Mientras las autoridades en el estado de Florida se preparan ante la amenaza del impacto de Ian como un huracán de categoría mayor, en Puerto Rico el sector de la industria de alimentos y los supermercados advierte que un desastre en el puerto de Jacksonville podría complicar la situación ya compleja de los supermercados en Puerto Rico.
“Ahora mismo hay un huracán que va de camino a Florida y nuestro principal puerto de envío de mercancía es en la Florida. Dios nos coja confesados que no se complique el panorama que estamos viendo aquí con esa área”, expresó en entrevista en Metro al Mediodía el vicepresidente ejecutivo de MIDA, Manuel Reyes. El ejecutivo explicó que dependerá del impacto de Ian en la zona del puerto cuán complicada pueda resultar su repercusión para Puerto Rico.
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El gobernador de Florida, Ron DeSantis, dijo este lunes por la mañana que Ian parece ser un “huracán realmente grande en este momento”. El huracán se ha intensificado de manera rápida.
Tomando como partida experiencias de huracanes en el pasado, el ejecutivo de MIDA detalló que de no haber un daño directo sobre el puerto, sería una pausa de días o incluso horas, pero que si hay daño directo en la zona del puerto podría haber una interrupción mayor en la cadena de suministros de alimentos en Puerto Rico. “Ahí se complica el panorama”, sostuvo. La gran mayoría de los alimentos que se consumen en Puerto Rico son importados.
“Nosotros deberíamos tener todos los puertos de los Estados Unidos abiertos y todos los barcos disponibles que puedan llegar tanto en un escenario de emergencia, como en escenario regular”, dijo Reyes.
Sobre los problemas de suministro de diésel que han obligado a cerrar supermercados, Reyes explicó que aunque esperaban una mejoría para hoy, la realidad es que siguen enfrentando dificultades. “Hoy dos supermercados en el área sur que tuvieron que cerrar y tenemos tres en riesgo. Muchos supermercados están operando día a día por el reto de conseguir diésel”, agregó.
Aunque han estado en comunicación con el Departamento de Asunto al Consumidor (DACO), Reyes calificó la información como “un poco confusa” sobre dónde es que efectivamente está el problema. “De lo que podemos interpretar, creemos que es una falta de prioridades a nivel de los puntos de distribución”, indicó. La prioridad establecida por el gobierno para la distribución de diésel es a la Guardia Nacional, que está abasteciendo instalaciones de salud, y a la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados. Luego, todos los sectores compiten ante una oferta limitada.
“El gobierno tiene que establecer esas prioridades. Yo puedo argumentar por qué nosotros debemos ser prioridad”, dijo reyes al explicar que llegan con alimentos al 100 % de la población y que muchos de sus productos son perecederos.