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Jurado en EE.UU. sopesa el lado sucio del fútbol

NUEVA YORK (AP) — Durante siete semanas en una corte estadounidense, los jurados federales conocieron un escándalo de corrupción que había llegado a las más altas esferas del fútbol internacional.

Ahora, deben decidir el destino de dos exejecutivos de Fox acusados de pagar decenas de millones de dólares en sobornos para obtener derechos de trasmisión de eventos destacados del fútbol, incluido el Mundial.

Desde el comienzo, los fiscales en Nueva York han enfatizado que el caso muestra nada menos que “la corrupción del fútbol internacional” y la manera en que dos exejecutivos, el argentino Hernán López y el mexicano Carlos Martínez, se beneficiaron de ello.

“Este juicio les ha dado una visión única, desde dentro, sobre una serie de complots delictivos que involucraron corrupción en los niveles más altos del fútbol organizado y en el negocio de transmitir este deporte por televisión”, dijo al jurado el vicefiscal federal Eric Silverberg, durante los argumentos de cierre del gobierno.

Se espera que el juez ceda el caso al jurado el lunes, para que comience a deliberar sobre los testimonios de un gran grupo de testigos que desfilaron por el estrado. Muchos de ellos fueron convocados por los abogados defensores en busca de refutar lo dicho por el testigo principal del gobierno, un exsocio de negocios de los dos ejecutivos de la TV.

El destino de los dos acusados dependerá en buena parte de la credibilidad de ese testigo, el argentino Alejandro Burzaco, quien ha cooperado en pesquisas previas sobre corrupción en el fútbol desde 2015, cuando fue detenido por un caso relacionado de soborno.

Los abogados defensores han sugerido que Burzaco implicó a López y a Martínez sólo para evitar una condena de prisión.

William David Sarratt, quien representa a López, dijo que Burzaco tiene “un problema de credibilidad”.

“Este caso se construye y se derrumba sobre Burzaco”, dijo Steven McCool, quien representa a Martínez. “No se puede declarar culpable a otro ser humano con base en lo que dice un mentiroso”.

A lo largo de 11 días de testimonio, Burzaco describió un deporte corrompido por millones de dólares en dinero que fluía desde empresas fantasma hasta las manos de jerarcas deportivos sudamericanos.

Los acuerdos clandestinos ayudaron a suscribir acuerdos de derechos televisivos para la Copa Libertadores y finalmente permitieron que Fox obtuviera los derechos de la Copa del Mundo.

Burzaco, quien encabezaba una firma argentina de “marketing”, se ha declarado ya culpable de complot, asociación ilícita y otros cargos. Testificó en 2017 que los tres integrantes sudamericanos del consejo ejecutivo de la FIFA aceptaron millones de dólares en sobornos par apoyar la candidatura de Qatar para organizar el Mundial de 2022.

No hay sentencia todavía para Burzaco, cuyos críticos señalan que ha sido testigo de cargo para que su condena sea benévola.

Independientemente del resultado, el caso ha desnudado los problemas persistentes de la FIFA para reparar su imagen dañada, incluso en momentos en que la mayoría de los aficionados habría dejado atrás un escándalo que estalló en 2015, cuando siete dirigentes fueron arrestados en un hotel de Zúrich, Suiza.

Meses después, en el mismo hotel, dos vicepresidentes de la FIFA fueron detenidos como sospechosos de sobornos.

Las complicaciones en el fútbol internacional se agravaron pronto.

Al menos 24 personas se han declarado ya culpables. Además, dos personas han sido halladas culpables en conexión con una pesquisa encabezada por Estados Unidos sobre sobornos.

Cuatro entidades corporativas han reconocido también su culpabilidad, y otras cuatro compañías fueron acusadas pero han llegado a arreglos con el gobierno para evitar los juicios.

Otra empresa, Full Play, dedicada al marketing deportivo y con sede en Uruguay, es juzgada junto con López y Martínez. El gobierno acusa a la compañía de participar en el entramado de sobornos.

López fue director general de Canales Internacionales de Fox. Más tarde operó un emprendimiento de “podcasts”.

Martínez encabezó la filial latinoamericana de la gigante mediática.

Hasta 2019, los canales internacionales eran una subsidiaria de lo que se conocía entonces como 21st Century Fox, que después se escindió como parte de una venta a Disney.

Fox obtuvo los derechos para transmitir los mundiales de 2018 y 2022, cuando era parte de la empresa hoy desaparecida.

De 1994 a 2014, la rival ESPN transmitió el codiciado torneo.

Fox Corp., con sede en Nueva York, no está acusada en el caso. Ha negado tener cualquier papel en el escándalo de sobornos, y ha afirmado que coopera plenamente con las autoridades.

ESPN comenzó a transmitir el máximo evento del fútbol mundial antes de que éste despegara entre el público estadounidense. Previamente, la FIFA tenía que comprar horas en el aire para transmitir el torneo en el país.

A medida que creció el interés de los estadounidenses por el fútbol, se intensificó la competencia por difundir los encuentros.

ESPN pagó 100 millones de dólares por los derechos de transmisión en 2010 y 2014. Buscó seguir emitiendo la Copa del Mundo, pero tras dos rondas de puja, no consiguió los derechos.

Los fiscales alegan que los sobornos permitieron que López y Martínez recibieran información confidencial de altos jerarcas del fútbol, incluidos dirigentes de la FIFA. La información ayudó a que Fox obtuviera los derechos del certamen para transmitirlo en inglés, con una oferta de 425 millones de dólares.

Telemundo, una división de NBCUniversal de Comcast Corp., ganó los derechos en español por unos 600 millones de dólares.

La final mundialista disputada recién en diciembre, en la que Argentina superó a Francia, fue el partido de fútbol más visto en Estados Unidos, de acuerdo con estimados de audiencia televisiva.

Durante sus deliberaciones, el jurado tendrá que tomar en cuenta un gran cúmulo de correos electrónicos, expedientes financieros y contratos, así como horas de testimonio de Burzaco, ejecutivos de medios, dirigentes futbolísticos y socios de López y Martínez.

En el juicio, quedó poca duda de que se intercambió dinero sucio. Pero los abogados defensores, quienes reconocieron los sobornos, señalaron como culpable sólo a Burzaco.

“El señor Burzaco no ha ido a juicio”, recordó al jurado Kaitlin T. Farrell, otra fiscal federal.

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