CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, visitó el viernes la ciudad fronteriza donde 39 migrantes perecieron en un incendio en un centro de detención y expresó su pesar por la tragedia, aunque no se prevé que genere cambios en la dura política migratoria del país.
“Lo confieso, me ha dolido mucho, me ha dañado”, manifestó López Obrador antes de viajar a Ciudad Juárez, limítrofe con El Paso, Texas. “Me partió el alma”.
El presidente dijo que el incendio en Ciudad Juárez era el segundo momento más doloroso de su gobierno, sólo superado por el incendio y explosión de un oleoducto en 2019 que dejó 135 muertos en la localidad de Tlahuelilpan, en el centro del país.
Sin embargo, el incidente más reciente no le causó grandes costos en términos políticos.
Muchos habitantes de ciudades fronterizas mexicanas lamentaron la muerte de los migrantes a causa de las llamas y el humo, al parecer provocados por algunos migrantes que prendieron fuego a colchonetas para protestar porque presumiblemente iban a ser deportados.
Pero en Ciudad Juárez, muchos habitantes estaban hartos de que los migrantes, principalmente de América Central y Venezuela, pidieran dinero en las calles y obstruyeran el tránsito en los puentes fronterizos. Los residentes han estado pidiendo a las autoridades que tomen medidas contra los migrantes, en tanto que Estados Unidos ha apremiado a México para que frene el flujo migratorio.
Ivonne Acuña Murillo, profesora de ciencias políticas en la Universidad Iberoamericana campus Ciudad de México, dijo que López Obrador no tiene mucho margen de maniobra para modificar la política de inmigración del país.
“Es difícil. Por un lado, por la enorme presión de Estados Unidos" para frenar la llegada de migrantes a la frontera, afirmó Acuña. "Es difícil en función del propio proyecto de gobierno del presidente... es un bajo presupuesto que se puede decir que es encima de esta situación de la migración y de los albergues y demás”, agregó.
La molestia de los migrantes fue notoria en Ciudad Juárez el viernes. Un grupo de migrantes y sus simpatizantes intentaron cerrar el paso de la caravana de vehículos del mandatario, lo que generó forcejeos. Horas antes, el presidente había prometido reunirse con los médicos que atienden a los migrantes lesionados, pero de momento se desconocía si lo había hecho.
En su deseo de congraciarse con Washington, López Obrador ha hecho la vida difícil a los migrantes que pretenden cruzar México para llegar hasta la frontera con Estados Unidos. Dispuso que decenas de miles de efectivos del ejército y de la Guardia Nacional contengan el flujo de migrantes de Venezuela, Honduras, Nicaragua y Cuba, y permitió que el gobierno estadounidense los regresara a México.
Pero Estados Unidos ha contribuido poco para ayudar a México a albergar o integrar a los migrantes que ha regresado a suelo mexicano.
López Obrador lanzó críticas el viernes cuando dijo que Estados Unidos debería canalizar más dinero al desarrollo económico en América Latina para evitar que los migrantes dejen sus países en lugar en enviar ayuda militar a Ucrania. Dijo que Washington debería entregar apoyos en dinero directamente a las familias en la región.
“Qué tiene que ver lo que ha entregado el gobierno de Estados Unidos a Centroamérica con los 30.000 o 35.000 millones de dólares destinados a la compra de armas para Ucrania”, apuntó.
La secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, dijo que el gobierno cerraría el centro de detención donde ocurrió el incendio y que verificaría las condiciones en las que se encuentran otras instalaciones.
El viernes, en la ciudad sureña de Tapachula, el mayor centro de detención para migrantes del país fue vaciado casi totalmente con el fin de examinar sus condiciones, dijo un funcionario federal, que habló a condición de guardar el anonimato. El centro, con capacidad para unas 1.000 personas, ha sido criticado repetidas veces de padecer hacinamiento, condiciones insalubres y corrupción.
López Obrador dijo que va a crear una comisión para garantizar la protección de los derechos humanos de los migrantes. Indicó que la comisión será encabezada por el sacerdote católico Alejandro Solalinde, quien desde hace tiempo realiza activismo en favor de los migrantes. Sin embargo, se desconoce de momento las facultades que tendrá dicha comisión.
Por lo pronto, “voy a estar atendiendo la parte médica, básicamente. Lo que me importa más es la atención a los heridos”, aseveró el mandatario.
México rechazó un ofrecimiento de Estados Unidos para ayudar a proveer atención médica a los migrantes heridos —la mayoría de los cuales sufrieron lesiones por inhalación de humo— porque, según el mandatario, están demasiado enfermos para ser trasladados.
Rodríguez dijo el jueves que 24 migrantes continuaban hospitalizados, todos en condición grave o crítica. Cuatro migrantes habían sido dados de alta, apuntó.
El migrante acusado de comenzar el incendio sólo sufrió lesiones leves y fue dado de alta del hospital, al parecer en condición de detenido.
Ese migrante, junto con tres funcionarios del Instituto Nacional de Migración y dos guardias de seguridad del centro de detención, enfrentan cargos de homicidio y de lesiones. La fiscalía federal también está investigando a otras personas por posibles delitos.
Un video de una cámara de seguridad en el interior de la instalación de Ciudad Juárez muestra a los guardias que salen caminando cuando comienza el incendio en la celda en la que estaban recluidos los migrantes, sin hacer el más mínimo intento de liberarlos. Se desconoce si esos guardias tenían las llaves de la celda.
Durante años ha habido quejas sobre malas condiciones y sobre violaciones a los derechos humanos en los centros de detención de migrantes en México, entre ellas ventilación deficiente, agua y alimentos inadecuados, y retretes rebosantes.
Además, son numerosas las pruebas de corrupción en todo el sistema de migración de México, en el que todos, desde abogados y funcionarios hasta guardias, piden sobornos para permitir la salida de migrantes detenidos.
Poco se ha hecho a la fecha para corregir esta situación.
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Los periodistas de The Associated Press María Verza en la Ciudad de México y Edgar H. Clemente en Tapachula contribuyeron a este despacho.