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Impostergable atender abandono de animales en Puerto Rico

La cantidad de perros y gatos en las calles ha ido en aumento durante los pasados años.

Un perro negro y uno marrón caminan en la calle.
Perros realengos Se estima que hay cerca de medio millón de perros realengos en Puerto Rico. (Dennis Jones)

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La cantidad de animales abandonados alrededor de la isla se ha convertido en un problema imposible de ignorar, pues se hace visible en todas las calles por las que rondan y se reproducen sin control ni cuidado gatos, perros y hasta caballos.

No hay forma de hacerse de la vista larga ante medio millón de perros y más de un millón de gatos en las calles de Puerto Rico.

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Ante esta situación, de la que no escapa ningún municipio, los alcaldes han reconocido una crisis general, y ahora exigen al Gobernador la declaración de un estado de emergencia acompañado de un plan de acción claro y recursos suficientes para implantarlo.

“Esto es una crisis. El abandono de mascotas está en un nivel descontrolado. Muchos de los centros (de control y rescate) que habían han cerrado y los municipios han adoptado algunas medidas para intentar atender esta problemática pero con fondos bien limitados”, apuntó el alcalde de Villalba y presidente de la Asociación de Alcaldes de Puerto Rico, Luis Javier Hernández.

La preocupación por atajar la sobrepoblación tuvo foro en la primera Cumbre de Bienestar Animal que se celebró el mes pasado en Cidra y unió a los líderes municipales, representantes de agencias como la Compañía de Turismo y organizaciones sin fines de lucro dedicadas al rescate de animales. Allí fue creado un comité especial, a cargo del alcalde de Vega Baja, Marcos Cruz, y la alcaldesa de Loíza, Julia Nazario, y desde donde presentarán al Primer Ejecutivo y a la Legislatura una propuesta encaminada a tomar acciones concretas desde tres frentes.

En primer lugar, proponen el establecimiento de albergues regionales mediante la asignación de fondos inmediatos desde el gobierno central para garantizar su funcionamiento. “Estamos sugiriendo que se utilicen las escuelas cerradas y que algún municipio tome la iniciativa de ser la base para que entonces los demás de la zona se unan a la región. Pero primero se debe asignar el dinero, porque no queremos darle a ningún municipio otro problema sin tener la solución”, indicó Hernández, quien adelantó que harán llegar la misiva al escritorio del Gobernador en las próximas semanas, aunque no dio una fecha en particular.

La segunda petición apunta a implementar un programa agresivo de adopción dentro y fuera de Puerto Rico, pues ciertamente los pocos refugios que aún operan no cuentan con recursos ni personal suficiente, por lo que están tan atestados como las calles. La tercera propuesta busca controlar la reproducción de los animales a través de un plan nacional de esterilización gratuita.

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“Tenemos propuestas puntuales porque estamos cansados de que el gobierno central esté hablando de planes sin resultados. Queremos acción”, reclamó Hernández, al subrayar que la legislación local vigente de bienestar animal, aunque vasta, no se cumple. Las denuncias de inacción gubernamental se extienden también al Departamento de Salud, pues la problemática configura una amenaza a la salubridad.

En tanto, y más allá de las exigencias al Estado, la falta de responsabilidad ciudadana es protagonista en la repartición de culpas, por lo que se hace igual o más urgente el llamado a la reflexión y educación sobre el respeto a la vida y el trato ético a los animales.

“Los perros y gatitos que uno ve en la calle o en los albergues son producto directo de la gente irresponsable que los abandona. La moda es tener puppies y, cuando crecen, ya no los quieren”, sostuvo Sharon Deliz, vicepresidenta de Rabito Kontento, organización dedicada al rescate de animales desde el 2012, pero que enfrenta actualmente sus retos más críticos.

“Ahora mismo el problema es más grande que nosotros. Todos los días recibimos más de 200 mensajes pidiendo ayuda con mascotas abandonadas”, sostuvo la portavoz del grupo que tan solo el año pasado rescató a más de 340 animales. No obstante, asegura que la cifra de abandono es aún más alarmante y se calcula un aproximado de 500,000 perros y más de un millón de gatos que deambulan por las calles.

Un gato blanco acostado en un suelo rocoso mira a la cámara.
Gato Organizaciones estiman que la cantidad de gatos realengos duplican la cantidad de perros en las calles.

Las rescatistas coinciden en gran parte con las propuestas de los municipios, aunque levantan bandera sobre el rol de los albergues, dado que muchos de ellos aún contemplan ocasionar la muerte del animal como última alternativa de control.

“No creemos que la solución incluya la eutanasia. Lo que hay que hacer es esterilizar y concientizar a las personas”, enfatizó Deliz, quien apuesta a replicar los programas pilotos que han sido implementados en algunos pueblos como Cidra, enfocados en el cuido, la castración y esterilización masiva; fórmula que ha sido puesta a prueba con éxito en países como Holanda y Turquía para ponerle freno a la sobrepoblación de animales y mejorar la calidad de vida en general.

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