Contrario a la baja en la natalidad que continúa registrándose, en la Isla se observa un aumento de mujeres dedicadas a la partería y el acceso a un parto más humanizado en los hogares.
Según Tamara Trinidad, presidenta de la Asociación de Parteras de Puerto Rico, para el 2010 habían solo dos parteras en la Isla y cuatro en formación. Actualmente ya son 17 parteras accesibles alrededor de toda la Isla en municipios como Naguabo, San Juan, Manatí, Morovis, Arecibo, Aguadilla, Isabela, Camuy, Mayagüez, San Germán, Cayey, Cidra y Canóvanas. Otras 10 estudiantes se preparan en distintos programas para poder ejercer la partería en Puerto Rico.
“Ha tenido un crecimiento exponencial. El que pudiésemos ver cuatro estudiantes jóvenes y contemporáneas en formación, nos hizo plantearnos a muchas, que era real estudiar esta profesión y que también esto nos permitiría hacerlo más accesible a las familias, porque antes las que paríamos era porque teníamos mucha determinación y dispuestas a guiar largas distancias. Pero ahora mismo hay más parteras alrededor de Puerto Rico, lo cual lo hace más accesible”, explicó Trinidad.
Son ellas las que desde enero 2020 hasta la fecha han atendido la llegada de 700 bebés en la comodidad de su hogar y rodeadas de un ambiente amoroso junto a parteras profesionales que cobija la organización, indican datos provistos por la Asociación. Sin embargo, a juicio de Trinidad, el que haya una reducción de mujeres embarazadas en las Isla responde mayormente al factor económico en la familia o a experiencias violentas que hayan vivido.
“Hay muchos factores, uno es la economía y hay fuga de personas que se han querido ir. La otra es que hay muchas personas que ya gestaron y pasaron procesos violentos y no quieren pasarlos, así que se abstienen porque se trauman muchas familias. También el factor económico de no poder costear educación adicional para una cría más, alimentos adicionales, la gasolina. Es un factor económico bien grande que las personas ya están calculando si realmente pueden sostener una cría más o no. Y cuán costo efectivo y emocionalmente efectivo, yo le añado, porque es arduo”, dijo.
“También hay muchas familias que necesitan todavía sanar el proceso o que conocen de la violencia que ha experimentado alguien en su proceso de parto y eso es lo que conocen y se asustan. Quizás no conocen que existen otras alternativas para ellos y pues prefieren no escoger la maternidad o la paternidad”, añadió.
Pero por su experiencia, Trinidad asegura que las gestantes están buscando opciones donde sean respetadas, que tengan acceso a decisiones informadas y ser partícipes de su proceso.
“Ellas no son pacientes ni entes pasivos en sus procesos, sino que son clientas y entes activos en sus procesos. Las parteras no atendemos altos volúmenes, o sea que no tenemos esa prisa por inducir, no utilizamos intervenciones innecesarias”, apuntó.
“El parto siempre ha sido un proceso familiar y eso se ha arrebatado y las personas están buscando recuperar eso, rescatarlo, que siga siendo un proceso familiar, respetado y paciente. Al ser un proceso fisiológico, hay que esperar que todo fluya y solamente puede fluir si nos sentimos respetadas y seguras. Si no nos sentimos seguras donde estamos, lo que vamos a segregar son hormonas que no hacen que el parto progrese, sino que son las hormonas del miedo, de protección, de alerta, se nos activa otra parte del cerebro y no, no va a progresar el proceso”, dijo.
Durante la pandemia muchos hospitales obviaron la política de que la embarazada debe estar acompañada durante el parto como dicta la ley. “Las mujeres estaban pariendo solas, sin acompañamiento, por ende ni parían, terminaban cesárea también porque uno se desespera”, explicó Trinidad.
Buscan que se integre a las parteras al sistema de Salud
Con su trabajo, la partera busca que se dé un parto totalmente al natural, evitando así inducciones innecesarias y “los tratos también emocionales y hostiles que se dan en el ambiente hospitalario”, señaló Trinidad. Para septiembre del pasado año en la Isla, el Tribunal Supremo atendió un caso donde una mujer demandó a su médico por inducirle el parto cuando no había llegado ni a las 37 semanas de embarazo para poder tomar sus vacaciones. Tras el proceso, la bebé no toleró la inducción, le realizaron cesárea a la mamá y a los cinco días la bebé falleció.
Trinidad indicó que este no es un caso aislado, sino que “son tantas las historias así” y en ocasiones las familias no tienen los recursos para llevar a adelante una demanda.
“En un momento tan doloroso y vulnerable y personas sin recursos, solamente una que otra, familias como esa, pudo demandar y ayudó a crear visibilización para las miles de familias que atraviesan esto y que han atravesado con resultados distintos”, apuntó.
