Durante las vistas públicas de evidencia que el Negociado de Energía de Puerto Rico (NEPR) de la Junta Reglamentadora de Servicio Público, realizó hoy sobre el desempeño de LUMA Energy, los testimonios de inconformidad con el servicio de la empresa fueron el tema persistente en las declaraciones. No obstante, el testimonio de varios peritos electricistas sobre su experiencia con este proveedor fueron reveladoras para el organismo gubernamental.
Desde retrasos de hasta dos meses para la instalación de nuevo servicio en clientes comerciales, pasando por el pobre servicio brindado a estos profesionales eléctricos por parte de las oficinas de LUMA Energy hasta la peligrosidad de la utilización de fusibles con cablería de acero, así como muchas otras denuncias, fueron la orden del día durante el proceso de vistas públicas.
Jesús Santiago, perito electricista licenciado y presidente de la Alianza de Peritos Electricistas Licenciados de Puerto Rico (APEL), reclamó la importancia de que el NEPR establezca métricas claras en todos los aspectos de los servicios y la operación de LUMA.
“Debe ser importante que, para establecer estas métricas, haya comunicación con los peritos que somos los responsables e intermediarios entre el pueblo y el proveedor. Somos responsables de reparar las averías cuando el administrador no las atiende”, explicó Santiago durante su ponencia, quien subrayó además que los peritos electricistas son un recurso invaluable en momentos de situaciones catastróficas como lo fue el paso del huracán María por la isla en 2017.
“La falta de información, los cambios que internamente ejecutan que nos competen y que no nos informan, los cambios de horarios y la ausencia de un patrón que estandarice la operación en toda la isla nos impide hacer nuestro trabajo correctamente”, denunció.
Santiago señaló además que los cargos por conectar y reconectar el servicio resultan onerosos para una población que continúa empobreciéndose por la inflación.
“Entendemos que el proveedor, para ser compensado con estos bonos, debe desistir del cobro de desconecte y reconecte de líneas soterradas residenciales, que asciende a $1,100, cosa que nunca habíamos visto en la isla. Es necesario que ese cobro pare ya porque no todo el mundo no tiene para pagar $1,100 por una avería por falla mecánica que no es negligencia del cliente”, dijo.
Por su parte, Lisa Spickers, también perito electricista, denunció el pobre nivel de servicio que LUMA ofrece a estos profesionales que, basado en el Reglamento de Certificaciones Eléctricas de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), son los profesionales autorizados en ley para hacer las certificaciones eléctricas de los clientes.
“El pobre nivel de servicio que confrontamos con LUMA a través de sus oficinas es preocupante. La excesiva burocracia retrasa los trabajos y ha trastocado los parámetros que ya habían sido establecidos por la AEE en situaciones de riesgo”, indicó Spickers.
Asimismo, Juan Santiago, otro perito electricista, excelador y supervisor de mantenimiento retirado de la AEE, aseguró que el NEPR debe establecer métricas que permitan corregir los problemas en el servicio que ofrece LUMA y no solo las métricas que la empresa entienda convenientes para ellos.
“Tenemos evidencia acumulativa y precisa de la falta de servicio por reparaciones por más de dos semanas. Incluso tenemos evidencia de instalaciones de servicio comercial nuevas que se han demorado de dos semanas a dos meses sin otra justificación que la excesiva burocracia de la empresa”, señaló.
“Los peritos electricistas que estamos licenciados por el estado podríamos cooperar con el operador para corregir esta situación. Históricamente hemos sido los peritos electricistas los encargados de reparar instalaciones eléctricas”, añadió.
Apagones afectan la salud mental
Otros ciudadanos particulares también compartieron sus denuncias y sugerencias en cuanto a las métricas que LUMA pretende establecer para la medición de su desempeño.
Carisa Cabán, psiquiatra profesora universitaria y residente en Naguabo, señaló el impacto psicológico que los constantes apagones y las deficiencias en el servicio de LUMA Energy tienen en la población.
“Como especialista de salud mental puedo asegurarles que hay mucha evidencia científica que indica el impacto significativo que tiene en la salud mental los frecuentes apagones y Puerto Rico, desgraciadamente, sirve como un ejemplo mundial de esto”, señaló la profesional de la salud mental.
“Una de las cosas que se han encontrado a nivel general es que la prevalencia de ansiedad y depresión y otros diagnósticos parecidos, pueden dispararse significativamente solamente con los apagones”, añadió Cabán.
La doctora en psiquiatría señaló la importancia de que, en el proceso de toma de decisiones del gobierno para establecer estas métricas de medición de desempeño de la empresa, se debe tener como centro la preservación de la salud física y mental, y la importancia del acceso de la ciudadanía a energías renovables para la salud de las poblaciones más vulnerables.
“Como salubristas nos interesa que nuestra isla tenga un plan real para transicional a energía renovable y que el dinero que se asignó para eso se utilice de forma responsable porque hemos visto cómo anteriormente el dinero que se asigna no se utiliza correctamente”, denunció Cabán.
“Hay que fiscalizar mejor y que, en el caso de LUMA, se apliquen métricas de desempeño de acuerdo con lo que debe ser un sistema energético del siglo 21. Es decir, que haya compromiso con un mejor servicio y costos razonables y que se fiscalice de manera efectiva para que esta empresa no abuse de su poder”, añadió.