En una era en la que reina la inmediatez y cualquier artículo que deseemos está al alcance de un clic, en ocasiones, la realidad económica de las personas colisiona con la rigidez comercial impuesta en esta temporada y que muchas veces sustituye el espíritu que originalmente tiene la Navidad.
Para la licenciada en psicología y psicoterapeuta con práctica en línea desde la ciudad de Trujillo, Perú, Yasmina Maluff Alcántara, los portales de compras en la Internet actúan en la misma zona del cerebro que activa el sistema de recompensa, el aprendizaje asociativo y las emociones positivas, especialmente las que tienen al placer como componente central.
“Cada interacción, cada like, cada comentario recibido hace que nuestro cerebro emita pequeñas dosis de dopamina, haciéndonos tener la sensación de bienestar. No obstante, su duración es corta, haciendo a los usuarios buscar nuevamente esa retribución fácil e inmediata, y esto, por lo general, nos puede llevar a confundir placer con felicidad”, explicó la psicoterapeuta.
La profesional de la salud mental explicó que muchas personas experimentan expectativa y ansiedad a medida que fechas como el Viernes Negro o el Cyber Monday se acercan debido a factores que incluyen un auto acondicionamiento de que no pueden perder esas ofertas, de llenar expectativas relacionadas a la capacidad adquisitiva que nos impone la sociedad hasta deseos de ser aceptados y conectar con personas que tienen intereses similares.
“Las compras, el conseguir una oferta ‘limitada’, tiene ese efecto, y cada vez más personas se encuentran en ese círculo vicioso de adquirir cosas no teniendo los medios, y que probablemente no necesitan. Y al poco tiempo se ven envueltos en una sensación de vacío o de incompletitud. Entonces, para sentirse mejor, recurren a la misma estrategia, las redes y las compras y se vuelve un círculo vicioso”, añadió.
La experta señaló además que debemos cuestionarnos por qué sentimos esa necesidad de cumplir con la tradición de intercambiar regalos, quién nos impone esta tradición y qué pasaría si no la cumplimos.
“Para lidiar con esto, es de utilidad también restringir conscientemente la cantidad de tiempo que pasamos en estas plataformas, reemplazarlas por pequeñas actividades que nos permitan desconectar, y al momento de entrar a portales para ir de compras, se pueden colocar los artículos en el carrito de compras y esperar unas horas para determinar si ese artículo en realidad necesitamos o si solamente lo queremos”, señaló Maluff Alcántara.
“Si sientes que eso ya no es suficiente y excede tus recursos económicos personales para manejarlo, no temas en buscar ayuda profesional”, añadió.