El desalojo la semana pasada de dos escuelas superiores y el descubrimiento de una estudiante de escuela intermedia portando un arma de fuego desató de inmediato el debate público sobre la situación emocional de los estudiantes del sistema escolar público de Puerto Rico.
Aunque Mercedes Martínez Padilla, presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR), aseguró a Metro que ambos incidentes fueron situaciones aisladas, mostró preocupación ante la situación psicosocial tanto de los estudiantes como del cuerpo docente de las 858 escuelas que conforman el sistema público de escuelas.
“Hay un problema que hay que atacar de raíz, que es el problema de la salud mental en la población escolar, y no tenemos un gobierno que responda a las necesidades del pueblo”, denunció Martínez Padilla.
“El Gobierno es responsable de trabajar con proveer en las escuelas públicas del país el equipo de apoyo necesario. Tenemos escuelas con apenas un trabajador social escolar para atender una matrícula de más de 500 estudiantes. Tenemos escuelas donde hay psicólogos escolares pero solamente están atendiendo a la población con diversidad funcional, la corriente regular se queda desatendida”, añadió.
Martínez Padilla enfatizó que el Departamento de Educación (DE) debe fortalecer las ayudas psicoemocionales y psicosociales que se le brindan al estudiante de escuela pública.
Reclaman avances
Regina Cibes Silva, directora del programa de psicología escolar del DE, aseguró que desde 2021 el panorama ha mejorado sustancialmente en cuanto a equipos socioemocionales que brinden apoyo tanto a estudiantes como a docentes.
“Para el huracán María, teníamos apenas 107 psicólogos trabajando para el DE. Afortunadamente, en 2021 empezamos con el reclutamiento de 851 psicólogos para que hubiese uno en cada escuela y en este momento tenemos 760 psicólogos nombrados”, indicó la funcionaria en entrevista con Metro.
Cibes Silva ripostó, sin embargo, a los señalamientos de Martínez Padilla sobre la falta de atención a los estudiantes de la corriente regular.
“Nosotros atendemos a toda la población, pero tenemos a los estudiantes con diversidad funcional, que son bastantes y que tienen muchas necesidades en términos de terapias, así que lo que hemos hecho es crear un calendario semanal para poderlos atender a todos. Damos tres días para los estudiantes con diversidad funcional y dos días para los estudiantes de corriente regular”, explicó la directora del programa.
Cibes Silva, quien también es psicóloga, reconoció que desde el huracán María se identificó un problema de salud emocional y mental –entre estudiantes y en la comunidad en general– que se refleja en dos tendencias.
“Luego de haber tenido a María, los terremotos, la pandemia, Fiona, lo más que atendemos son síntomas asociados a depresión y a trastornos de ansiedad. Le diría que es lo más marcado en estos momentos”, aseguró la psicóloga.
No obstante, descartó adjudicar únicamente a problemas mentales y emocionales los incidentes de la pasada semana.
“Esto es multifactorial, no es solamente la situación en particular del joven, sino lo que ocurre en su familia y en su entorno. Nosotros tenemos una responsabilidad bien grande. Como programa, lo que queremos es promover la salud mental y el bienestar de nuestros estudiantes y de nuestras comunidades escolares, pero necesitamos que los padres estén con nosotros en este proceso, supervisando a sus hijos”, señaló.
Preocupante acoso escolar
La directora del programa explicó que parte de sus deberes incluye producir informes de la labor realizada en las diferentes áreas en las que el programa se enfoca, como la diversidad funcional, problemas específicos de aprendizaje, situaciones emocionales preocupantes, comportamiento suicida y acoso escolar. No obstante, es esta última la de mayor preocupación y en la que orientan sus esfuerzos.
“El acoso escolar es uno de los temas más importantes. Nosotros hemos desarrollado un protocolo que revisamos con frecuencia por la misma importancia que le damos a la prevención de acoso escolar”, dijo Cibes Silva.
“Constantemente capacitamos a nuestro personal para trabajar con estos casos. Pero, en muchas ocasiones, el protocolo está ahí, pero no lo implementan como quisiéramos, y es por eso que constantemente estamos capacitando a nuestro personal para que ellos, a su vez, capaciten a las escuelas”, añadió.
La funcionaria indicó que su programa continuará durante el semestre próximo con una serie de talleres de capacitación para el personal en los plantes sobre delitos contra menores, que incluyen cyberbullying y pornografía infantil, en un acuerdo de colaboración con la Agencia Federal de Investigación (FBI, en inglés).
“Ya iniciamos en algunas regiones escolares, pero queremos llevarlo a todas las escuelas de Puerto Rico”, dijo.