Su padre se postuló para alcalde de Highland Park en 2019.
El tiroteo ocurrió en un punto de la ruta del desfile en donde muchos de los residentes habían apartado desde horas antes algunos lugares con buena vista del recorrido
Uno de ellos fue Nicolás Toledo, un mexicano que visitaba a su familia en Illinois. Fue baleado y murió en el lugar, contó su nieta Xochil Toledo al Chicago Sun-Times.
La policía no ha dado a conocer detalles sobre las víctimas, pero la nieta de Toledo dijo al Sun-Times que su abuelo pasó la mayor parte de su vida en Morelos, México. Xochil Toledo dijo que recuerda que estaba viendo a su abuelo, de más de 70 años, mientras una banda pasaba frente a ellos.
“Estaba muy contento”, relató. “Feliz de simplemente disfrutar el momento”.
Xochil Toledo dijo que su padre intentó proteger a su abuelo y recibió un disparo en el brazo. El novio de Xochil Toledo también fue baleado en la espalda y trasladado al hospital