El Índice de Vivienda Asequible, que prepara Estudios Técnicos, Inc. cayó a 60 por ciento en junio de este año, debido a que cada vez es más difícil para los consumidores cualificar para préstamos hipotecarios en Puerto Rico por el aumento en las tasas de interés, casas más caras y reducción del ingreso familiar por la inflación.
El economista Leslie Adames, director de Análisis y Política Pública Económica de ETI, explicó que “el índice, que alcanzó un valor máximo de 100 por ciento en marzo del 2020, ha ido consistentemente deteriorándose en lo que va de año. Para junio de 2022 se situó en 60 por ciento, una reducción de 40 puntos porcentuales desde marzo del 2020. En esencia, lo que nos está indicando el índice es que una familia típica tiene solamente el 60% de los ingresos necesarios para cualificar para un préstamo hipotecario, si se considera como supuesto conservador un pronto de 20 por ciento”.
El Índice de Vivienda Asequible, preparado por ETI, mide si una familia típica que contribuye con un 20 por ciento de pronto pago para la compra de un hogar cualifica o no, según la mediana de ingreso, para un préstamo hipotecario. Un valor igual a 100 por ciento significa que la familia tiene los ingresos necesarios para cualificar para un préstamo hipotecario basado en el precio promedio prevaleciente en el mercado. Un valor mayor a este umbral supone que tiene ingresos más que suficientes para cualificar para un préstamo hipotecario, mientras que valores inferiores a ese umbral reflejan lo contrario.
Adames informó que el Índice se había situado en 65 por ciento en marzo del 2011, mejorando gradualmente hasta el 100 por ciento en el 2020 debido al ambiente de tasas bajas de interés y la reducción en los precios de las viviendas que prevaleció en el mercado hasta el 2014. Sin embargo, estas tendencias se han revertido en los últimos años dos años y no aparenta haber señales en la economía que marquen un giro positivo que mejore la asequibilidad de la vivienda en el corto plazo. En marzo de 2022 el Indice estaba en 69 por ciento y ahora cayó al 60 por ciento, el más bajo en más de una década.
“Es evidente el problema de oferta de vivienda que persiste en el mercado inmobiliario. Esto, y el auge en la demanda de vivienda a precios aún considerados razonables relativo al pico del mercado, así como tasas de intereses bajas, han estado ejerciendo presión en los precios. Sin embargo, esto ha cambiado y no para bien. La Reserva Federal está reduciendo la liquidez en el sistema financiero mediante la disminución en su balance (”Quantitative Tigthening”), situación que contribuirá a aumentar las tasas de interés de mediano y largo plazo. Ya la tasa de interés hipotecaria fija a 30 años se había situado en 5.52 por ciento en junio comparado a 5.23 por ciento en mayo y 3.45 por ciento a enero del año corriente”, manifestó Adames.
El economista de ETI añadió que se complica el panorama para quienes desean comprar una casa porque las viviendas nuevas son más caras. “La inflación en los materiales de construcción ha encarecido el costo de la construcción, lo que redundará en viviendas de nueva construcción más costosas para una población cuyo poder adquisitivo continúa bajo presión por el espiral inflacionario que enfrenta la Isla”, indicó.