Los miembros de Coopharma y las farmacias de la comunidad se mostraron a favor de la acción tomada por el Departamento de Justicia en torno a la querella presentada contra Abarca Health LLC., administrador de beneficios de farmacias (PBM, por sus siglas en inglés) por alegadas prácticas engañosas.
“La problemática con los PBMs y las dificultades de los pacientes en la aprobación de sus medicamentos y los incrementos en costos de estos, se viene experimentando y advirtiendo por años. Las farmacias de comunidad han denunciado las prácticas abusivas de estas empresas, sin contar con un foro imparcial a donde recurrir, permitiendo a estas empresas minar la estabilidad de un sector que ha servido con alto compromiso a la comunidad. Este problema se agudiza al tener un PBM en Puerto Rico (Abarca) con un posible monopolio en la función de administración y manejo de beneficios de farmacias, desde el año 2018. Este problema ha escalado a un nivel de gravedad, cuando ASES otorgó el contrato de manejo de beneficios de farmacia a un solo proveedor, en este caso adjudicándolo a favor exclusivo de Abarca”, expresó Heriberto Ortiz, director ejecutivo de Coopharma.
Ortiz expuso que el Departamento de Justicia tiene ante su jurisdicción querellas sobre este particular, en la Oficina de Asuntos Monopolísticos, que datan del año 2018. Este tipo de control en el mercado, en especial cuando concierne al ámbito de la salud es muy peligroso, y el panorama se complica cuando la isla carece de regulación sobre estas empresas, ya que la Ley 82-2019 se encuentra en un limbo al presente. Uno de los mayores impactos hacia las farmacias de comunidad fue cuando Abarca enmendó unilateralmente su contrato con las farmacias, informando nuevas tarifas sobre los medicamentos, muy por debajo del costo real, sin explicación o estudio alguno.”
La Ley 82-2019 implementa herramientas de fiscalización en la operación de los Manejadores de Beneficios de Farmacia, conocidos como PBMs, que son terceros contratados por los aseguradores para la administración de la cubierta de beneficios de medicamentos, que al presente y a diferencia de 42 estados de la nación norteamericana, carecen de supervisión en la isla. La mencionada ley fue cuestionada por la Junta de Supervisión Fiscal, ante alegaciones de ASES de que esta medida tiene un potencial impacto en el Plan de Salud del Gobierno. Este alegado impacto nunca fue evidenciado en la legislatura por la agencia. Sin embargo, dio pie para que la JSF requiriera al Gobernador emitir una certificación de impacto, que al momento no ha sido sometida a satisfacción del ente fiscal.
“El gobierno tiene que tomar como base la experiencia de la regulación en otros estados, que ha sido contrario al impacto negativo que levantó ASES, contrario estos estados han visto ahorros sustanciales en el sistema de salud al implementar una fiscalización, y sobre ello ya el gobierno posee un estudio ejecutado por un reconocido economista del país. El gobierno no puede dilatar su acción en este tema, porque los ciudadanos están impactados con esta falta de regulación”, destacó Ortiz.
“El United State Government Accountability Office (GAO), emitió en febrero 2021 un reporte, levantando retos y deficiencias en cuanto al manejo de fondos federales en Puerto Rico, y destacó la falta de fiscalización adecuada sobre los proveedores de servicios, haciendo directa alusión a los PBMs, la carencia de controles, y la falla en la ejecución de procesos de competencia. “La carencia de fiscalización representa un riesgo serio en las oportunidades de vida del ciudadano, y amerita una atención seria y prioritaria por parte del gobierno”, sostuvo Ortiz.
“Esta carencia de fiscalización impacta los costos de los medicamentos para el paciente, ya que los PBMs obtienen rebates o bonificaciones millonarias sobre los medicamentos que forman parte de la cubierta de farmacia, impactando al final el ya abatido bolsillo del paciente. De igual forma, impacta las farmacias de comunidad ya que reciben pagos, por parte de estas empresas (PBMs), por debajo del costo de adquisición del medicamento, lo que resulta en una práctica injusta y predatoria. En Estados Unidos se han radicado demandas diversas contra PBMs, aduciendo a prácticas depredadoras, atadas a “overpricing” o sobreprecio en el costo de los medicamentos”, expuso Ortiz.
Añadió, que Puerto Rico ya posee una legislación regulatoria sobre estas empresas, con la aprobación de la Ley 82, que atiende y evita muchas de las prácticas en detrimento de los pacientes y de las farmacias de comunidad.
“El gobierno no puede ni debe estar a ciegas sobre la gesta de estas empresas y su operación. Mientras todos los renglones empresariales pagan licencias de operación, estas compañías, que generan ganancias millonarias, pagan cero por concepto de licenciamiento en Puerto Rico y para colmo ningún ente gubernamental posee jurisdicción fiscalizadora sobre ellos”, denunció Ortiz.
Ortiz finalizó haciendo un llamado al gobierno, y considerando que los servicios de salud han sido decretados servicios esenciales bajo la Ley 101-2022, para que se lleven a cabo las gestiones pertinentes ante la Junta de Control Fiscal y se active de inmediato la regulación contenida en el Ley 82. También solicitó la atención de la querella ante la Oficina de Asuntos Monopolísticos, en cuanto al control de mercado que actualmente tiene Abarca en la isla.
El secretario de Justicia, Domingo Emanuelli Hernández, señaló en conferencia de prensa que, “como parte de su función fiscalizadora, la Oficina de Asuntos Monopolísticos identificó un problema serio. Este PBM se valió de métodos injustos de competencia y actuaciones engañosas para cambiar las tarifas de los medicamentos y lograr la recontratación de su red de farmacias. Por lo que estamos solicitando que se le impongan multas de 5,000 dólares por cada farmacia a la que le hicieron una falsa representación”.
La querella del Departamento de Justicia detalla que para el año 2018, Abarca se convirtió en el PBM exclusivo de un plan médico en la isla y sus líneas comerciales de negocios, proveyendo servicios de administración de red de farmacias que representaban más de 800,000 vidas en Puerto Rico. Durante dicho periodo, Abarca Health realizó una enmienda a sus contratos de proveedores de farmacia, efectiva el 1 de enero de 2019.
Al informar los cambios de tarifas de medicamentos como parte de la enmienda a su contrato, Abarca Health informó falsamente que había realizado un “análisis de mercado exhaustivo” durante seis meses y que las nuevas tarifas eran “competitivas y consistentes con el mercado y las necesidades de nuestros clientes”.
Sin embargo, la OAM descubrió que Abarca Health representó falsamente haber realizado tal análisis. A través de la investigación, la OAM confirmó que el PBM no había realizado ningún análisis formal ni por escrito del mercado. Por lo que el Departamento de Justicia le imputa a la compañía una conducta engañosa para justificar las nuevas tarifas y lograr que las farmacias aceptaran los nuevos términos contractuales, mediante lo que constituye una falsa representación y un método injusto de competencia.
“Esta es una práctica inaceptable que afecta la justa competencia en el ámbito de la salud, y no la vamos a permitir. Por lo que hemos presentado una querella ante el Departamento de Asuntos del Consumidor (DACO) para que ordene a Abarca Health el cese y desista de esta conducta, y que le imponga las multas y penalidades que correspondan”, puntualizó el secretario.
La querella fue presentada ante el DACO conforme al Artículo 3 de la Ley 77- 1964, conocida como Ley de Monopolios y Restricción del Comercio.