Junto a una comunidad amorosa compuesta por familiares, amiges y aliades, la organización comunitaria Colectivo Ilé celebró 30 años de lucha antirracista y decolonial, entrecuido y solidaridad.
El verdor de las montañas del pueblo de Juncos y una acogedora casa con puertas y ventanas abiertas fue el escenario idóneo para reunir a la gran familia de Colectivo Ilé. Los invitados fueron recibidos con un corazón enmarcado en telas africanas en su pecho, como distintivo del corazón colectivo que caracteriza a Colectivo Ilé, organización liderada por mujeres negras y afrodescendientes y antirracistas. A tono con la festividad hubo un espacio de confección de turbantes, donde los asistentes que así lo desearon coronaron sus cabezas con turbantes de telas africanas. El turbante es conexión ancestral y reafirmación de la afrodescendencia.
La comunidad asesora de Colectivo Ilé le dedicó el evento a sus familiares que le han apoyado en la travesía de trabajo antirracista para erradicar el racismo institucional, cultural e individual en espacios dentro y fuera de Puerto Rico. En la actividad se honró con un altar a los ancestros y ancestras que trazaron el camino. Se presentó un corto documental que recopiló y rememoró el camino recorrido por la organización y su impacto en la sociedad puertorriqueña.
También, los invitados tuvieron la oportunidad de soñar con la casa Ilé, anhelo que tiene el colectivo para esta nueva década.
“Al espiral de conocimiento, experiencias y hermandad que han sido estas tres décadas deseamos sumar un espacio físico, desde donde podamos continuar tejiendo comunidad, educando y fortaleciendo una identidad racial saludable en el archipiélago puertorriqueño. Ilé significa casa en yoruba y queremos que tanto nosotras como las generaciones venideras puedan sentirse protegidas en la casa de Colectivo Ilé”, comentó María Reinat Pumarejo, fundadora de Colectivo Ilé.
Los abrazos, las risas, el gozo de estar juntes y el sonido de los barriles de Bomba establecieron el ritmo de esta celebración de 30 aniversario con la esperanza de años venideros donde se logre un Puerto Rico antirracista y en el que cada vez más se afirme y celebre la afrodescendencia.