Al menos 60 migrantes perecieron cuando su atestado bote de madera se estrelló contra arrecifes muy cerca de la costa de Italia el domingo al amanecer, informó la Guardia Costera italiana.
Las autoridades creen que la cifra de fallecidos podría llegar a 100 porque algunos sobrevivientes dijeron que en el barco había unas 200 personas, dijeron agencias de la ONU.
“Hasta ahora, 80 personas han sido recuperadas vivas —algunas de las cuales lograron llegar a la costa tras el naufragio— y se hallaron 43 cuerpos a lo largo de la costa”, informó el servicio de guardacostas en un comunicado poco antes del mediodía.
La primera ministra Giorgia Meloni indicó que los migrantes viajaban atestados en el bote de 20 metros (66 pies) de eslora en medio de “condiciones climatológicas adversas”. En un comunicado divulgado por su oficina, expresó su “profundo dolor por las muchas vidas humanas desgarradas por traficantes de seres humanos”.
“Es inhumano intercambiar las vidas de hombres, mujeres y niños por el ‘precio’ de un boleto que ellos pagan a cambio de la perspectiva falsa de un viaje seguro”, declaró Meloni, una gobernante de extrema derecha entre cuyos aliados en el gobierno está el partido La Liga, opuesto a la inmigración.
Se comprometió a utilizar su liderazgo para presionar con el fin de que se actué contra la partida de botes orquestada por contrabandistas de seres humanos, y a presionar a otros gobernantes europeos a que ayuden a Italia en ese objetivo.
Un trozo del bote, junto con pilas de madera astillada, yacían sobre la playa en Steccato di Cutro, parte de la costa de la región de Calabria a lo largo del Mar Jónico. Algunos de los sobrevivientes intentaban entrar en calor, envueltos en coloridas frazadas o sábanas.
Se utilizó un helicóptero y lanchas de motor en las labores de búsqueda, entre ellas embarcaciones de los bomberos, la policía fronteriza y el servicio de guardacostas.
Una lancha de la Guardia Costera rescató a dos hombres que padecían hipotermia y recuperó el cuerpo de un niño en el mar picado, señaló en un comunicado. Botes de los bomberos, en los que había buzos, extrajeron 28 cadáveres, entre ellos tres que fueron arrastrados por una poderosa corriente lejos de los restos.
La agencia noticiosa italiana AGI indicó que entre los cadáveres estaba el de un bebé de unos meses de edad.
El papa Francisco lamentó que hubiese niños entre las víctimas.
El pontífice les dijo a los feligreses en la Plaza de San Pedro: “Oro por cada uno de ellos, por los desaparecidos y los otros migrantes que sobrevivieron”. Indicó que también reza por los rescatistas “y por los que dan la bienvenida” a los migrantes.
“Es una tragedia enorme”, declaró el alcalde de Crotone, Vincenzo Voce, a la televisora RAI. “En solidaridad, la ciudad hallará sitios en el cementerio” para los muertos.
Los reportes no incluían detalles sobre la nacionalidad de los migrantes.
Hasta el momento se desconoce de dónde partió el bote, pero las embarcaciones con migrantes que llegan a Calabria suelen zarpar de costas turcas o egipcias. Muchos de estos botes arriban a franjas remotas de la costa sur de Italia sin el apoyo del servicio de guardacostas ni de barcos de ayuda humanitaria.