Según los hallazgos del estudio “El Estado de las Playas de Puerto Rico Post Huracán Maria”, el fenómeno atmosférico que afectó a la isla en el 2017 provocó que, a causa de la erosión, 99 kilómetros o 61 millas de línea costera sufrieran una migración tierra adentro en los 44 municipios de la costa.
“Esto es grave, es preocupante porque estamos hablando de que el aumento del nivel del mar no es lo que viene, es que ya la línea del mar se está moviendo tierra adentro y tenemos zonas que están expuestas como en el caso de la zona de Luquillo”, aseguró la principal investigadora, la Dra. Maritza Barreto.
Por el lado positivo, también quiere decir que las playas están buscando su equilibrio.
Usualmente se habla de erosión y acreción, según la investigadora por lo que lo novedoso de este estudio es que además trabajaron la migración de línea de agua, migración de playa y los atributos naturales y antropogénicos de la línea de costa.
La razón por la que decidieron iniciar esta investigación, según Barreto, fue porque “estaban preocupados de que en Puerto Rico no existiera un banco completo de los 44 municipios costeros que sirviera de guía para saber el estado de las playas para que se pudieran tomar decisiones informadas a partir de la ciencia”.
El Censo de 2020 establece que Puerto Rico tiene una población de 3,285,874 de la cual 2,212,839 (67%) reside en municipios costeros, y la población total ubicada en franja costera de hasta 10 metros o 33 pies de elevación es de 728,272 (22%).
Los investigadores miraron el movimiento de la línea de agua a través de los años, un aspecto que muchos piensan que es estático, pero la investigadora aseguró que la línea de agua se mueve con el tiempo, es dinámica.
“La implicación cuando una línea de agua se mueve tierra adentro a través del tiempo es que en un futuro evento de marejadas de invierno o de marejadas causadas por un huracán entonces el alcance de la inundación va a ser mayor que los anteriores. Así que en lugares donde hay migración de la línea de agua tierra adentro son ejemplos de zonas donde tenemos que levantar bandera de planificación porque están mucho más expuestas que otras”, indicó Barreto.
Entre los mayores hallazgos del estudio lograron validar que la gran mayoría de la costa es playa, siguiéndole una costa de vegetación, luego una rocosa y una costa armada. De la costa de playa hay 1,285 playas, de las que las más anchas son las del noroeste, algo que representa mayor exposición a inundaciones.
En términos de los cambios costeros, el huracán María provocó erosión en los municipios de Vieques, Arecibo, Loíza, Isabela, Culebra, Luquillo, Ponce, Hatillo, Manatí y Cabo Rojo. Estos municipios fueron los que más perdieron arena para este periodo.
Para julio de 2018, hubo erosión en la zona sureste de Puerto Rico, que antes no había, especialmente en Patillas, Santa Isabel, Loíza, Luquillo y Vieques.
Otros atributos de la línea de costa son que hay 50 kms de estructuras en la parte detrás de la playa, 199 kms de estructuras en la línea de agua con extensiones mar afuera, 47 kms de estructuras duras de mitigación, 35 kms de extensión de franja de costa con riprap (rocas), y 7 kms de extensión de franja con paredes de concreto.
Se identificó la ubicación de secciones de carreteras cercanas a zona de erosión costera luego del paso del Huracán María. Varias de estas carreteras son: PR681 (Arecibo); calles secundarias en el Barrio Jarealito Arecibo; PR 681 Barrio Islote Arecibo; PR 861 (Barceloneta); PR 684 Barceloneta; PR6684 Manatí, PR 686 Manatí, Vega Baja, PR686 (Avenida Sol); Vega Alta; PR690, carretera principal Cerro Gordo, Vega Alta; Dorado PR697; PR165; entre otras. Estas carreteras deben evaluarse ya sea para adaptar o relocalizar secciones para reducir los riesgos.
Cursos de acción con los datos presentados
Hasta el momento tienen 48 cursos de acción o recomendaciones para minimizar la erosión costera.
La asistente de investigación Valeria Bonano aseguró que es trabajo de todos tomar acción para mejorar el estado de las costas, ampliando el término de “tomadores de decisiones” para incluir no solo a agencias, al gobierno u organizaciones, sino que también a la comunidad.
“Yo aprendo más de la gente que vive en el entorno, y pudiera tener yo los cursos o una serie de conocimientos, pero yo aprendo de esa realidad…Aunque sí es cierto que hay ciertas agencias que tienen que tomar la decisión, en ese proceso para tomar la decisión deben insertarse todos los sectores para el que el curso de acción, cómo se evalúe y cómo se ejecute sea basado en la realidad”, coincidió Barreto.
Por su parte, el Dr. Rafael Mendez Tejeda mencionó que parte del objetivo de la investigación es que los municipios puedan hacer propuestas y allegar fondos para mitigar la erosión costera porque son quienes más conocen a las comunidades vulnerables.
El abogado y asistente de investigación Ricardo Costa dijo que “un punto de partida en la dirección correcta” sería la creación de un marco jurídico integrado sobre el manejo de las zonas costeras con énfasis en la erosión.
También en el proyecto promueven un análisis de política pública vigente que entienden como una pieza clave en el desarrollo de una planificación adecuada en la costa.
“Como parte de la investigación identificamos cur sos de acción tales como promover la implantación de la Ley para la Protección, Conservación y Manejo de los Arrecifes de Coral en Puerto Rico, ley que obliga al Departamento de recursos naturales y Ambientales a considerar primero el cultivo de corales y la rehabilitación natural de los arrecifes de coral como una estrategia para su rehabilitación y además en casos donde existan problemas significativos de erosión, se debe considerar la implementación combinada de rehabilitación ecológica e implementación de arrecifes de coral ya que funcionan como barreras naturales al disminuir la energía de las olas y el impacto que tienen sobre la erosión”, planteó Costa.
Otro curso de acción que identificaron fue que el riesgo de la erosión costera se incluya dentro del plan multirriesgos porque el problema es real, y la remoción de estorbos en la línea de costa.
También hay que hacer un protocolo de erosión costera que incluye distintos componentes como mirar la infraestructura natural como prioridad para mitigar ya que donde hay estructuras duras, se genera más erosión.
El proyecto fue realizado con una inversión de $1.4 millones de FEMA y COR3 por el Instituto de Investigación y Planificación Costera de Puerto Rico y el Caribe (CoRePI-PR, por sus siglas en inglés) con la participación de 38 estudiantes de escuelas graduadas de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.