A siete años de que se aprobó una adición a la Ley General de Vida Silvestre que prohibió el uso de animales en espectáculos y circos a nivel nacional, la mayoría de estos ejemplares salvajes quedó a la deriva; muchos de ellos fueron enviados a lugares que no cuentan con presupuesto y condiciones dignas, y en el peor de los casos fueron vendidos a particulares o rematados en el mercado negro a grupos del crimen organizado.
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Aún cuando la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) tiene la obligación de conocer el paradero exacto de los ejemplares que salieron de circos y empresas que los utilizaban para diferentes eventos de entretenimiento, hasta abril de 2021 la dependencia no cuenta con información detallada sobre ninguno de los animales salvajes que salieron de éstos espectáculos, mientras que los decomisos del último trimestres de este año tampoco han sido contabilizados.
En entrevista con Publimetro, Arturo Berlanga, director ejecutivo de AnimaNaturalis México, aseguró que la ley de vida silvestre se encuentra rebasada, pues no han podido reformarla en el Congreso de la Unión desde hace varias administraciones federales, por lo que no corresponde con las necesidades de la realidad actual que enfrentan estos seres vivos, cuenta con demasiadas lagunas y es permisiva.
Berlanga sostuvo que los cirqueros de todo el país tuvieron varias opciones a raíz de esta nueva normatividad en 2015, de una de estas alternativas consistió en donar los animales que tenían en su resguardo a santuarios o la Unidad de Manejo Ambiental (UMA) de la Profepa; no obstante, dijo el directivo, detectaron casos en donde los propios dueños dejaron morir a sus animales.
De acuerdo con un inventario que realizó AnimaNaturails México, cerca de 500 cebras, dromedarios, elefantes, osos negros, leones y otros animales regresaron a diferentes circos hasta antes de la pandemia, debido a que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) no cuenta con suficientes santuarios o reservas, ya sea en México o el extranjero.
Y es que, tanto el marco legal de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (lgeepa), la Ley General de Vida Silvestre (lgvs) y la Ley General de Sanidad Animal (lgsa), hacen referencia puntual al trato digno y al bienestar animal a lo largo de la República mexicana, situación que no se cumple por autoridades y particulares en los últimos años, afirmaron oenegés.
Ley sirvió, pero autoridades están rebasadas
Al respecto, Antonio Franyuti, director general de la organización Animal Héroes, confirmó que no existen santuarios en México, mientras que los lugares que se hacen llamar así no cumplen con las medidas necesarias para garantizar el bienestar de animales como los felinos, que requieren de una disciplina alimentaria y cuidados especiales, de lo contrario, se compromete su bienestar.
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Registros oficiales de la Profepa revelan que entre 2019 y 2020 un total de mil 156 ejemplares fueron asegurados, los cuales tuvieron como depósito las 32 delegaciones estatales de la procuraduría federal; sin embargo la Dirección General de Administración respondió vía Ley General de Transparencia que las delegaciones estatales no contaban con los espacios para albergar este tipo de seres vivos, por lo que no se sabe a ciencia cierta cuál fue el paradero de estos animales.
En tanto, Ernesto Zazueta, presidente Asociación zoológicos Criaderos y Acuarios de Mexico AZCARM, negó que los animales que salieron de circos y centros de espectáculos hayan sido enviados a deshuesaderos, vendidos de forma ilegal y hayan muerto debido a falta de alimentación y una caída en su estilo de vida desde la adición a la Ley General de Vida Silvestre.
Adicional a esto, se suma el mercado de negro de venta colmillos y pieles, principalmente de felinos, que se da en México. De acuerdo con reportes del gobierno federal han descubierto que una vez que mueren estos animales se les mutilan diversas partes de su cuerpo para venderlas en el país o incluso en el extranjero, en donde se han llegado a comercializar este tipo de piezas de los ejemplares debido a que se les atribuyen propiedades milagrosas y afrodisíacas.
Datos:
- 50% se recortó el presupuesto a la Semarnat y Profepa en este 2022.
- Un censo nacional de la Semarnat reportó en 2016 que de los mil 298 animales que se encontraban en los 80 circos del país, únicamente 300 ejemplares continuaban con vida en ese entonces.
- El resto, de acuerdo con la dependencia federal, fueron vendidos a coleccionistas privados, empresarios y donados a zoológicos del país.
¿Cuándo se prohibieron los animales en circos en México?
- A partir del 8 de julio de 2015 entraron en vigor las reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y a la Ley General de la Vida Silvestre, que prohibieron en todo México el uso de animales silvestres en los circos y espectáculos.
- La ley permitió exhibirlos en zoológicos privados, pero no en un espectáculo. Sin embargo, han pasado más de seis años y a la fecha la Semarnat no cuenta con información completa sobre el paradero de las especies que participaban en los espectáculos de las carpas.
- Debido a estas prohibiciones, propietarios de los circos confirmaron a este diario que remataron sus animales para evitar las sanciones, aunque no necesariamente informaron del tipo de compradores que se interesaron por las especies.
A considerar:
- En los últimos años han aumentado los casos de personas que pasean y exhiben felinos como tigres, leopardos, jaguares o leones en lugares públicos.
- “No son solamente imágenes características de personas del crimen organizado que posan con estas especies, sino se ha popularizado este tipo de situaciones en personas con recursos económicos suficientes para comprar todo tipo de fauna silvestre en criaderos legalmente establecidos o en el mercado ilícito”, denunció AnimaNaturails.
Sancionan a medias:
- La Profepa reportó en 2019 que 228 animales silvestres fueron asegurados en domicilios particulares; sin embargo 158 continuaron en posesión de sus infractores en los mismos domicilios inspeccionados, esto debido a que la Profepa no tuvo lugares para su resguardo.