No obstante, Trinidad aclara que los médicos “son víctimas del sistema de salud que está quebrantado”.
“Ellos para poder sobrevivir, porque los planes médicos les pagan una miseria, tienen que coger altos volúmenes. Ellos aprendieron con otra generación de médicos donde llega el punto que se ponen fríos, no tienen tacto, están automatizados. Cuando vemos son seres humanos explotados con horarios horribles, mala paga y con el estrés del sistema”, indicó.
Trinidad indicó que si tuvieran acceso a otra información desde que son estudiantes, como pasa en Canadá, sería diferente y es precisamente lo que busca hacer en Puerto Rico la Asociación. Trinidad explicó que tanto en Canadá como en Europa, las parteras están incluidas en el currículo de enseñanza de los obstetras para que puedan ver partos normales y fisiológicos, “porque en su práctica ellos no los ven”.
“Ellos solo ven partos inducidos, cesáreas y no saben realmente, pueden saber la teoría o leer por ahí la teoría de un parto fisiológico, pero no necesariamente los ven en su diario vivir. Hay mucho que cambiar del sistema”, sostuvo.
Señaló que no todas las mujeres acuden a la partera luego de una experiencia previa en un hospital, sino que optan por un parto en casa para su primer alumbramiento. Pero, ¿cómo se da el proceso? Trinidad explicó que muchas de las madres, las contactan a través de la página de la Asociación y desde ahí comienza el primer enlace para conocer quién pudiera atender su parto. Recalca que es esencial la conexión que se da entre la gestante y la partera.
“La idea es que tengan la oportunidad de entrevistar a varias parteras para que sepa lo que cada cual ofrece y la conexión, porque es bien importante la parte de la conexión esté. Y ahí empieza el proceso de evaluar, porque no todo el mundo cumple con los requisitos para parir en el hogar y eso es algo que sí se escudriña bien para poder saber si se comienza el proceso de cuidado”, detalló.
Trinidad explicó que las parteras no atienden a mujeres de alto riesgo que tengan condiciones previas como diabetes, alta presión, cesáreas previas y condiciones del corazón. De igual manera se evalúan factores sociales.
“La práctica de partería en el hogar, la razón por la cual logra resultados exitosos es porque la evaluación es adecuada y profunda para determinar los factores de riesgo. Y entonces algunos de esos criterios de selección es el historial de salud completo, incluyendo enfermedades previas y cirugías”, dijo.
Auscultan también su perfil nutricional y enfatizan lo que es la prevención y los ejercicios. También evalúan los factores sociales y ambientales y que su hogar sea un hogar estable. Y que ese apoyo familiar y de amistades que la acompañará en un momento tan importante en su vida sea amoroso y respetuoso. Incluso, instan a la preparación sicológica durante el periodo de embarazo.
“Hay muchas experiencias diversas en la vida y a veces cosas que no se han resuelto van a afectar. Este podría afectar el proceso del parto. Sobre todo porque no hay analgesia, porque no hay estimulación del parto. O sea que el proceso puede ser largo y tenemos que estar mentalmente fortalecidas, haber trabajado nuestros miedos, traumas y tiene que haber participación activa en el cuidado prenatal”, puntualizó.
“Si vemos una persona que codepende, que no está siendo responsable con su nutrición porque está acostumbrada a la dinámica de jerárquica del médico, que el médico es el que hace y es el que la va a salvar, pues no, nosotras no promovemos eso. La persona tiene que estar activa en su proceso y en gestionar otros cuidados”, añadió.
La presidenta de la Asociación recalcó lo esencial es que se genere un ambiente de confianza y honestidad en todo el proceso.
Cabe destacar que el pasado viernes, 5 de mayo, se celebró en la plaza pública de Río Grande, el Día de la Partería en Puerto Rico, luego que el gobernador Pedro Pierluisi lo convirtiera en ley. El evento tuvo el propósito de educar y sensibilizar sobre la historia de esta profesión y los beneficios de la partería para las personas gestantes.
“Este es un día que se ha celebrado por décadas por las Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y también por las parteras de la Isla, pero este año tiene un significado ya que es la primera celebración desde que oficialmente es ley en Puerto Rico educar sobre los beneficios que tiene la partería”, explicó Trinidad.
No obstante, para Trinidad todavía falta por hacer. Asegura que se necesitan crear alianzas y más colaboraciones interprofesional que incluya la integración de las parteras al sistema de salud.
“Al ser proveedoras de salud podemos unir fuerza como hacen los lugares con las mejores estadísticas y resultados. Ahí se aúnan esfuerzos entre parteras, perinatólogos y obstetras para poder enfocarnos, poner en el centro a la que se está gestando y todos poner nuestros servicios a su disposición, colaborarnos. Así tenemos proveedores, familias y un sistema más balanceado”, apuntó.